De la Rosa deja encarrilado el realojo total de El Encuentro para «principios de 2024»

El primer compromiso adquirido por Daniel de la Rosa nada más acceder a la Alcaldía de Burgos fue la desaparición del poblado de El Encuentro, el último gueto que permanece activo en Castilla y León. No era tarea fácil dadas las circunstancias, pero el equipo de Gobierno ha trabajado desde el inicio del mandato para cumplir el objetivo. Ahora, a punto de culminar la legislatura, el realojo de las 14 familias que aún residen allí se llevará a cabo, como tarde, «a principios de 2024». 

«Lamento que todavía haya gente que no entienda lo que estamos haciendo», señalaba el regidor a sabiendas de que los habitantes de El Encuentro llevan «más de 30 años secuestrados, de espaldas a la ciudad». Por su parte, la concejala de Servicios Sociales, Sonia Rodríguez, cree que la clausura definitiva del poblado tal vez pueda ejecutarse a finales de este año. 

A modo de balance y, al mismo tiempo, en clave electoral, De la Rosa reconocía una «espinita clavada» que no ha podido hacerse realidad a lo largo del presente mandato: la construcción del centro cívico de Fuentecillas. En este sentido, el primer edil ha asegurado que, en caso de revalidar la Alcaldía, se priorizarán las inversiones necesarias para levantar dicha dotación. 

Según De la Rosa, el cívico de Fuentecillas será «el más dotado de la ciudad», lo cual no quita para «mejorar» los servicios y el mantenimiento del resto de centros. Sea como fuere, Rodríguez precisaba que las obras de este nuevo edificio municipal comenzarán a principios del año que viene. 

Peticiones a la Junta y el Gobierno

Otro de los compromisos que el PSOE plantea en su programa electoral es la futura construcción de un «gran centro de día» para la tercera edad en una parcela de uso público ubicada en el solar del antiguo hospital General Yagüe. Obviamente, todo depende de que la Tesorería General de la Seguridad Social saque de nuevo a subasta el espacio. 

Si finalmente se pudiese desbloquear la situación, los socialistas tratarían de financiar esta dotación buscando el respaldo económico de otras administraciones. De esta forma, se fijaría un plazo máximo de «cuatro años» para edificar un centro de día público de titularidad municipal o «compartida» con la Junta de Castilla y León. 

También confía el PSOE en consolidar de una vez por todas la reversión del colegio Marceliano Santamaría, actualmente en desuso, para crear un centro de inclusión social que asista a personas mayores, inmigrantes y jóvenes. De conseguirlo, De la Rosa vería factible que el centro entre en funcionamiento a mitad de mandato. 

A día de hoy, el alcalde ve «difícil» que la Junta pueda «justificar un uso educativo cuando ya no hay colegio». Partiendo de esa premisa, el Ayuntamiento estaría dispuesto a acudir a los tribunales para exigir la desafección del inmueble si el Ejecutivo autonómico no diese su brazo a torcer. De lo que se trata, en definitiva, es de «evitar que la Barriada Inmaculada se convierta en un verdadero gueto».