De aparcamiento improvisado a jungla urbana. La parcela de San Esteban sigue sin uso y cubierta de matojos
La parcela junto al arco de San Esteban que se utilizaba como aparcamiento se ha llenado de matojos desde que se bloqueó el acceso
Tras un año y medio sin avances para encontrar una solución a este espacio urbano anexo a la muralla junto al arco de San Esteban, la naturaleza ha reclamado su derecho y ha reconquistado la parcela que durante muchos años se usó como aparcamiento.
Fue en noviembre del año 2021 cuando se procedió a levantar taludes para impedir el acceso de los vehículos por orden de concejal de Vías Públicas y Servicios, Miguel Balbás, cumpliendo «la intención del equipo de Gobierno» de «reorganizar este entorno para que no se aparque».
Se llegó a barajar la opción de aplicar una zona azul dejando también una zona verde para disfrute de los vecinos del barrio. Pero a falta de consenso, la urgencia municipal por dar una solución a esta parcela cayó en el olvido y nunca se llevó a cabo ninguna otra acción más allá que bloquear el paso.
Cabe señalar que aunque en su momento la asociación del Casco Histórico Alto apoyó esta medida que sacaba los coches de esa zona junto a la muralla, hay residentes que aún se quejan porque han dejado sin una alternativa a vecinos, comercio, colegios y turismo.
Así las cosas, la parcela aparece hoy como una jungla urbana, llena de matojos y especialmente verde en esta época de primavera. También han crecido grandes arbustos y, en general, la zona ha quedado impracticable.
Un año antes de que se levantase los taludes para cerrar el paso, Podemos ya exigía que se acabase con ese aparcamiento "alegal", como lo definió Balbás. Una reivindicación cuyos efectos han sido peores que el mal que pretendían solventar.
La concejala de Podemos Marga Arroyo denunciaba que ese aparcamiento agravaba la degradación de la zona, recordando que hace pocos años “los y las vecinas podían pasear y pasar tiempo libre charlando y disfrutando del entorno”. Recordaba, además, el mal estado del parque infantil, hoy “apenas unos restos que se caen a pedazos”.
Arroyo y Balbás se salieron con la suya y desapareció el aparcamiento, pero tras el bloqueo de la parcela la situación es aún peor y la falta de soluciones sigue levantando críticas a la acción municipal.