Arropa se transforma en Moda-Re sin perder su esencia: Reciclar ropa y reinsertar personas

Diez años han pasado desde que Cáritas abrió la primera tienda de ropa reciclada e inició el proyecto de recogida y reciclaje de prendas donadas. Entonces, en su primer año, alcanzaron 12 contenedores, gestionaron 100 toneladas de ropa y crearon cinco puestos de trabajo. "Aquello fue un éxito y después seguimos creciendo pero, en este décimo año llega el momento del cambio", señaló la gerente del proyecto de reciclaje textil de Cáritas, Raquel Sáiz.

Entonces el proyecto arrancó en Burgos bajo el nombre de Arropa. Diez años después las cifras son mucho mayores. En 2022 ha recibido cerca de 800 toneladas de ropa usada depositadas en 85 contenedores repartidos por toda la provincia (42 en Burgos, 15 en Aranda, 12 en Miranda y 16 repartidas por la provincia). Se han vendido 128.506 prendas de ropa en las cuatro tiendas de cara al público de las que disponen (dos en la capital, una en Aranda y otra en Miranda). En todo el proceso de reciclaje de la ropa sólo se ponen a la venta el 7% de las prendas que se recogen. El resto se trasladan a una planta de reciclaje y, después, a los espacios de transformación de esas telas en nuevas fibras textiles que Cáritas dispone en Madrid, Barcelona, Vizcaya y Valencia. 

La operatividad de la red de tiendas de ropa de segunda mano de Cáritas en toda España es lo que genera un cambio de nombre y de identidad. Arropa pasa a llamarse Moda re- que gestiona la cooperativa Embico. "No tiene que ser una cooperativa muy grande, tiene que demostrar que las cosas se pueden hacer de otra manera, pensando en las personas y en cuidado del planeta", explicó el delegado diocesano de Cáritas Burgos, Mario Vivanco. Señala que "antes se llamaba Arropa, ahora es Moda re- pero seguimos con la misma idea de fomentar la economía circular, reducción de residuos y en contra del consumo de usar y tirar y ayudar a personas en exclusión". 

En concreto, se trabaja la inserción laboral como complemento a otros recursos de inserción de personas en riesgo. La red de recogida textil y venta genera 27 puestos que han ocupado, durante el año pasado, un total de 42 trabajadores. El 70% de las personas que finalizaron el itinerario de inserción han encontrado empleo en el mercado laboral normalizado. "El objetivo es generar puestos de empleo y el acompañamiento de los itinerarios de inserción laboral que permiten a las personas adquirir conocimientos y la experiencia que necesitan para dar el salto al mundo laboral", expuso Saiz. 

Otra faceta solidaria que caracteriza al programa, más allá del negocio del reciclaje textil bajo la denominación vintage, es la entrega social de ropa por valor de 30.748 euros. En las entregas a personas en riesgo social se busca "dar respeto en la entrega con lo que van a la tienda, eligen lo que más les gusta y Cáritas asume el coste". Un total de 1.200 personas pasaron el año pasado por este proceso similar a la compra para evitar la estigmatización. La cifra de estas entregas se ha incrementado un 67% en el último año. Además se ha donado ropa, 2.783 kilos al programa Personas sin Hogar, entregas al centro penitenciario, al Hospital Universitario y a residencias de ancianos, entre otras. 

Nueva imagen con la Escuela de Diseño

El cambio a esta unificación nacional del programa de reciclaje textil de Cáritas arrancó en el año 2021 a nivel burocrático y en 2022 se ha adecuado la imagen de la marca en un "proceso de convergencia en la que Burgos fue una de las primeras diócesis en incorporarse pero en la que se van incorporando nuevas poco a poco", señaló Sáiz. Esto conlleva un cambio de imagen. Algo para lo que Cáritas se ha unido a la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Burgos. 

"Se trata de un cambio de imagen de los contenedores y también estamos desarrollando un cambio en las tiendas donde cada vez hay más jóvenes que vemos que tiene más normalizado el uso de la ropa reutilizada y queremos ofrecer en tienda una imagen más fresca y actual", añade Raquel Sáiz. 

En la Escuela de Diseño llevan tiempo trabajando en los proyectos para renovar los tradicionales contenedores rojos de recogida de ropa de Cáritas. Hoy tocaba materializar el diseño en papel de Jana del Val Blanco que estudia segundo de Bachillerato de Artes. 10 manos brocha en mano y con muchas ganas a pesar del tiempo. "En el diseño al principio pensé en niños, en algo muy figurativo pero después ya me fui a algo más abstracto que se asemeja a un estampado con los colores rosas y rojos que eran la exigencia del proyecto", explica. 

Como ella se han presentado y preseleccionado los bocetos por la escuela diseño para los contenedores de Cáritas que se van a ir materializando "poco a poco". Unos, como Jana, tiran por un lado más abstracto y otros por una temática más figurativa que irán cambiando la imagen de Moda re- poco a poco. En esta línea se enmarca también, la tercera Maratón de Reciclaje de Ropa que la escuela organiza con los alumnos de Diseño y que se lleva a cabo durante todo la mañana de hoy. Un buen ejemplo del interés de los jóvenes por la reutilización de la ropa. En el caso de los futuros diseñadores por lo que se denomina upcycling que "cada vez tiene más interés entre el alumnado", señala la directora de la escuela, Raquel Soto. El upcycling "va más allá de reutilizar prendas, es el denominado superreciclaje que une varias prendas en una mejorada, como una nueva creación que revaloriza esos elementos".