La modificación del PGOU amarra el compromiso municipal de conservar las zonas privadas de uso publico

La modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) o el «libro de instrucciones» de la ciudad para los próximos años como lo ha definido el concejal de Urbanismo, Daniel Garabito, contempla cuestiones de calado como el compromiso del Ayuntamiento de Burgos de hacerse cargo del mantenimiento de las zonas privadas de uso público, así como la posibilidad de desarrollar hasta 122.000 nuevas viviendas, frente a las 137.000 que recogía el documento de 2014.

Pero también incorpora como novedad la regulación de los apartamentos de viviendas turísticas y la necesidad de abordar una edificación más sostenible en el desarrollo urbano, facilitando un programa de incentivos si se construye más verde. En esta misma línea, se flexibilizan las condiciones para la ubicación en suelo rústico de instalaciones de energía renovable como paneles solares o redes de calor, como la prevista para el barrio de Gamonal.

Estas son algunas de las cuestiones que han destacado tanto el alcalde, Daniel de la Rosa, como el concejal de Urbanismo, durante la presentación de este proyecto, que, como recordaba el primer edil, se comprometieron a llevar a aprobación inicial antes de acabar este mandato. Este objetivo se conseguirá en el próximo Pleno municipal, de 17 de marzo, después de algo más de cinco años de revisión. 

A partir de ahí, iniciará una tramitación que se prolongará durante varios meses para atender a las alegaciones, tendrá que volver a pasar por el Pleno para su aprobación provisional y después irá a la Junta de Castilla y León para conseguir el visto bueno definitivo. 

La modificación del PGOU se hizo necesaria tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de 2016 que anuló cuatro sectores urbanísticos y un total de 15.000 nuevas viviendas, puesto que se consideraba un crecimiento irreal de la capital burgalesa. Fue en 2018 cuando se abordó este trabajo que ha introducido grandes cambios, puesto que se ha modificado un tercio de los artículos del PGOU de 2014, elaborado por el estudio de Ezquiaga, señala Garabito.

Fue en 2018 cuando se inició este trabajo de revisión que ha introducido grandes cambios, puesto que se ha modificado un tercio de los artículos del PGOU de 2014, elaborado por el estudio de Ezquiaga, según señala Garabito.

En cuanto al mantenimiento de las zonas privadas de uso público, el alcalde recordaba que existe una «abrumadora» petición por parte de los vecinos que viven en estas manzanas cuyos jardines o parques infantiles tenían que sostener,, a pesar de que los podía disfrutar cualquier viandante. Ya desde el pasado mandato se aprobó en Pleno iniciar los pasos para lograr ese mantenimiento municipal y con esta modificación se amarra ese compromiso.

De la Rosa explicaba que el Ayuntamiento se hará cargo de asumir los gastos de la limpieza, el alumbrado, la reposición del mobiliario urbano, así como de las zonas ajardinadas o de arbolado. Sin embargo, las actuaciones de inversión de mayor calado seguirán al cargo de las comunidades de propietarios.

Suelo rústico

Una de las consecuencias de la anulación de los sectores urbanizables es que el suelo volverá a la calificación de rústico.  Una de las zonas afectadas son los terrenos en las cercanías del barrio de Villalonquéjar donde se podían construir hasta 800 viviendas. Se anula de esta manera el Plan Especial de Reforma Interior de Villalonquéjar por reivindicación de los vecinos.

La modificación del PGOU introduce como novedad la regulación de los apartamentos de viviendas turísticas y los pisos turísticos para evitar que su proliferación se convierta en problema. Por tanto, se limita su implantación para que nunca un edificio de viviendas se transforme en pisos de uso turístico. «Se tasa qué número de viviendas de estas características puede haber en cada inmueble y se limita mucho. Se posibilita este tipo de negocio, pero dentro de un orden», asegura Garabito.

En cuanto a las medidas de construcción sostenible, el concejal de Urbanismo explicaba que es una cuestión muy importante puesto que se contempla un programa de incentivos en un capítulo entero nuevo. Según concreta, «se podrán beneficiar en metros cuadrados edificables quienes construyan más verde, por ejemplo, edificios que funciones con energías renovables».

CAE

Por otro lado, el regidor municipal recordaba que paralelamente a esta modificación se está tramitando otra para reclasificar el suelo del conocido como Centro de Actividades Económicas, en el entorno de Castañares, como suelo industrial. «Calculamos que en tres o cuatro meses podría trasladarse el documento para su aprobación inicial, por tanto para el inicio del próximo mandato», comenta. El objetivo es que Burgos pueda contar con 4 millones de metros cuadrados de suelo industrial, ante la previsión de que Villalonquéjar pueda colmatar sus existencias.