Burgos prepara un plan contra la proliferación de la paloma torcaz
Las áreas de Sanidad y Medio Ambiente están consultando con otras ciudades para conocer qué tipo de acciones han puesto en marcha con éxito
Palomas junto a la fuente de la plaza de la Libertad en la capital burgalesa.
El área de Medio Ambiente y Sanidad del Ayuntamiento de Burgos está dando los primeros pasos de cara a implantar un plan contra la proliferación de la paloma torcaz en la capital burgalesa.
Así, se entiende que en los últimos años ha habido un incremento de la población de esta especie concreta de ave, que era más frecuente ver en el medio rural, pero que puebla ahora las ciudades conviviendo con otras palomas. Además, han proliferado las quejas de los ciudadanos por la suciedad que provocan.
El concejal Carlos Niño (PP) considera que en la ciudad hay un problema con las palomas torcaces que coexiste con la paloma bravía y sobre el que ya se actúa desde Sanidad con capturas controladas de manera periódica. «La paloma torcaz es más grande, causa más suciedad y, por tanto, más daño, pero su captura es más complicada», indica.
Los pasos que se están dando desde el Ayuntamiento en estas últimas semanas, con el asesoramiento de la veterinaria municipal, tienen que ver con reuniones con responsables medioambientales de otras ciudades próximas donde se han detectado problemáticas similares como Valladolid o Salamanca. «Estamos viendo alternativas y tenemos varias ideas sobre cómo abordar este asunto», señala.
Niño indica que hay sistemas para ahuyentar este tipo de paloma, pero desde su punto de vista no resultan adecuados porque lo que consiguen es trasladar la población a otro lugar de la ciudad. Por este motivo, es partidario de buscar soluciones que sean más efectivas y duraderas en el tiempo.
El concejal indica que es todavía pronto para saber qué presupuesto podría destinarse a este plan, pero espera poder concretar más detalles en las próximas semanas.
Desde el departamento de Sanidad son más habituales y frecuentes los controles sobre la paloma bravía para que la población se mantenga en un número estable que frene las molestias en especial sobre el patrimonio porque sus excrementos tienen una gran capacidad de corrosión. También se considera que estas palomas generan problemas añadidos de salubridad.
En este caso se producen capturas con trampas y, como indica Niño, se suele actuar en diferentes zonas de la ciudad y, en especial, en inmuebles abandonados que acaban convirtiéndose en 'palomares'.
Un 35% más de capturas
Durante el año 2022 se atraparon 2.700 ejemplares, una cifra que supone un importante incremento (35%) con respecto a los datos de anualidades anteriores. Por ejemplo, en 2021 fueron 2.000, mientras que en 2020 y 2019 se rondó el millar de capturas. Este aumento en las últimas anualidades obedece a que se ha detectado un abundante número de palomas, si bien es cierto que, según señalan las fuentes consultadas, no existe un censo de población de este tipo de aves.
Sanidad cuenta con un equipo de control de plagas que es el que se encarga de la colocación de las trampas y de la posterior recogida de los animales. Como explican desde el Ayuntamiento, hay una serie de lugares recurrentes donde se ubican esas trampas y se suele atender a las quejas de los vecinos, especialmente en el casco antiguo donde existen edificios en desuso que acaban habitados por la paloma bravía.
El sistema más habitual para la captura es el de la red impulsada mecánicamente tras cebar a las aves durante un periodo aproximado de 10 a 15 días. Cuando los animales se confían con el lugar al que acuden a comer, se lanza la red y son atrapados.
Ecologistas
Zaragoza, Valladolid o Salamanca son algunas de la ciudades que están tratando a la paloma torcaz como una plaga con la idea de expulsar a estas aves de los entornos urbanos.
Las medidas tomadas en estos municipios han sido duramente criticadas por colectivos ecologistas que llaman a reflexionar sobre el modelo que se quiere para las ciudades, en un momento en el que también se busca una renaturalización de los entornos urbanos para luchar contra los efectos del cambio climático.
Las voces contrarias a las capturas de esta especie de paloma, que es cierto que ha encontrado en las ciudades un refugio porque encuentran comida y están alejadas de los depredadores, abogan por intensificar la limpieza viaria, así como de parques o mobiliario urbano como una medida eficiente de lucha contra los excrementos. Así, ponen el foco de que las torcaces no generan problemas de salubridad o de transmisión de enfermedades.
En Burgos conviven tres especies de paloma. A la bravía y a la torcaz hay que sumar la conocida como paloma zurita, que es de tamaño más pequeño y valorada en el ámbito de la ornitología porque es más escasa.
Ejemplar de paloma zurita, más pequeña que la bravía y la torcaz.
De hecho, es la única ciudad entre las de los alrededores que tiene una población reproductiva importante. Anidan en los agujeros de los árboles, más que en los edificios, pero también se ha adaptado a la vida en las ciudades.
Burgos capital cuenta con una muy buena población asociada al arbolado viejo que puede verse amenaza si éste desaparece.