La promoción de viviendas no se comporta igual en toda la provincia. Te sorprenderá donde cae
«El sector espera una estabilidad en el coste de materiales para no disparar precios»
El Observatorio de Vivienda del Colegio de Arquitectos de Burgos refleja que el descenso de nuevas promociones residenciales va por comarcas en la provincia de Burgos. Hay zonas donde se mejoran datos pero hay otras donde caen estrepitosamente. Y donde bajan es, precisamente, el entorno con más población y donde se construyen bloques con más número de viviendas que es lo que hace subir o bajar la estadística.
A nivel general se ha pasado de 347 viviendas visadas entre enero y marzo de 2022 a 195. Tanto en grandes bloques como en construcciones individuales en cualquier pueblo, se espera a mejores números. «Tras el año pasado en el que se dispararon los precios, se busca un ajuste de costes de construcción para que los precios finales de la vivienda no se vayan tanto que el cliente no los pueda asumir», reflexiona el presidente del Colegio de Arquitectos, Javier Achirica.
Una situación, que por volumen de las promociones, afectan más a la capital y el alfoz. En la ciudad de Burgos se ha pasado de visar 213 inmuebles en el inicio del año pasado a gestionarse 82 hasta marzo de este. Es la cifra más baja desde el año 2017 con 86 viviendas visadas, sin contar el inicio del 21, con la pandemia golpeando fuerte, que acabó con 21 visados. En el alfoz la situación no es mucho mejor. Alcanza mínimos con cinco inmuebles visados frente a los 28 del mismo periodo del año anterior.
En cambio en Aranda de Duero y Miranda de Ebro cotizan al alza, aunque con números totales más modestos. En Aranda han pasado de seis a 39 viviendas visadas entre el inicio del año 2022 y los tres primeros de este ejercicio. En Miranda de Ebro, donde las promociones a penas superan medio centenar en los últimos diez años, han pasado de cuatro en el primer trimestre del añ pasado a 11 este. Es el tercer año con mejor inicio del año registrado desde 2013.
En el ámbito rural donde los números son más estables, también lastra el coste de materiales. Hay que ajustar el precio final de la construcción con el presupuesto que el promotor individual está dispuesto a asumir. Aquí están en números bajos, 58 viviendas visadas hasta marzo. El año pasado en el mismo periodo habían sido 96. El entorno rural registra desde la pandemia una especie de edad de oro que el coste de materiales ha frenado por el momento.