El policía abatido vació el cargador de 13 disparos de su pistola HK
En su huida tardó mucho más de las cinco horas que separan la comisaría de Lonzas de Villagonzalo Pedernales ¿cómo empleó ese tiempo?
Vació el cargador tirando a matar. Antes de caer abatido por los disparos de los agentes de la Guardia Civil que se defendieron para salvar sus vidas, Óscar Piñon, que hoy hubiera cumplido 47 años, disparó conscientemente y apuntando al hombre contra los agentes del operativo policial que llevaba persiguiéndole muchos kilómetros.
Para ello utilizó el arma que robó en los vestuarios de la comisaría de La Coruña a la que había acudido a firmar los papeles de su baja definitiva. En un momento dado se coló en el vestuario y forzó tres taquillas hasta que encontró lo que buscaba: el arma reglamentaria de un agente que iba a entrar en servicio. No fue hasta varias horas después, cuando ese policía nacional fue a abrir su taquilla y se percató de que faltaba el arma cuando se desató la persecución a Óscar.
Se dio la alarma y se revisaron las grabaciones de las cámaras de la comisaría y su aparcamiento. Desde un primer momento ya se tuvo la certeza de que Óscar se llevó la pistola de su compañero y se hizo un seguimiento por las cámaras de tráfico hasta que se ubicó el coche que conducía en la autovía A-6, que conecta Madrid desde A Coruña.
El expolicía, apartado del cuerpo por sus problemas personales y legales, condujo por la A-6 hasta salir de Galicia por Pedrafita, donde le captaron las cámaras de tráfico y se determinó su paradero, y entró en Castilla y León por el Bierzo y en las cercanías de Astorga se desvió de la autovía A-6 y torció en dirección a León. Posteriormente, recorrió de este a oeste las provincias de León y Palencia por la autovía A-231 con su coche seguido ya de cerca por un operativo de tres coches de la Guardia Civil y dos de la Policía Nacional, según el relato de un camionero a los agentes que desveló en EsRadio el periodista Alfonso Egea.
El primer intento por pararle los pies se organizó en túneles de la A-231 en Tardajos, una zona despoblada en un tramo de carretera en cuesta para aminorar la velocidad del fugitivo y con mucha luz en los túneles para facilitar la maniobra. Aún así, Piñón logró escabullirse y prosiguió por la ronda oeste hasta que se le cerró el paso en la gasolinera de Shell de Villagonzalo a mitad de camino entre los túneles y la ciudad de Burgos, donde se pretendía evitar que llegase. Entonces al verse acorralado, Piñón se bajó del coche y se lio a tiros con los agentes que le perseguían.
¿Qué arma usó el policía abatido?
Óscar Piñón robó el arma reglamentaria de un compañero. Una HK USo Compact que incorpora un cargador con 13 cartuchos de munición de 9 milímetros. Esta pistola semiautomática es la que lleva de dotación todo agente de la Policía Nacional en España.
Una de las características de esta pistola es que cuenta con un sistema diseñado para amortiguar el retroceso de la pistola al disparar. Dicho de otra forma, es más fácil volver a apuntar después de cada disparo. Y Óscar Piñón vació su cargador disparando al hombre.
La vida de los agentes del operativo que lo abatió corrió serio peligro. De hecho, se parapetaron tras las puertas del vehículo patrulla que les sirvieron de escudo contra las balas. Algunas impactaron muy cerca de los agentes. Como se aprecia en la imagen.
Además, no era la primera vez que Óscar Piñón se veía bajo las balas en un tiroteo. En enero del año pasado un delincuente disparó tres tiros hacia los policías que le cercaban en la localidad coruñesa de Narón y Piñón se encontraba entre ellos.
Las balas zumbaron en el aire de la madrugada burgalesa. De un lado el expolicía fugitivo y del otro los guardias civiles, que recibieron una lluvia de proyectiles. El vehículo tras el que se parapetaron sufrió tres impactos de bala en la carrocería y otro en la rueda delantera derecha. Además, en un lavadero de coches cercano impactó otra bala, aunque a esas horas no había ningún cliente. En las imágenes de las cámaras de seguridad se aprecia que el policía sale de su vehículo y empieza a disparar, a lo que responden los guardias, que lo hacen de manera proporcionada a la situación generada por el agente abatido, por lo que no hay dudas sobre el modo de proceder de los miembros de la Benemérita.
De hecho, salvo los dos operarios de la gasolinera nadie se enteró del tiroteo. En el hotel Rey Arturo no vieron nada y en las viviendas más cercanas al área de servicio tampoco oyeron nada.
En el tiroteo de Villagonzalo se contabilizaron en torno a cincuenta disparos. Tres de ellos impactaron sobre el expolicía que cayó abatido sobre las cuatro menos cuarto de la mañana. Momentos después la Policía Nacional solicitaba una ambulancia para atenderle. Sangraba profusamente y se dio aviso al hospital universitario de Burgos para que estuvieran preparados, pero la víctima falleció antes de ser trasladado. Su cadáver fue levantado en torno a las seis de la mañana del miércoles. Por otro lado, ninguno de los agentes que participaron en este operativo resultó herido.
¿Qué hizo desde que robo el arma hasta que llegó a Burgos?
El policía fallecido robó el arma en la mañana del martes en la Comisaría de Policía Nacional del Distrito Sur de A Coruña, también conocida como la comisaría de Lonzas, y se dio a la fuga posteriormente hasta que fue acorralado en Villagonzalo y cayó abatido en el tiroteo en torno a las tres y media de la madrugada de ese martes al miércoles. Son muchas horas entre el robo del arma y el tiroteo que los investigadores tratan de reconstruir para determinar cómo fueron las últimas horas del agente abatido y el porqué de sus acciones.
A velocidad reglamentaria y sin parar la distancia entre el barrio de Lonzas, en A Coruña, y Villagonzalo se recorre fácilmente en cinco horas siempre por autovía o autopista. No es un viaje complicado ni difícil para un policía acostumbrado a pasar horas en un coche patrulla. Sin embargo, Óscar Piñón tardó mucho más que cinco horas en recorrer los 490 kilómetros que separan ambas localidades.
El estado mental del expolicía fallecido también interesa en la investigación si se quiere descarta o confirmar que su intención fuera forzar un suicidio policial, enfrentándose con el arma a sus excompañeros para ser abatido. No obstante, el hecho de que disparase a matar no termina de encajar con esa teoría.
Óscar Piñón era "una persona enferma según explicó a "'El programa de Ana Rosa' Roberto González, portavoz del Sindicato Unificado de Policía de Galicia. Tiempo atrás fue denunciado por supuesta violencia de género y arrastraba otros problemas disciplinarios en la comisaría. Su vida dio un vuelco dramático cuando el pasado 24 de marzo fue detenido en Valdoviño en una redada contra una red de traficantes de cocaína rosa. Todos los arrestados de aquella operación estaban en la cárcel excepto Piñón.