El Correo de Burgos

¿Te acuerdas de lo que ocurrió en Burgos en las elecciones municipales de 2019?

A falta de menos de dos meses para los próximo comicios municipales, repasamos qué ocurrió en la cita con las urnas de 2019, los resultados de los partidos, los concejales que obtuvieron y el convulso pleno de toma de posesión en el que sorprendentemente salió elegido un alcalde distinto al que se esperaba

Daniel de la Rosa abandonó el Ayuntamiento como alcalde entre vítores, con el bastón de mando en mano. SANTI OTERO

Daniel de la Rosa abandonó el Ayuntamiento como alcalde entre vítores, con el bastón de mando en mano. SANTI OTERO

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Las elecciones municipales del año 2019 trajeron en Burgos un escenario político complejo en el que el juego de las mayorías por una vez no fue decisivo en la elección del alcalde. O sí.

Los comicios se celebraron el último domingo de mayo. En aquellas elecciones estaban llamados a ejercer su derecho al voto un total de 137.294 electores en la ciudad de Burgos, pero sólo acudieron a depositar su papeleta 92.186. De ellos, 1.043 personas consignaron un voto en blanco y 776 papeletas fueron consideradas nulas, por lo que tras el escrutinio se determinó que se habían emitido 90.367 votos a candidaturas.

El Partido Socialista ganó las elecciones en 2019 en la capital burgalesa al contabilizar 33.094 papeletas (casi 13.000 más que en la votación de 2015), por delante de un Partido Popular que por primera vez desde 1999 cedía la primera posición en Burgos en unas elecciones municipales tras perder algo menos de 5.000 votos. La lista encabezada entonces por Javier Lacalle, alcalde en funciones en aquel momento, recaudó 23.704 votos, por delante de la candidatura de Ciudadanos, liderada por Vicente Marañón, que recibió 15.430 apoyos electorales, 3.000 más que cuatro años antes.

En tercer lugar entre las preferencias de los burgaleses para determinar la composición de la corporación municipal apareció un partido relativamente nuevo, que por primera vez lograba representación en el Ayuntamiento de Burgos: Vox. La lista encabezada por Ángel Martín sumó 6.558 votos, frente a las 6.066 papeletas que obtuvo Podemos.

Estos cinco partidos son los que obtuvieron representación en el Ayuntamiento burgalés en los comicios de 2019 y los que entraron al juego de determinar las mayorías de gobierno.

Una ciudadana introduciendo su voto en la urna.

Una ciudadana introduciendo su voto en la urna.

La izquierda, siempre dividida

Adicionalmente, cabe destacar que el partido Imagina Burgos, que concurrió por separado con Podemos tras las maniobras de la formación morada en el mandato anterior por dinamitar a la coalición de izquierda ciudadana burgalesa, obtuvo unos nada desdeñables 4.275 votos que, sin embargo, fueron insuficientes para obtener un sillón en el Pleno municipal. Imagina había superado los 18.000 votos en 2015, pero, una vez más, la división de la izquierda mermó sus expectativas electorales. La Ley D'Hont hizo de las suyas y al no obtener el mínimo del 5% de las papeletas, se quedó fuera del reparto de escaños. Queda a la imaginación o a la política ficción analizar qué hubiera sido de la corporación burgalesa de haber concurrido conjuntamente estas dos fuerzas de izquierdas y qué incidencia hubiera tenido esa hipotética coalición en el reparto de escaños en el Pleno.

También conviene hacer una pausa en el relato de lo que pasó hace casi cuatro años para echar la vista adelante y señalar que esas 4.275 papeletas que se embolsó Imagina Burgos han quedado huérfanas durante cuatro años y podrían suponer un jugoso caudal de votos para los partidos de izquierda que concurrirán este 28 de mayo a las municipales.

Adicionalmente, la agrupación electoral Vecinos por Burgos se llevó 786 papeletas; 355 fueron para Contigo Somos Democracia-Unión, Progreso y Democracia (CSD-UPYD); y otras 99 al Partido Libertario.

Reparto de concejales en 2019 y posibles pactos

El resultado de las urnas aquel mes de mayo de 2019 se tradujo en una asignación de 11 concejales para el Partido Socialista, que obtuvo 4 asientos en el Pleno; frente a los 7 ediles que obtuvo el Partido Popular que se dejó 3 escaños respecto a los comicios de 2015. Ciudadanos ganó un concejal más respecto a 2015 y se aseguró 5 asientos en el Pleno; mientras que Vox logró dos concejales, los mismos que Podemos.

Así las cosas, sólo quedaba lanzarse a establecer pactos entre los diferentes partidos para asegurar la Alcaldía de Burgos, pero, de nuevo en una rocambolesca vuelta de tuerca, la política municipal burgalesa volvió a evidenciar como condicionan la vida municipal los enormes recelos entre las distintas formaciones políticas.

El ganador de las elecciones, Daniel de la Rosa, al frente de la candidatura socialista pronto se vio sin más posibilidad de pacto que recabar el respaldo de Podemos para invertirse como alcalde. Entre tanto, las negociaciones en el plano estatal entre Partido Popular, Ciudadanos y Vox convirtieron a los dos partidos emergentes en socios preferentes para articular gobiernos locales allí donde fuese posible.

