45 avisos al mes por intentos de suicidio, que se disparan un 92% en cuatro años

Es una realidad incómoda, tremendamente dolorosa, a menudo silenciada. Pero existe, por desgracia. Y las estadísticas reflejan que la pandemia trajo consigo un preocupante repunte que por ahora no ha disminuido. Los suicidios, ya sean consumados o en grado de tentativa, están a la orden del día. Lo saben de sobra los profesionales sanitarios y los cuerpos policiales. También quienes descuelgan el teléfono en la sala de operaciones del 112. En lo que va de año, han atendido la friolera de 320 llamadas en la provincia de Burgos. Una media de 45 cada mes.

La irrupción del covid aceleró una tendencia sobre la que ya se venía poniendo el foco desde hacía tiempo, si bien es cierto que la salud mental cobró mayor relevancia pública a raíz del confinamiento. En el caso de Burgos, el Sacyl recibió 272 avisos en 2019. Un año más tarde, con el virus y las restricciones sanitarias plenamente instaladas en nuestras vidas, la cifra se elevaría a 338. De una veintena a cerca de 30 intervenciones mensuales. No en vano, lo peor estaba por llegar. En 2021, 508 alertas recibidas por el 112. En 2022, 524. A tenor de estos datos, se puede apreciar que las llamadas relacionadas con suicidios se han disparado un 92% en tan solo cuatro años.

Varios casos han saltado a la palestra mediática en los últimos meses. Todos delicados, máxime si se trata de menores. Al mismo tiempo, entidades y profesionales de diferentes áreas han optado por abordar el tema de frente, dejando a un lado el sensacionalismo pero sin rehuir cuestiones que para muchos suponen un tabú. Ya existían herramientas para la prevención y se han creado otras nuevas. No queda otra: atajar el problema de raíz para evitar que la estadística siga creciendo. A día de hoy, la media mensual de avisos gestionados por el 112 es superior a la del año pasado.

Cientos de llamadas

En términos generales, la actividad en la sala de operaciones del 112 se ha relajado, aunque no mucho, en relación a 2022. Entre enero y julio, se recibieron 16.718 llamadas. Es decir, unas 2.388 al mes y 79 diarias. No en vano, los requerimientos por incidencias sanitarias en el interior de domicilios continúan copando más de la mitad de los avisos. Según los datos más recientes facilitados por el propio 112 a este periódico, se han llevado a cabo 9.843 intervenciones. Junto a los 3.853 incidentes registrados en la vía pública, esta clase de actuaciones copan casi el 82% del total.

En lo que respecta a la siniestralidad vial, el 112 gestionó hasta el pasado 31 de julio 396 alertas con heridos, 25 de los cuales se encontraban atrapados en el interior del vehículo en el que viajaban. Asimismo, el Sacyl tuvo que intervenir en dos accidentes aéreos, uno con parapente ultraligero y cuatro con autobuses implicados. Por otro lado, se contabilizaron 80 atropellos. Unos 11 de media al mes, una cifra ligeramente inferior a la del pasado ejercicio, que culminó con 147 (seis de ellos mortales). Eso sin contar un arrollamiento por ferrocarril.

Otro clase de llamadas recurrentes al 112 son las relacionadas con agresiones, que parecen mantenerse en similares cifras que en años anteriores. Sea como fuere, durante los siete primeros meses de 2023 se movilizaron recursos sanitarios por este motivo en 264 ocasiones: 69 en el ámbito doméstico y siete relacionadas con menores de edad. Por otro lado, también fue necesario intervenir en 59 peleas.

También prevalece, por desgracia, la violencia machista. Superado el ecuador del año, el 112 informó al Sacyl y las fuerzas y cuerpos de Seguridad de 55 casos, casi ocho al mes. Teniendo en cuenta que en 2022 se notificaron 88 episodios de este tipo, la tendencia no invita precisamente al optimismo sino más bien todo lo contrario.

Dentro de cierta estabilidad se mantienen los avisos sanitarios relacionados con robos. El más mediático, donde fueron necesarias varias ambulancias, fue el atraco al banco Santander del G-3 perpetrado por un vecino del barrio que acabó siendo abatido a tiros por la Policía cuando trataba de huir para refugiarse en su domicilio. Además, también se movilizó al Sacyl en una decena de robos con agresión, dos con arma blanca y uno con arma de fuego.

En materia de incendios, la ausencia de grandes siniestros forestales supone todo un alivio para los servicios de Emergencias. De hecho, no se ha requerido personal sanitario para este tipo de actuaciones en lo que llevamos de año. Sí para atender a personas afectadas por el fuego en un centro docente, un edificio público, cinco fábricas, una residencia, un vehículo y 34 viviendas.