Villanueva de Argaño. Entre tradición y modernidad

No abarca gran extensión de terreno. Y aún así, indudablemente Villanueva de Argaño rebosa belleza. Mayoritariamente construido en piedra, las casas de este municipio se alzan tímidamente en la comarca Odra-Pisuerga, a 28 kilómetros en dirección oeste de Burgos. El último registro del Instituto Nacional de Estadística -INE- notificó en 2022 una población total de 118 habitantes.

La localidad proviene de Soto de Aragaño, un paraje en el que estaba asentada Gargaño, una villa que desapareció en el siglo XII cuando se unió a las Ventas Nuevas -cerca de la localidad de Hornillo-, formando el pueblo que hoy conocemos como Villanueva de Argaño. En cambio, el primer testimonio que señala la existencia de esta localidad fue encontrado en el monasterio de San Salvador de Palacios de Benaver y data de 1420. Según dicta el escrito, el terreno de Villanueva fue donado por el Conde de Lara D. Garcí Fernández a los monasterios de Palacios, San Pedro de Cardeña, San Miguel, Las Huelgas y otros.

A pesar de su breve extensión, el municipio cuenta con un preciado monumento románico: La iglesia parroquial de Nuestra señora de la Asunción. Su portada románica del siglo XII ha sufrido diversas modificaciones a lo largo del tiempo hasta convertirse en lo que podemos apreciar hoy en día. Este edificio cuenta con una sola nave de la cual podemos diferenciar una parte románica construida en sus inicios y sus sucesivas reconstrucciones en los años 1737 y 1994. Las vigas que sostienen el coro de este templo portan escasas pinturas primitivas debido a que han sido deterioradas con el paso del tiempo y la cal.

También podemos visitar la ermita del Santo Cristo de los Buenos Temporales. En este edificio con espadaña y remate de bolas encontramos varios elementos religiosos. Destaca un busto del Cristo de los buenos temporales del siglo XVII y una imagen de 1767 de Santa mártir. La figura está en posición de pie y sin brazo, bajo un arcosolio. La ermita también custodia dos urnas sepulcrales de madera y un cáliz de plata y marfiles repujado, que fue regalo del obispo de Orense, Don A. Temiño.

Su festividad patronal es el Patrocinio de San José y se lleva a cabo en la localidad durante los días 21, 22 y 23 de abril. Durante estas fechas, Villanueva de Argaño se llena de alegría y color con motivo de la devoción que muestran sus habitantes al Patrón del pueblo. Dentro de los comunes actos lúdicos destaca el concurso de repostería, las dianas floreadas, el canto de los siete dolores y gozo -el Santo Rosario- y la procesión en honor a San José. También es tradición realizar un concurso de pinchos el último día para culminar las fiestas.