En el caso de Burgos, el acuerdo que llegó desde Madrid para que aplicasen los tres partidos, con el beneplácito de sus respectivas estructuras en Castilla y León, es que un pacto entre PP, Vox y Cs convertiría en alcalde al candidato de la formación naranja. Pero una cosa es mandar hacerlo y otra, que se haga.

Lacalle fue muy reluctante a ceder la Alcaldía a Vicente Marañón, quien, por su parte, no sólo fue incapaz de coser en Burgos ese pacto que le venía dado desde Madrid sino que se las apañó para poner en fuga a los dos concejales de Vox que, llegado el momento, se expusieron a ser expedientados por su partido con tal de no hacer alcalde a Marañón.

Pero no adelantemos acontecimientos. Los movimientos de los partidos con representación municipal previos al Pleno Constituyente de la Corporación planteaban un escenario tremendamente confuso. La víspera, a última hora de la noche, había saltado por los aires el acuerdo entre PP, Cs y Vox. Los dos concejales de la formación que lidera Santiago Abascal, respaldos por la dirección local de su partido, se desmarcaron del pacto. Este periódico publicó en su portada la noticia de que no votarían a favor de Marañón para que se convirtiera en alcalde. Era el 15 de junio de 2019.

Vicente Marañón tuvo que entrar al Pleno escoltado y bajo una lluvia de improperios y descalificaciones.

Vicente Marañón tuvo que entrar al Pleno escoltado y bajo una lluvia de improperios y descalificaciones.

Un convulso pleno de toma de posesión y un final inesperado

Tras una madrugada en la que los teléfonos móviles echaron humo llegó la mañana del Pleno Constituyente con los ánimos muy alterados. Desde las direcciones de PP y Cs y con el propio Abascal volcado en este asunto, se intentó por todos los medios posibles hacer recapacitar a los ediles elegidos por Burgos por Vox. Nadie sabía a quien votarían en el Pleno.

Entretanto, cientos de personas, afiliados y simpatizantes del Partido Socialista, empezaron a congregarse a las puertas de la Casa Consistorial cargados con pancartas y banderas del PSOE para respaldar a De la Rosa, exigiendo que gobernase la lista más votada. La tensión fue tan alta que la Policía tuvo que establecer un cordón de seguridad para que los corporativos pudieran acceder al Ayuntamiento. 

Vicente Marañón tuvo que entrar al Pleno escoltado y bajo una lluvia de improperios y descalificaciones, viviendo un momento que le marcó tanto que le pesó durante muchas semanas. Los corporativos de PP y Vox tampoco fueron recibidos con palmas. Todo lo contrario.

Una vez comenzado el Pleno Constituyente siguieron los intentos, vía teléfono móvil, por forzar a los ediles de Vox a cumplir el pacto nacional con PP y Cs, pero no fue hasta el momento de la votación cuando se resolvió la incógnita.  

De la Rosa recibió los 13 votos de su grupo municipal más Podemos, mientras que Vicente Marañón obtuvo los 12 votos de Ciudadanos y el PP, que cumplió su parte del pacto con la formación naranja.

Vox, por su parte, votó a su candidato, Ángel Martín. La suerte estaba echada: Daniel de la Rosa salía elegido alcalde por se el candidato de la lista más votada al no haber alcanzado ninguno la mayoría absoluta (14 votos) del Pleno.

Los dos concejales de Vox se negaron a dar la alcaldía a Ciudadanos por la «actitud soberbia» de su candidato. SANTI OTERO

Los dos concejales de Vox se negaron a dar la alcaldía a Ciudadanos por la «actitud soberbia» de su candidato. SANTI OTERO

Las reacciones tras la sorpresa

La bronca callejera a las puertas del Ayuntamiento se trocó en fiesta y Daniel de la Rosa abandonó el Ayuntamiento como alcalde entre vítores, con el bastón de mando en mano. La fotografía que publicó este periódico en su portada de la edición de papel, en la que se ve a un De la Rosa transido de emoción con una pancarta de Vox al fondo, describe a la perfección aquel histórico momento en el que Burgos contaba por segunda vez en democracia con un alcalde socialista. Una fotografía que estuvo bien a la vista en el consistorio durante mucho tiempo.

Para que el sainete fuera completo, apenas media hora después de la toma de posesión del candidato socialista, el entonces vicesecretario nacional de organización del PP, Javier Maroto, anunció en Twitter la presentación de una moción de censura contra Daniel de la Rosa tras haber impedido Vox que gobernase Ciudadanos y, paralelamente, la formación de Santiago Abascal anunciaba la apertura de un expediente informativo a sus concejales para determinar si su actitud era merecedora de sanción disciplinaria.

Finalmente la estructura nacional de Vox entendió las razones de sus concejales y dejó sin sanción su gesto, que argumentaron apuntando a un culpable: Ciudadanos y la «actitud soberbia» de su candidato a la alcaldía.

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