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Villafranca Montes de Oca. Un alto en el camino, peregrino

En la sierra de los Montes de Oca y al inicio de la Pedraja nos encontramos con una pequeña ciudad peregrina

La iglesia de Villafranca Montes de Oca.

La iglesia de Villafranca Montes de Oca.AYTO. VILLAFRANCA

Burgos

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Villafranca de los Montes de Oca es un municipio español de la provincia de Burgos que forma parte del partido judicial de Briviesca. Situada en pleno Camino de Santiago, dista de Burgos 36 kilómetros dirección oeste y de Logroño 78 kilómetros dirección este.

Originalmente fue fundada por los romanos con el apodo de 'Auca Autrigona' pero se destruyó parcialmente con la invasión de los musulmanes en el siglo VIII. Con el paso del tiempo sus habitantes se esmeraron en la reconstrucción paulatina de la misma hasta que en la Edad Media la urbe se movilizó al norte hasta quedarse donde la encontramos hoy día, en el Valle de Oca.

En la Edad Media Villafranca tenía mala fama por ser un lugar peligroso, infestado de saqueadores que asaltaban a los peregrinos que andaban por los caminos. Estos delincuentes se escondían en las frondosidades de los bosques circulantes al camino para llevar a cabo su malévolo cometido. 

Sierra de los Montes de Oca.

Sierra de los Montes de Oca.AYTO. VILLAFRANCA

A pesar de ser tan conflictiva, esta villa destacaba por su hospital en el que se atendían pobres, desvalidos de la comarca y personas de toda la provincia. Más tarde, en la etapa visigoda, Villafranca se convirtió en sede episcopal hasta que en 1075 se trasladó a Burgos.

A lo largo del siglo XIX, el hospital de peregrinos que mandó construir Doña Juana Manuel -esposa del rey Enrique II- se constituyó como Ayuntamiento constitucional con el mismo nombre, en Belorado, región de Castilla La Vieja.

Torre de Ocón de Villafranca.

Torre de Ocón de Villafranca.AYTO. VILLAFRANCA

El municipio

En la actualidad, Villafranca presenta una disposición longitudinal a ambos lados del Camino Francés del famoso y transitado Camino de Santiago. El casco urbano de la villa se caracteriza por ser alargado, formado por una tira de casas colocadas a ambos lados de la transitada carretera Logroño-Vigo, que funciona como calle mayor.

Al pie de la carretera, entre la Iglesia del Santiago Apóstol y el Ayuntamiento, se halla el monumento dedicado al labrador. Si nos adentramos en la iglesia, encontraremos una concha gigante: 'La Tridacna gigas', que pesa alrededor de 65 kilos y hace la función de pila de agua bendita.

Iglesia de Santiago de Villafranca.

Iglesia de Santiago de Villafranca.AYTO. VILLAFRANCA

Dicha iglesia se puede visitar los domingos en horario de misa, o durante el verano, ya que abre sus puertas para disfrute de los peregrinos. A 3 kilómetros en dirección a Burgos, en pleno camino de Santiago y en el punto más alto del mismo en la provincia, está erigido un monumento dedicado a la memoria de los fusilados de la guerra civil. En el monumento pone: 'No fue inútil su muerte, fue inútil su fusilamiento'.

La leyenda de Villafranca

Una antigua leyenda que se cuenta en Villafranca Montes de Oca es la historia de un grupo de jóvenes que disfrazados de brujas salían al camino para asustar a peregrinos. Estos transeúntes desprevenidos salían corriendo despavoridos cuando se les asustaba. Los muchachos volvían al mesón y sin parar de reír contaban sus hazañas. 

Una tarde, al anochecer, vieron cómo se acercaba una solitaria mujer y ellos, siguiendo con el plan de siempre, salieron de la arboleda y comenzaron a saltar alrededor de ella gritando y zarandeando sus escobas de "brujas". 

Para su sorpresa, la mujer no se inmutó. Los muchachos insistían intentando asustarla, diciéndole que eran brujas y que "más vale que huyera si no quería dejar allí su alma". La mujer, en su calma contestó: "¿y por qué voy a huir si sois de los míos?, ya que yo también soy bruja". Diciendo esto, la mujer se elevó por los aires comenzando a girar sobre sus cabezas. 

Los jóvenes, muertos del miedo, comenzaron a correr, soltando todo lo que llevaban encima. Llegaron al pueblo donde comprobaron que aparte de perder todas las ganas de gastar bromas, su pelo se había vuelto completamente canoso.

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