El Correo de Burgos

POLÍTICA

Pedro Sánchez: «En Castilla y León vemos una ultraderecha que niega la emergencia climática»»

Tudanca asegura que Castilla y León será el primer territorio que «echará a la extrema derecha de las instituciones» / De la Rosa critica el «circo» de un PP «dividido en dos»

Pedro Sánchez, en Burgos, junto a Esther Peña, Daniel de la Rosa y Luis Tudanca. SANTI OTERO

Pedro Sánchez, en Burgos, junto a Esther Peña, Daniel de la Rosa y Luis Tudanca. SANTI OTERO

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Con el ambiente caldeado en el exterior del monasterio de San Juan pero arropado por los suyos de puertas hacia dentro, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, arropaba en Burgos al candidato a la Alcaldía, Daniel de la Rosa, lanzando un dardo al vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, por sus controvertidas declaraciones cuestionando la toxicidad del CO2.«En Castilla y León vemos una ultraderecha que niega la evidencia científica y la emergencia climática», subrayaba Sánchez tras dejar claro que las afirmaciones de García-Gallardo sobre dicho asunto son «simple y llanamente mentira». Del mismo modo, hizo extensible sus críticas a la Junta de Andalucía, en manos del Partido Popular con el respaldo de Vox, al actuar «como si no existiera esa emergencia climática» mientras «niegan la movilización de muchos jóvenes que quieren gobiernos comprometidos». Dicho esto, y pese a encontrarse a cientos de kilómetros de distancia, quiso meterse al público en el bolsillo proclamando que «Doñana no se toca» porque «es patrimonio de los andaluces y de todos los españoles».En clave municipal, el presidente del Ejecutivo hacía hincapié en uno de los puntos más destacados del programa electoral del PSOE. Algo que De la Rosa «ha conseguido» y que se pretende extrapolar al conjunto del país: garantizar el acceso a «todos los servicios públicos esenciales» en tan solo «15 minutos a pie». Asimismo, puso en valor la apuesta del regidor durante su primer año de mandato al dar «respuesta al acceso a la vivienda» gracias al Plan Municipal 2023-2029 con «el apoyo unánime de todo el pleno».Como era de esperar, Sánchez repasaría los principales logros del Gobierno socialista frente al «ruido», los «insultos» y los «bloqueos» que tanto pesan «a los agoreros de siempre». Pandemia, volcán de La Palma, guerra de Ucrania... «El Partido Socialista nació precisamente para gobernar en tiempos difíciles», concluía el presidente, remontándose a los tiempos de Felipe González, con el fin de poner de manifiesto «lo que vamos a lograr cuando el viento sople a favor».«Cómplice y culpable»También dispuesto a respaldar la candidatura del regidor burgalés, el secretario autonómico del PSOE, Luis Tudanca, cargó duramente contra un Partido Popular «cómplice y culpable» de que Vox haya alcanzado su cúspide política en la Comunidad. No en vano, se mostró convencido de que Castilla y León también se convertirá en la primera región que «echará a la extrema derecha de las instituciones».De cara a las municipales, Tudanca insistió nuevamente en que solo hay «dos opciones»: PSOE o PP con Vox. Sobre los ‘populares’ de Burgos, lamentó que se hayan decantado por «una candidata que llevaba 15 años viviendo en Madrid» y que nada tiene que ver con un alcalde que «va a pelear por esta ciudad» para «conseguir fondos europeos, modernizar infraestructuras y proteger a los más vulnerables».Tampoco desaprovechó la ocasión el líder de los socialistas castellanoleoneses de reprochar una vez más la famosa peineta del presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco. «No está a la altura de su cargo», sentenció con la intención de marcar distancias con el PP porque «nosotros decimos lo que pensamos, pero también pensamos lo que decimos».  Dispuesto a repartir en distintas direcciones pero poniendo el foco sobre el principal rival político del PSOE, Tudanca no se olvidó del «tembleque» de Alberto Núñez Feijóo, quien posiblemente tenga «más miedo» a Isabel Díaz Ayuso que al propio Sánchez. «Lamentablemente para ellos, el apocalipsis no ha llegado», remarcó tras poner en duda el papel moderado del actual presidente nacional del PP, aupado por «los mismos que inventaron el milagro económico» de Rodrigo Rato.Por su parte, el alcalde de Burgos quiso hacer valer su propia marca como candidato dejando claro que su «convicción» se aleja totalmente de las aspiraciones de un Partido Popular «dividido en dos». Un «circo», a su juicio, protagonizado por la cabeza de lista, Cristina Ayala, «a la que han obligado a venir», y la hasta hace no mucho portavoz municipal, Carolina Blasco, que acabó «montanto su propio partido». Aún con todo, por mucho que los socialistas burgaleses tengan «carrete para largo», insistió en que «nuestro mayor enemigo sería un exceso de confianza». 

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