Burgos tiene el doble de terrazas que antes de la pandemia
En 2023 se abonaron tasas para 738 instalaciones hosteleras en el exterior /En 2019 eran 347 / La ordenanza de terrazas encara su aprobación definitiva con pocas modificaciones
El mapa de terrazas en la ciudad de Burgos se ha transformado tras la pandemia y a la espera de la criba que pueda suponer la aprobación definitiva de la nueva Ordenanza Reguladora de Terrazas de Hostelería de la ciudad de Burgos. La nueva normativa afronta esta semana su aprobación definitiva y con pocos cambios a pesar de las alegaciones recibidas que han retrasado su puesta en marcha. Solo se estiman apreciaciones de Andando Burgos.
Durante la pandemia, con restricciones de acceso al interior de los establecimientos hosteleros, se planteó un decreto de ampliación por la Covid-19 y una exención de tasas en 2021. De aquella manga ancha por la supervivencia del sector, al no poder realizar su labor en espacios cerrados por la situación epidemiológica, muchos han decidido conservar el servicio en el exterior. En la gestión de las tasas de terrazas se observa ese aumento. En 2023 se han abonado 738 impuestos por terrazas. Son una veintena menos que en el año anterior pero son el doble que en 2019. Entonces se habían registrado 347 terrazas.
También suben los ingresos por las tasas que los hosteleros abonan por el uso de esos espacios. En 2023 el Consistorio ingresó por este concepto 410.804 euros. En 2019 eran 317.000 euros. En 2022 se recaudaron, con 20 terrazas más, casi 6.000 euros más. La media de lo que ha pagado un hostelero por su terraza en la ciudad de Burgos es de 556 euros.
En la próxima mitad del año la población de terrazas de hostelería de la ciudad podría cambiar con la entrada en vigor de la nueva ordenanza de Terrazas que ya encara la semana decisiva para alcanzar el documento final que se trasladará al próximo pleno municipal y los tiempos empiecen a correr para solicitar la nueva licencia. Tras la revisión de las alegaciones presentadas por varios colectivos sólo se han admitido dos, una de ellas parcial, de la Asociación Andando Burgos.
Éstas tienen que ver con la definición del Itinerario Peatonal Accesible que, a juicio de la asociación, no estaba perfectamente definido como tal. Así, se incluye que ese Itinerario Peatonal Accesible es «la zona de uso peatonal dentro de los espacios públicos urbanizados que garantizan el uso y la circulación de forma autónoma y continua de todas las personas». Un itinerario que tendrá una anchura de 1,80 metros, debe garantizar el giro, cruce y cambio de dirección al peatón y es un espacio colindante a la fachada.Otra de las apreciaciones que se han tenido en cuenta de Andando Burgos es sobre la terraza proyectada sobre la fachada del establecimiento de hostelería, aunque es una estimación parcial. Se permite alejar la terraza cuando no hay posibilidad de desarrollo frente a la fachaza o no se puede desarrollar su terraza al 50% de lo que tendría derecho. Aquí el matiz de Andando Burgos es un condicional, de correspondería a pudiera corresponder puesto que «la posibilidad de que un establecimiento hostelero tenga una terraza no es genérica ni automática, sino que pasa por la comprobación de que su instalación no incide negativamente en el interés general de seguridad pública, accesibilidad universal, peatonalidad y protección del medio ambiente y el patrimonio».
Estos son los únicos cambios de una ordenanza que permitirá que las terrazas ocupen plazas de aparcamiento en aquellos lugares donde hay más oferta que demanda. Se permiten terrazas pequeñas, con un máximo de 30 metros cuadrados, dos plazas de aparcamiento, donde se podrán llegar a poner un máximo de ocho mesas. Deben contar con el informe de Movilidad, que no identifique problemas de estacionamiento en la zona en el momento de la solicitud, pero también a posteriori porque es razón para revocar la licencia.La ordenanza recoge una pormenorizada lista de los elementos que se podrán poner en las terrazas, desde toldos, pasando por las protecciones rígidas, suelo y alumbrado. En el caso de que se instalen calefactores eléctricos se deberá tener un contrato con una comercializadora 100% renovable. Habrá un itinerario peatonal accesible junto a la fachada y si no es posible, el perímetro se delimitará con protecciones rígidas verticales y habrá una franja de pavimento táctil que instalará el Ayuntamiento. La terrazas no podrá superar el 50% del ancho de acera o 10 metros de fondo. Y la superficie máxima será de 100 metros cuadrados, salvo en espacios apartados, donde se podrá aumentar un 50%. Otra de las novedades que presenta el borrador es la posibilidad de solicitar licencia para todo el año o para el periodo estacional, entre el 15 de mayo y el 15 de septiembre.
Seis mesesUna vez que el texto definitivo pase el visto bueno del pleno, justo antes de finalizar la legislatura, los hosteleros que quieran mantener el servicio de terraza tienen seis meses de plazo para solicitar licencia y adaptarse a la nueva normativa. Se verá entonces cuántas de las 738 terrazas que han pagado su tasa este año se mantendrán. Deben incluir, en el caso de no poder desarrollar la terraza junto a su local, la autorización de propietarios o comunidades de propietarios. El área de Licencias dispondrá de tres meses para tramitar la solicitud. El Ayuntamiento podrá revisar las zonas de terrazas existentes previamente, se elevara informe y si hay daños en el pavimento «deberán subsanarlos antes de tener nueva licencia».