Interior expulsa a un agente de Burgos que informó a un investigado por la Policía
El Juzgado lo condenó a un año de suspensión por un delito de revelación de secretos
El Ministerio del Interior ha expulsado a un policía nacional destinado en la comisaría de Burgos tras ser condenado por un juzgado por un delito de revelación de secretos. Según publica el Boletín Oficial del Estado (BOE), que recoge una resolución del pasado 24 de julio de la Secretaría de Estado de Seguridad, el agente fue condenado por el Juzgado de lo Penal 2 de Burgos, en una sentencia de conformidad, por un delito de revelación de secretos cometido por funcionario público y se le impusieron como penas doce meses de multa con cuota diaria de seis euros e inhabilitación especial para empleo y cargo público por tiempo de un año.
El caso se remonta al año 2020, cuando el Juzgado de Instrucción 2 de Burgos tenía abiertas unas diligencias de investigación a un grupo de personas por presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, estafa agravada, falsedad documental, usurpación de identidad y blanqueo de capitales. En esas fechas, el agente condenado estaba destinado en la comisaría de Burgos, en el servicio de Seguridad Ciudadana. Durante la investigación se dio permiso judicial para realizar un análisis del contenido de dispositivos informáticos y telefónicos intervenidos a los detenidos en la operación policial.
El análisis de los dispositivos a dos detenidos en la operación policial dio con una conversación a través de Whatsapp entre el policía y uno de los detenidos en la operación policial en la que el agente le revelaba información secreta de esta operación. En febrero de 2020, el policía toma nota de los datos personales de uno de ellos para comprobar si le estaban investigando o si había algo en las bases de datos policiales, a lo que le contestó que no le constaba. En julio, esta misma persona le envía al agente la matrícula de un vehículo del que sospechaba que le estaba siguiendo. El policía le responde que es un vehículo camuflado de la Policía y se lo confirma mandándole una fotografía del vehículo que hizo en el garaje de la comisaría.
Ese mismo mes, le volvió a preguntar por otro vehículo del que sospechaba si también era de la Policía. El agente le dijo que sí, pero que no se lo podía confirmar porque en ese momento no estaba en el garaje de la comisaría. En agosto, le volvió a preguntar por qué le volvía a seguir el vehículo camuflado, a lo que el agente le respondió que cada grupo tiene un coche asignado y que hablaría con los policías del grupo para que no les siguieran.
El juzgado de lo Penal 2 señala en su fallo que el agente indagó sobre si la Policía estaba investigando a esta persona y a vehículos de la organización, y la foto de uno de los coches camuflados que el agente envió a uno de los investigados se reenvió entre los miembros de la organización. El juzgado señala que el agente reveló datos declarados secretos, lo que «incrementó las precauciones adoptadas por la organización en sus actividades y desplazamientos». Y recuerda que los medios, vehículos y matrículas reservados que usan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en la lucha contra el crimen organizado tienen la calificación de secreto.