El Correo de Burgos

Vecinos del cerro de San Isidro denuncian su «total abandono»

La maleza crece sin control y temen que sea un riesgo en caso de incendio / Medio Ambiente afirma que hay zonas que no puede limpiar por ser de titularidad privada

Este es el aspecto que luce el aparcamiento improvisado próximo a las calles Santa Ana y Alba de Tormes.

Este es el aspecto que luce el aparcamiento improvisado próximo a las calles Santa Ana y Alba de Tormes.SANTI OTERO

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«Un paseo basta» para confirmar que las reiteradas quejas de los vecinos tienen fundamento. La maleza crece por doquier en el parque de San Isidro y los vehículos estacionan como pueden en el acceso al cerro desde la calle Santa Ana, convertido hace mucho en un rudimentario parking disuasorio para los residentes del entorno. La imagen no es buena, desde luego. Poco o nada se parece a lo que uno imagina cuando piensa en un ‘pulmón verde’ urbano. Precisamente así se presentó este espacio, otrora circuito de motocross, tras una remodelación que hace siete años brindaba al enclave una nueva vida como un espacio de esparcimiento de referencia para la zona sur.

El paso del tiempo y, sobre todo, «el total abandono» de su cuidado han dado lugar a una degradación que los vecinos lamentan y denuncian siempre que tienen ocasión. Aseguran que «lleva ya un tiempo en condiciones deplorables» y que el parque que se inauguraba a bombo y platillo en 2016 «está dejado de la mano de Dios».

Más allá del evidente descuido, no pocas voces subrayan el riesgo que esta situación entraña. «En caso de incendio el peligro que corremos los que vivimos en el entorno es importante, en particular los de la calle Ávila, donde no hay ni siquiera un muro de separación», explican, para recordar que todos los años hay «más de un susto» en este sentido, frenado a tiempo, eso sí, por la rápida actuación de los bomberos. Antaño, cuando este enclave funcionaba como circuito se limpiaba por completo al menos una vez al año, con motivo de la tradicional prueba de motocross que se celebraba coincidiendo con las fiestas de San Pedro y San Pablo. «Al menos existía ese mínimo mantenimiento», coinciden en señalar los más veteranos del lugar.

A esta preocupación se añaden otros problemas como el vandalismo, «el barrizal en el que se convierte la zona próxima a la calle Alba de Tormes, la del aparcamiento improvisado, cuando llueve», la degradación de la pista de skate cuyo arreglo reclaman los aficionados, con especial insistencia en redes sociales, el olvido del campo de fútbol junto a la calle Diego Polo o la más que cuestionable accesibilidad en algunos puntos, como el tramo que enlaza el centro educativo San Pedro y San Felices con la calle San Isidro.

La maleza cerca los grandes toboganes instalados en 2016.

La maleza cerca los grandes toboganes instalados en 2016.SANTI OTERO

Lejos de quedarse en los corrillos vecinales, este asunto fue objeto de batalla para el ya extinto consejo de barrio -disuelto tras cobrar, al fin, los pagos pendientes del Ayuntamiento- y en los últimos años se ha planteado en varias ocasiones en la correspondiente junta del Distrito 4-Sur, al que pertenece San Pedro y San Felices. Incluso el exalcalde, Daniel de la Rosa, en distintos foros, conoció estas reclamaciones, sin fruto alguno, pese a las promesas, como evidencia por otra parte la situación actual y el malestar que genera entre los vecinos.

Todos conocen la respuesta, al menos la referida al saneamiento del espacio verde. Es la misma que, consultado por esta cuestión, ofrece el nuevo concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño.

«Solo podemos actuar en parcelas de titularidad municipal y en este cerro hay varias que no lo son, que pertenecen a particulares. Sabemos que está mal, pero es complicado», explica. Sí reconoce que el adecentamiento del entorno concreto del parque -los grandes toboganes, el recinto de columpios y tirolina o los propios accesos, donde la hierba cubre las escaleras- compete al Ayuntamiento.

Reclamar a los dueños

Recién aterrizado en el puesto, afirma que de estas labores se encarga la empresa adjudicataria del servicio de mantenimiento de parques y jardines, por lo que entiende que, si no se ha acometido aún la limpieza periódica correspondiente, estará al caer, pues lo tendrán incluido en su calendario. Se compromete, no obstante, a mantenerse vigilante porque, entiende, es una zona que debe cuidarse.

Con todo, insiste, estas labores se centran en el suelo municipal. «Otros años se ha segado también y de manera extraordinaria una parte que no es propiedad del Ayuntamiento, la más próxima a la calle Ávila, porque entendemos que no hacerlo entraña un riesgo, tal y como indican los residentes», señala Niño.

Respecto al área del mencionado aparcamiento improvisado y sus alrededores, desde las calles Ávila, Alba de Tormes y Santa Ana, hasta la ladera del cerro que ‘mira’ a San Isidro, el edil recomienda a las comunidades de vecinos del entorno «reclamar formalmente a los dueños de las parcelas su adecentamiento».

Así, en caso de no asumir esta responsabilidad «cabría interponer una denuncia y en ese momento quizá sí el Ayuntamiento tendría la posibilidad de actuar».

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