Alegría y regocijo en el reencuentro de Cristo Resucitado y su Madre

Y al tercer día resucitó. La procesión del Anuncio Pascual ponía el broche de oro a la Semana Santa burgalesa con temperaturas casi veraniegas y un sol radiante. Cientos de personas se dieron cita en la Plaza de Santa María para celebrar el Domingo de Resurrección.

A las 10.45 horas, la imagen del Cristo Resucitado partía de la parroquia Sagrada Familia para encontrarse con su Madre a las puertas de la Catedral. La comitiva tenía por delante un largo recorrido de casi una hora. La talla pasaba por calle Concordia, plaza Alonso Martínez y  Laín Calvo para acceder a a la calle la Paloma y de ahí  a la plaza Rey San Fernando, calle Nuño Rasura y Santa Águeda. Poco antes de las doce del mediodía accedía a la plaza de Santa María para entrar en la Seo burgalesa, donde tenía lugar la eucaristía, presidida por el arzobispo Mario Iceta.

Mientras tanto en la Iglesia de San Nicolás de Bari tenía lugar la misa en honor a la Virgen de la Alegría. Tras la eucaristía, la imagen partía del templo para recorrer  las calles del centro de la ciudad y llegar a la plaza de Santa María. A las 13.15 y puntuales a la cita ambas imágenes se encontraban para celebrar la resurrección de Cristo.

Con el tañir de las campanas de la Catedral de fondo, el Cristo salía del templo y era recibido con pétalos de flores y el sonido de las pequeñas campanas que portaban varios niños burgaleses. En la plaza, abarrotada de gente desde su conexión con la plaza del Rey San Fernando hasta las escaleras que dan acceso a las calle Fernán González,  todo era alegría.

«¡Viva Cristo resucitado!», «¡viva la Virgen de la Alegría!», gritaban los presentes, mientras la talla se acercaba a la imagen de su Madre. Decenas de cámaras inmortalizaban el emocionante momento. Tras el encuentro y la felicitación de la Pascua,  los grupos de danzas de Los  Zagales y de María Ángeles Saiz dedicaban  unas jotas a María y a su Hijo y después los más pequeños de la  Banda Infantil de Tambores de la Hermandad de la Sangre de Cristo y Nuestra Señora de los Dolores  tocaban sus instrumentos para celebrar la Pascua.

Un aplauso de los presentes cerraba el acto en la Plaza de Santa María y la comitiva se dirigía a la Plaza del Rey San Fernando, donde también esperaban decenas de locales y turistas. Allí los pasos volvieron a encontrarse y tuvo lugar la  lectura de dos poemas y el intercambio de ofrendas entre ambas cofradías  así  como el saludo a los asistentes del obispo.

Finalmente los pasos salieron en  procesión de nuevo  por la calle La Paloma y Laín Calvo hasta la plaza Alonso Martínez, donde se han despidieron y cada uno regresó  a su iglesia.