Los ‘legajos’ del Mendoza. Registro vivo de la docencia en el pasado
La Biblioteca Histórica del Instituto López de Mendoza conserva 1.500 libros, mapas y fotografías. Los más antiguos, siglo XVI, son reglas de funcionamiento del colegio
Pasear por el Instituto Cardenal López de Mendoza es respirar historia en cada rincón. Se imparten enseñanzas desde el siglo XVI y, ademas del patrimonio arquitectónico, evidente en su edificio principal de estilo renacentista, queda rastro en el rico fondo documental que atesora el centro educativo. Una riqueza que es prácticamente invisible para los alumnos pero cuya visibilidad y conservación es uno de los empeños del Grupo de Patrimonio, seis profesores de diferentes áreas y la directora del Centro, Mª Luz García Parra. «Llevamos varios años con este grupo de profesores dedicados a poner en valor el patrimonio del centro, está formado por profesores de diferentes departamentos y vamos acotando áreas de intervención pero esto no se acaba, constantemente hay cosas que hacer», señala García Parra.
Una de las últimas intervenciones ha sido la catalogación, identificación y restauración de los antiguos libros y legajos de la Biblioteca Histórica del Instituto que se complementa con una biblioteca moderna de consulta para el alumnado. La Histórica es un ejemplo de cómo se organizaba la enseñanza cuando el centro era el Colegio San Nicolás. Algunos de sus libros más antiguos tienen que ver con las reglas de funcionamiento, comportamiento o vestimenta del centro para los alumnos del siglo XVI. Hoy, si nada entra en el aula virtual, apenas se sabe. Dos formas de organizar la enseñanza que conviven en uno de los centros educativos más antiguos del país. Libros, láminas y maquetas como las que se ven en el extraordinario y lleno Museo de Historia Natural del Centro eran los elementos educativos que tenían los profesores para enseñar. Hoy los recursos del aula están en formato digital (web, aula virtual, internet) antes sólo estaban disponibles en el centro y «era muy costoso de conseguir por eso conservar ese legado, fruto del esfuerzo de los antiguos profesores del centro, es uno de nuestros objetivos, pero no es fácil», explica la directora del Mendoza.
Mª Luz García Parra: "Los materiales didácticos eran algo muy costoso de conseguir, por eso conservar ese legado, fruto del esfuerzo de los antiguos profesores del centro, es uno de nuestros objetivos, pero no es fácil"
Van poco a poco. «Hay mucho libro almacenado de aquella manera durante años y queríamos poner un poco de orden, agruparlos por materias, restaurar aquellos que están más dañados y, en el futuro, intentar catalogar todo el material», explica la responsable de la biblioteca y profesora de Lengua y Literatura, Tere Lastra Palacios.
De esta manera, se ha aprovechado la aportación que tienen como centro histórico para restaurar seis de las piezas más antiguas que se conservan en el centro y que van del siglo XVI al XIX. «Son las que estaban más deterioradas se ha hecho una labor de conservación de lo que nos ha quedado, no de reconstrucción, y hay otros que tienen cierto deterioro pero no tenemos fondos suficientes y hay que ir haciendo lo que se puede», explica Mª Luz García Parra. La restauración de estos seis ejemplares la ha realizado Pedro Villanueva Riu, especialista en conservación de documentos. Cada intervención tiene su propio dossier de contexto histórico, descripción del contenido, intervención realizada y descripción gráfica de la situación antes y después de la intervención de cada pieza.
El resultado final se muestra en los pasillos del instituto, como una forma de poner en valor ese patrimonio escondido durante décadas en los armarios del centro. Entre las piezas mas singulares y antiguas está el ‘Libro de las constituciones y tablas de ceremonias del Colegio de San Nicolás’. Editado en 1603. Contiene los traslados de sendas concordias y constitución realizados en 1652. Es un libro manuscrito en el que se incluye un pliego de hojas de 1874. El libro se reencuadernó por el daño que debía presentar en el siglo XVIII hasta que dejó de tenerse en cuenta y se rescata ahora del olvido para su conservación y consulta.
Otra de las piezas singulares, por las imágenes que lo acompañan, es el libro de arquitectura ‘Obelisco Vaticano 1590’. Se trata de un libro singular que relata, con gran profusión de imágenes, el traslado del obelisco del circo de Nerón a la plaza de San Pedro en el Vaticano. La operación, que duró 13 meses, empleó a 900 hombres, 75 caballos y 40 cabrestantes, como se registra en el informe de restauración, fue un hito en su momento. Cuenta con 24 impresionantes grabados a toda página realizados mediante calcografía. Hay registro, según el informe de restauración, de daños generados por su uso pero, también, faltan algunas páginas. 12 en concreto aunque «la mitad de ellas estaban en blanco con lo q ue la sustracción podría responder a la necesidad de conseguir papel sin usar en una época en la que no abundaba», refleja el informe. Necesidades que para un alumno de secundaria de hoy son incomprensibles.
Son dos de las piezas más singulares restauradas de una biblioteca histórica de 100 metros cuadrados con el material dispuesto en dos plantas y cinco piezas que, por su singularidad, se conservan de manera independiente. Los cinco tesoros de la Biblioteca Histórica del Mendoza. Son ‘Tablas y ceremonia del Colegio de San Nicolás’ (1621), ‘Libro de acuerdos del Insigne Colegio de San Nicolás’ (1690), Libro de acuerdos y nombramientos del Insigne Colegio de San Nicolás’ (1759), ‘Libro de cuentas y actas del Insigne Colegio de San Nicolás’ (1767) y ‘Traducción de una bula de Pablo V’ de 1790.
Y en ese buceo de recursos perdidos en la memoria de los que fueron algunas singularidades que pasan inadvertidas para los alumnos, pero no para los investigadores. «Todo el contenido de la Biblioteca Histórica están referenciados en los archivos de la Biblioteca Nacional y del Archivo Municipal y están dispuestos para la consulta de investigadores, de hecho hemos recibido solicitudes», explica María Luz García Parra.
La riqueza es un sumar de años y años con donaciones, que aún hoy se realizan. La más numerosa fue la realizada por el Catedrático de Literatura y profesor del centro, Eloy García de Quevedo, que donó su biblioteca personal para el estudio de futuras generaciones.
El próximo reto del Grupo de Patrimonio del Instituto Cardenal López de Mendoza pasa por restaurar los mapas del tesoro cartográfico destinado a la enseñanza en los siglo XIX y principios del XX. Su restauración será el próximo objetivo.
Esta colección de 1.500 ejemplares es la suma de muchos esfuerzos docentes desde que el edificio se hacia llamar Colegio San Nicolás de Bari, su reconocimiento como Instituto Provincial de Segunda Enseñanza en 1845 y su adaptación a la enseñanza del siglo XX y el reto de transformación que supone la enseñanza en el siglo XXI. Los jóvenes no han dejado de cruzar sus pasillos. Hoy permanecen casi ajenos a una historia que un grupo de profesores trata de poner en valor con exposiciones, actividades singulares en el aula y dedicación.