HISTORIA
La huella de Cristóbal de Haro, reflejada en un monolito que pone a Burgos «en el mapa»
Cinco investigadores conocidos como 'Los Especieros' defienden el legado del célebre y desconocido mercader / Su última exposición en el Arco de Santa María registra 20.000 visitas en una sola mañana
Se hacen llamar, apasionada y «extraoficialmente», Los Especieros. Su misión: poner en valor y difundir el legado de Cristóbal de Haro y de todos aquellos navegantes vinculados a Burgos que contribuyeron decididamente a impulsar el comercio marítimo español en tiempos de Magallanes y Elcano. En marcha desde 2019, Adelaida Sagarra, Fernando Sánchez de la Rosa, Tomás Mazón, Carlos García Güemes y Juan Ruiz Carcedo han logrado un «hito» que servirá para que «en la ciudad haya una memoria pública» de este célebre a la par que desconocido mercader.
El hito en cuestión consiste en la ubicación de un monolito en el denominado pasaje de Cristóbal de Haro, entre la iglesia de San Lesmes y las oficinas de Caja Rural de la avenida de la Paz. La elección del enclave no es casualidad, pues según explica Sagarra el cuerpo del navegante burgalés «está enterrado junto con su mujer en la capilla» de dicho templo. En cualquier caso, el principal objetivo de Los Especieros es dar a conocer las cinco expediciones en las que De Haro participó jugando un papel crucial, entre ellas la de Magallanes y Elcano.
Más allá de su papel como comerciante y benefactor de la especiería de Castilla, Mazón destaca «el trabajo que desempeñó para sacar adelante toda la logística» de unos viajes harto complicados y no exentos de riesgos en aquella época. Eso le llevó a «estrechar lazos con los marinos», y aunque analizar sus relaciones personales «sea difícil de detectar a través de las fuentes», resulta cuanto menos llamativo el hecho de que el capitán Hernando de la Torre, oriundo de Frías, le pidiese ayuda por carta desde las Islas Molucas «como a padre y señor».
¿Por qué una figura de tal magnitud ha pasado tan desapercibida en la historia? «Estamos tratando de que sea al revés, de que cobre la mayor relevancia posible», apunta Mazón a sabiendas de que las «grandes hazañas» siempre llaman más la atención. Aparte, las gestas de Magallanes y Elcano «monopolizan el relato» pese a que en sus expediciones había «personas que valen tanto como ellos y están a su lado». Lo que está claro, no cabe duda, es que «no han tenido tanto protagonismo como ellos».
Lo bueno, dentro de lo que cabe, es que «Burgos aparece cada vez más en el mapa de la vuelta al mundo de los viajes especieros». Gracias al empeño de su grupo, Sagarra percibe que «este conocimiento va cundiendo». Aún con todo, no ceja en su empeño de seguir divulgando la figura de Cristóbal de Haro a través de conferencias, congresos o exposiciones como la que permanece abierta ahora mismo en el Arco de Santa María hasta el 11 de junio, con posibilidad de realizar visitas guiadas de libre acceso los martes, miércoles, jueves y sábados a las 6 de la tarde.
Tan sólo ayer por la mañana, precisa Sánchez de la Rosa, la exposición registraba «20.000 visitas». Toda una gesta para dejar una «pequeña semilla» que aspira a florecer en los centros escolares. Por ejemplo, en el colegio San Pedro y San Felices, donde se ha prestado especial atención a periodo de la historia que trata de visibilizar el papel que jugaron ilustres paisanos en aguas internacionales.
Mientras tanto, Los Especieros siguen remando contra viento y marea, cada vez más a favor por lo que parece. Aparte del monolito, consiguieron renombrar las calles del barrio de Castañares para rendir homenaje a los protagonistas de la primera vuelta al mundo. Por otro lado, agradecen la «absoluta colaboración» que siempre se les ha brindado desde el Ayuntamiento, la Diputación y la Universidad de Burgos (UBU) para saldar una «deuda» que la ciudad tenía con ellos, empezando con Cristóbal de Haro.