La UBU reclama más financiación para contratar profesores con la nueva ley
La Universidad de Burgos calcula que sería necesario en torno a 1,5 millones para asumir los cambios en el modelo de contratación del profesorado temporal
La nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario (LOSU) ya está en vigor, pero su aplicación puede traer problemas para la Universidad de Burgos (UBU) en el medio plazo si no se acompaña de la financiación necesaria para poder adaptarse a los nuevos modelos de contratación del profesorado temporal. Sería necesario cerca de 1,5 millones de euros, aproximadamente, según explica el vicerrector de Personal Docente e Investigador, José María Cámara.
La nueva ley está en marcha pero no tiene financiación, lo que afecte a la contratación de profesorado. Es lo que ha pasado, apunta Cámara con las últimas plazas de profesorado temporal que ha ofertado la UBU, ya que «ahora la dedicación es menor». Y pone un ejemplo. «Los ayudantes doctores, por ejemplo, antes tenían una dedicación de 240 horas a docencia y ahora tienen 180», lo que hace que complique las cosas a la hora de las contrataciones, ya que para hacer el mismo trabajo se necesita más gente, lo que tiene una repercusión económica.
Lo mismo ocurre con las plazas de profesores a tiempo parcial, los profesores asociados, con los que «ahora el límite máximo de dedicación que pueden tener es también menor», por lo que también para cubrir las mismas necesidades docentes hay que contratar a más gente. No obstante, Cámara señala que la transitoriedad de la ley permite prorrogar durante un año más a los profesores que están en las mismas condiciones.
El efecto económico también depende de la solución por la que opte la UBU. Si se opta por incrementar los contratos a tiempo parcial, el impacto es menor, pero llevaría a la UBU a una «situación inverosímil» en cuanto al número de profesores a tiempo parcial. Si se elige la contratación a tiempo completo, el impacto es mayor, por lo que lo normal es que se opte por una solución intermedia.
La financiación entra en un punto muerto tras la convocatoria de las elecciones generales el próximo 23 de julio, lo que genera incertidumbre para el futuro a medio plazo e influye en la planificación del próximo curso. Esto hace que para este próximo se saquen las plazas imprescindibles. En la actualidad, alrededor del 50% del profesorado de la UBU es personal funcionario, y en su caso la nueva ley no establece grandes diferencias, aunque, apunta Cámara, «sí es verdad que nos modifica las horquillas de dedicación», lo que supone que se tendrá que rebajar la dedicación de un buen número de profesores, lo que requerirá cubrirlo con nuevos profesores. Esto lleva de nuevo al problema de la financiación. No obstante se trata de un colectivo estable, en el que la tasa de reposición no ha variado. El problema de fondo es el colectivo de los profesores a tiempo parcial, que podría dispararse. Además, se trata del colectivo con las peores condiciones salariales -cobran menos que la media nacional- y que tiene bloqueado el convenio colectivo. A ello se suma que en determinadas áreas es ya muy difícil encontrar profesorado. La UBU cuenta con cerca de 900 profesores, de los 750 son a tiempo completo y cerca de 300 son docentes a tiempo parcial.
La ampliación del campus a Miranda, donde se impartirá el Grado en Ingeniería de la Empresa Digital, y la implantación de estudios de Matemá, requerirá contar con nuevos profesores, aunque el caso de Miranda serán entre 5 y 6 para impartir el primer curso.
Catedráticos
Dentro del profesorado, el colectivo que más ha crecido en los últimos años ha sido el de los catedráticos. Un crecimiento que se explica, apunta Cámara, porque no tiene una afectación real en la tasa de reposición del profesorado, ya que se trata de plazas de promoción interna. A ello añade que el coste económico «no es muy significativo», ya que se trata de profesores que son personal funcionario.
A ello se suma el hecho de que la UBU es la universidad de España con la mayor proporción de catedráticas. Es la categoría, añade Cámara, en la que más optimistas pueden ser en la UBU. «Se está trabajando mucho en investigación, se está acreditando y se están pudiendo sacar las plazas».