Sueños hechos realidad en Belorado

Bien podía ayer Belorado hacer suyo el famoso lema de la compañía Disney. Y es que a su centenario precisamente consagraba la décima edición de una Noche Blanca que transcurrió según lo esperado: sin incidentes y con una respuesta masiva de los vecinos del municipio y alrededores y de visitantes que, con intención o por casualidad, se dejaron caer por este enclave de la Demanda.

Siluetas de los personajes más icónicos de la factoría que en octubre celebra su siglo presidían su Plaza Mayor, gracias a la labor de las incombustibles integrantes de la Asociación de Mujeres la Betronera, también artífices del resto de la decoración. Fue lo único que paró quieto en una jornada que, pese a buscar iluminar el final del día con cultura por doquier, arrancaba de buena mañana.

Camisetas verdes daban la señal, las que portaban los participantes en la Marcha contra el cáncer, que en su segunda edición ya se ha consolidado como cita de apertura de tan especial día de convivencia. Y así, con el ánimo en alto, todo salió rodado: una puesta en escena de encanto llenó de luz y brillo la Biblioteca, los más jóvenes -bajo la atenta mirada de Campanilla y compañía- se sumaban al taller de Cruz Roja a la vera de la Casa Consistorial y los 'platos' de los Calceto Chacho Boys ponían a bailar al personal a la hora del vermú en los Cuatro Cantones.

Todo eso, solo para abrir boca, pues los actos centrales se reservaban como traca de final del día, con permiso del partido de veteranos, a partir de las 20 horas la música tomaba el mando y ponía banda sonora -con aroma folk, indie y, como no, de película de dibujos animados- a la Noche Blanca.

De hito en hito, cualquier excusa era buena para admirar, de paso, el colorido trabajo de la agrupación de familiares de afectados de alzhéimer (Afabel), que cubrió de ganchillo el Paseo de la Florida, dejando claro que ayer Belorado se vestía de fiesta de la cabeza a los pies.