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Así es el histórico museo que se abre al público una sola vez al año ¡y faltan unos días!

De fósiles vivientes conservados en formol y grandes animales disecados a códigos Qr, páginas web y juegos de Scape Room. El Museo de Ciencias Naturales del Instituto Cardenal López de Mendoza es un registro de cientos de piezas de la historia de la enseñanza de las ciencias naturales que solo abre al público general una vez al año. En la Noche Blanca

Maqueta de la serpiente donde se pueden observar todos los sistemas de musculatura, muda de piel que sorprenden por su hiperrealismo.©Tomas Alonso

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Burgos

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En 1905 el profesor y catedrático del Instituto Cardenal López de Mendoza, José López de Zuazo, decidió reunir en un mismo espacio, anexo al Gabinete de Historia Natural del centro de secundaria, las colecciones y ejemplares dispersos por todo el colegio de San Nicolás. Desde entonces y hasta hoy se han reunido en este espacio una colección de cientos de piezas que van desde grandes animales disecados como osos, lobos, nutrias o crías de foca, que hoy son impensables en el estudio de la ciencia, maquetas realizados en papel maché o con los primeros plásticos de principios del siglo XX, algunos de los ejemplares de la Primera Expedición Española al Pacífico en 1862 y códigos QR para acceder a información digital o un scape room para aprender ciencias entre los estudiantes del siglo XXI. 

La profesora encargada de la conservación de este interesante y casi hermético Museo de Ciencias Naturales es Ana Mayoral. Dedica cinco horas de la semana, además de la docencia, para revisar las piezas que están dañadas, aquellas que cambian con el avance de la ciencia y la identificación de especies, y conservar un legado que abarca la enseñanza desde finales del siglo XIX a la época actual. 

Un rincón dedicado a la enseñanza que rara vez abre sus puertas. Lo hará este próximo sábado en el marco de la Noche Blanca.

 "Tratamos de acercar todos los recursos del centro a la población y una de las maneras de poder hacerlo es mostrar el interior del museo en la Noche Blanca o organizar, siempre que podemos, alguna exposición con algunos de los elementos tan singulares como los que tenemos en el centro", señala la directora del Instituto Cardenal López de Mendoza, María Luz García Parra.

La instalación arremolina piezas de los animales mas singulares, de recreaciones de plantas, órganos del ser humano, bacterias, conchas y formaciones geológicas. Todas las ciencias en un rincón singular  lo que pudo ser los aposentos del rector del centro y el coro que mira a la capilla. El trabajo de mantenimiento de la instalación es ingente "todos arrimamos el hombre, la colaboración entre los diferentes departamentos es muy importante y permite que todo esté ordenado como cualquier museo de ciencias", explica Ana Mayoral.

El paseo arranca por la geología de la provincia. En el Museo hay un mapa de Burgos donde están diferenciadas todas las comarcas y se identifican con el tipo de rocas que allí se pueden encontrar. No es algo solo visual. El trabajo de ordenación de toda la colección de piezas geológicas y rocas ha permitido identificar con una muestra cada uno de los tipos de formaciones geológicas que se pueden encontrar en cada rincón de la provincia. 

Tierras donde hay muchas referencias de huellas fosilizadas. La colección de este tipo de materiales es muy amplia. Hay vegetales, huellas en troncos, trilobites... Formarán parte de la próxima exposición de Pieza del Mes "con el que intentamos acercar el contenido del museo a todos los estudiantes". Los icnofósiles se reparten por la mesa de trabajo de Ana Mayoral. Esmaltes y tintas para siglar, de manera reversible, el material y, también, un espacio para restaurar o crear nuevas etiquetas. 

"Tenemos el material dispuesto para ir trabajando sobre el, pinto en blanco, luego escribo la identificación en negro, y vuelvo a dar esmalte para preparar la pieza del mes", explica. No es el único trabajo de mantenimiento que lleva añadido una labor de seguimiento científico. "Es un museo que hay que ir cuidando, renovando, revisando la clasificación, yo creo que me jubilo y no he terminado el trabajo pendiente porque hay mucho que catalogar, se sigue donando material, y vamos a lo urgente aquello que necesita una intervención inmediata para que no se dañe". 

La imagen lo domina todo hoy en día. De manera digital, sin ni siquiera imprimir. En formato web, en el aula virtual. Los alumnos tienen acceso a una enciclopedia infinita como la que se ha creado con internet. Pero a principios del siglo XX y finales del XIX maquetas hiperrealistas y rudimentarias diapositivas eran la única manera de acercar los estudios de ciencias a los bachilleres. Destaca la importante colección de episcopios y sus placas. Se conservan cuatro. También un antiguo microscopio monocular con los colorantes de microscopía aunque gran parte del laboratorio antiguo se desplazo al IES Diego Porcelos cuando se destinó allí el estudio de ciencias.

Las maquetas son otro de los secretos singulares para un centro de enseñanza secundaria. Las hay de aparatos y órganos del ser humano con un hiperrealismo espectacular son "auténticas obras de arte" qu epudieron verse en el Monasterio de San Juan el curso pasado. También hay muchas piezas de plantas e injertos de todo tipo: vitícola, árboles frutales, jardinería, especies exóticas... "yo no podía imaginar que hubiera tantos tipos de injertos". Los estudios de agronomía en el centro permiten desplegar también antiguos aperos de labranza o, por ejemplo, maquetas donde se recoge fielmente los tejidos vegetales parasitados por honogos "se ve cómo entran los hongos en los tipos de célula de cada capa, es espectacular son maquetas que ves en 3D y que en un libro solo lo ves plano y era la única forma de enseñar", explica Mayoral. 

Entre estas maquetas destacan algunas que llegaron de París a finales del siglo XIX hechas en papel maché. "Los modelos actuales que tenemos en clase no son tan buenos". Otras recrean un huevo de pollo con cortes para ver el desarrollo embrionario donde están todas las capas y materiales en papel "son una obra de arte científica". 

También materiales que hoy serían imposibles de utilizar como las disecciones montadas y coloreadas para ver los diferentes  aparatos y órganos de una ardilla, de una paloma, de una rana... Animales disecados, incluso peces, anfibios conservados en formol... "Son  fórmulas de conservación del pasado que hoy no se realizan, pero como están aquí es un patrimonio que tenemos que conservar y que también utilizamos como una forma de educación ambienta, mostramos a los alumnos los animales de cerca y concienciamos sobre conservación, actitudes positivas a la naturaleza y el medio ambiente", señala. Porque la naturaleza y las ciencias en toda su diversidad se concentran en este pequeño rincón de estilo gótico abarrotado de conocimiento y de historia que podrán visitar en la próxima edición de la Noche Blanca.