El Correo de Burgos

Odisea urbanística. La lucha de dos hermanos por rehabilitar una buhardilla con las mejores vistas de la Catedral

Cristina y Rubén Fuentes se aferran a los recuerdos de su infancia para luchar por su propiedad. Tardaron 10 años en conseguir la licencia de obra y, cuando los trabajos estaban en marcha, el Ayuntamiento de Burgos les ha parado el proyecto

Rubén Fuentes en una de las estancias donde conviven vigas antiguas y nuevas. TOMÁS ALONSO

Rubén Fuentes en una de las estancias donde conviven vigas antiguas y nuevas. TOMÁS ALONSO

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Cristina y Rubén Fuentes Santamaría recuerdan que de niños se despertaban escuchando las campanas de la Catedral de Burgos. Era la hora de ponerse en pie, desayunar y marcharse al colegio Vadillos. Residían junto a su familia en la plaza Santa María, número 8. Al abrir las ventanas de su vivienda, una buhardilla que compraron sus abuelos en el año 1961, no podían tener unas mejores vistas: la fachada de Santa María de la Catedral y a lo lejos la Cartuja de Miraflores. Todo un espectáculo para los sentidos que podían contemplar sin la necesidad de salir de su vivienda.

Estas son memorias de una infancia feliz, pero sus vivencias de los últimos 12 años son otras. Conviven con la impotencia, la rabia y un desgaste hasta casi la extenuación. Todo tras embarcarse en el año 2011 en un proyecto para rehabilitar la propiedad familiar para que Rubén viviera con mayores comodidades, allí frente a la Catedral, donde había pasado buena parte de su vida. 

En su camino se cruzó el Ayuntamiento de Burgos, en concreto varios técnicos de Fomento y de Licencias. Así, no les contestaron durante años a la petición de licencia de obras, luego se la denegaron, más tarde les declararon en ruina inminente su piso, se les trató de expropiar sin una indemnización económica y temieron por una ejecución subsidiaria por parte de la administración local que pretendía eliminar el inmueble, del que existe constancia de su existencia desde 1863 en varias fotos históricas, porque los planes generales de urbanismo (PGOU) de 1994 y de 2014 declararon que esta cuarta planta era «disconforme con el planeamiento».

Por cada una de estas piedras en el camino acudieron a los juzgados. En distintas sentencias fueron obteniendo la razón y el ánimo para seguir peleando. Primero el Juzgado de lo Contencioso Número 1 declaró nula la resolución del Ayuntamiento de declaración de ruina inminente. Después el número 2 falló que la administración local debe resolver de manera inmediata sobre la licencia de obras «sin denegársela» y, por fin, también el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León se pronunció en esa misma línea. El fallo de junio de 2021 avaló la decisión del juez de primera instancia en la que se indicaba que no existe ninguna razón jurídica que posibilite denegar la licencia de obra solicitada e insistía en que no se puede considerar que este último piso del edificio estuviera fuera de ordenamiento.

Por tanto, meses después obtenían la tan ansiada licencia de obras que permitió iniciar los pasos para arreglar la fachada y la cubierta. Dos cuestiones prioritarias para consolidar su propiedad que seguía deteriorándose por la falta de este mantenimiento que, el Ayuntamiento de Burgos impedía realizar.

Cristina Fuentes muestra los daños en el suelo causados durante las obras realizadas por la comunidad, ahora paradas. TOMÁS ALONSO

Cristina Fuentes muestra los daños en el suelo causados durante las obras realizadas por la comunidad, ahora paradas. TOMÁS ALONSO

Los hermanos recuperaron la esperanza y estas obras, solicitadas por la comunidad de propietarios, comenzaron a realizarse y los andamios abandonaron la fachada del edificio de Santa María, 8, después de varios años, pagando este montaje. Sin embargo, hace aproximadamente dos meses el Ayuntamiento emitió una nueva resolución de paralización de las obras. Esta es la situación en la que se encuentran ahora y los propietarios denuncian «la mala fe» de parar las actuaciones sin permitir completar el retejado de la buhardilla en el momento más duro del invierno.

La administración ha desestimado el recurso de reposición contra la paralización de las obras por lo que su abogado, José María Castilla, prepara una nueva demanda ante el juzgado contra la penúltima decisión municipal.

Como explica Cristina Fuentes la comunidad presentó un proyecto de obras en el que se estimaba cambiar alrededor del 20% de las vigas de madera que sostienen el tejado. Sin embargo, cuando comenzaron los trabajos se comprobó que el deterioro era mayor del esperado y, por tanto, se presentó al Ayuntamiento un proyecto complementario para seguir con la rehabilitación. 

Ese fue el momento en el que los técnicos municipales les han parado la obra y les han abierto un expediente de restauración de la legalidad. Fuentes señala que les piden que vuelvan a colocar las vigas de madera antigua, algo que no tiene ningún sentido en un proyecto de rehabilitación.

Su abogado denuncia lo que considera «una persecución» contra esta familia que quiere arreglar la propiedad que heredaron de sus abuelos. Se da la circunstancia de que en los procesos judiciales acudieron a la vía de lo penal para querellarse contra varios de los técnicos municipales que intervinieron en el procedimiento durante todos estos años. Esta denuncia fue sobreseída en primera y en segunda instancia.

Todavía no tienen fecha para en el nuevo juicio. En el escrito de demanda reclamarán poder terminar la obra de retejado. Han pasado 12 años desde que solicitaron la primera licencia de obras. El objetivo de retomar su vida donde la dejaron y arreglar también el interior de su casa está todavía lejos para estos dos hermanos, que viven de los recuerdos de los años pasados en el hogar familiar. Allí, frente a la fachada de Santa María de la Catedral.

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