Educación y cine
Sueños, un plátano y ¡acción!
El alumnado del segundo ciclo de Educación Infantil del Colegio Círculo lleva semanas trabajando en el proyecto «Un cole de ALU-CINE» / Varios profesionales del cine están acudiendo al centro para acercar a los niños su día a día / Este viernes les visitó el cineasta burgalés David Castro
Ayer se percibía más jarana de lo habitual en los pasillos de Educación Infantil del Colegio Círculo. No porque fuera viernes y el día invitara a disfrutar más del patio que de las aulas. ¡Iba a venir un director de cine!
Desde el pasado mes de marzo las docentes de este ciclo están desarrollando entre los seis grupos que tienen, dos por curso, el proyecto El Círculo, un cole de ALU-CINE. «Queremos que, a través del cine, se desarrolle una experiencia globalizada de todas las áreas que trabajamos en Infantil. Desde lo afectivo hasta los conceptos matemáticos, de lenguaje, la lectura, la escritura...», explicó Merche Talayero, coordinadora del ciclo de Educación Infantil del centro. «El mundo audiovisual atrae mucho a los niños, pero es que las generaciones de ahora viven entre pantallas desde muy pequeñitos... Con este proyecto queremos que conozcan cómo es el trabajo que hay detrás y que poco a poco vayan relacionándose con algunos términos cinematográficos, las profesiones...», señaló.
En el desarrollo de Un cole de ALU-CINE también están muy implicados los padres y las madres que, además de llevar películas, libros, atrezo y vestuario al colegio, han realizado algunos sencillos cortos y murales para decorar el aulario.
Otro aspecto que destaca la maestra del Círculo y que les ha chocado es el desconocimiento del cine de ‘acción real’ que hay entre los pequeños. «Entiendo que en su edad lo habitual es ver películas o series de dibujos animados, pero es que no habían visto prácticamente nada con actores. A partir de ahí hemos podido introducirles conceptos como la interpretación, el maquillaje, la música o el vestuario. Todo esto les ha causado una gran sorpresa», indicó Talayero.
Los orígenes del cine, el blanco y negro y las películas mudas han sido otro campo de batalla para las docentes. «Les pusimos unos cortos de Charlot y se desconcertaron un poco. Luego, cuando comenzaron los embrollos y los golpes, las risas que se echaron normalizó aquello que veían en la pantalla y que era muy diferente a lo que ven habitualmente en su casa», apuntó.
Una de las particularidades más especiales del proyecto es la visita de trabajadores del cine a las aulas para explicar de primera mano a los más pequeños del colegio cómo trabajan en sus respectivos campos. En anteriores semanas, el actor y técnico de sonido Diego Aguinaga y la maquilladora Maite Aguinaga -«que no son familia»- explicaron al alumnado algunos de los secretos de su día a día en el mundo audiovisual. Este viernes fue el actor y director David Castro González el responsable de inocular el veneno del cine en la tiernas venas de los niños y niñas del Colegio Círculo.
David vuelve al cole
Castro -invitado por Raquel, profesora de Inglés del centro y compañera de estudios del director- hizo tres pases de su charla, uno para cada curso. No fue fácil controlar la emoción de los escolares camino al aula donde se celebró la exposición del cineasta burgalés. Merche y Cristina -tutoras de Primero-, Gema y Consuelo -de Segundo- y María José y Ana -de Tercero- les sentaron sobre una alfombra azul que sirvió como patio de butacas para atender a las explicaciones de David Castro, que les recibió con una enorme sonrisa. «Este es un público muy agradecido, pero también exigente», confesó antes de iniciar la función.
«¿Quién sueña en este aula?», espetó a los pequeños nada más comenzar. Un silencio inquietante se instaló en el salón de actividades hasta que empezaron a alzarse manos y voces. La complicidad entre David Castro y el alumnado comenzó a resplandecer según pasaban los minutos y compartían títulos de películas como El gato con botas o Super Mario Bros.
Llegó el momento de apagar las luces y que la pantalla fuera el único punto del luz de lugar y el centro de atención de los ojos de los allí presentes. Como aperitivo, se exhibió un cortometraje de Alice Guy, una de las pioneras del Séptimo Arte. Más tarde, David Castro -que en su formación se mezclan estudios de Magisterio, Comunicación Audiovisual, Pedagogía, Interpretación y Cine- ilustró al alumnado de Infantil en el universo mágico del ‘stop-motion’, una técnica que graba imágenes fijas para más tarde ser animadas en edición y dar sensación de movimiento. La proyección del cortometraje Uka -dirigido por Valle Comba, nominado a los premios Goya y en cuyo equipo estaba Castro-, sirvió como ejemplo de este modo de hacer cine.
Cortos en vivo
Luego vinieron las prácticas reales. Primero, unos ladrillos de plástico de diferentes colores sirvieron para hacer una pequeña película de segundos con un teléfono móvil. Después, y ya en ‘modo actor’, David protagonizó una pieza en la que un plátano ‘de mentira’ aparecía y desaparecía en su estómago gracias a trucos de montaje. Las reacciones de los pequeños combinaron risas y sorpresa que el cineasta supo aliñar con su simpatía y su probada experiencia como profesor.
«Lo chulo de estas iniciativas es que los peques vean que, además de ver cosas en las pantallas, pueden realizar ellos mismos sus propios contenidos, ya sean fotos o vídeos», señaló David Castro, que está desarrollando el plan de Alfabetización Audiovisual Órbita Cine de ECAM (Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid), que utiliza el cine como herramienta metodológica para las distintas materias del currículo. «Está enfocado para trabajar en Secundaria por proyectos, que es como lo hacen en Infantil», añadió. «A nivel legislativo, hay un intento importante de enseñar al alumnado a enfrentarse a lo audiovisual de forma activa y comprender qué hay detrás de ese vídeo que vemos en el cine, la televisión o, sobre todo, las redes sociales».
Seguro que esta inmersión en el universo mágico del cine ha hecho vibrar las mentes de estos jóvenes. Y quién sabe si entre estos niños y niñas emergerá en un futuro la nueva Icíar Bollaín, el próximo Luis Tosar o el siguiente Alberto Iglesias. El futuro les está esperando con los brazos abiertos, todo por imaginar y un brillo en los ojos permanente. Que continúen soñando.