Al rescate de los retablos burgaleses
Desde hace casi cuatro décadas el Taller Diocesano de Restauración recupera retablos y piezas de las iglesias de la provincia burgalesa. El pasado julio, alumnos de la Universidad de Leioa se han encargado del retablo de Hontoria de la Cantera bajo la supervisión de Antonio García y de Sara Tablada
Desde hace casi cuarenta años el Taller Diocesano de Restauración de la Archidiócesis de Burgos se encarga de rehabilitar los miles de retablos que hay en la provincia burgalesa. La aventura arrancaba a mediados de los años 80 en la iglesia de San Esteban y se convertía en uno de los primeros talleres del país en encargarse de recuperar los retablos de las distintas iglesias de la archidiócesis, aunque no sería hasta el año 90 cuando arrancaría de forma oficial.
Así lo explica Antonio García Ibeas, director del taller, quien apunta que «mantener el patrimonio es una prioridad para la Archidiócesis porque significa mantener nuestro legado y en muchas ocasiones el único patrimonio cultural y atractivo turístico que tienen muchas pequeñas localidades».
En 2005, el taller se instalaba en la calle San Francisco y desde el año 2012 el espacio se ha cedido a la empresa Batea, encargada de «restaurar los bienes muebles de la archidiócesis». García Ibeas explica que el taller tiene tres objetivos clave. «Conservar el patrimonio heredado de los antepasados y que tenemos obligación de mantener para futuras generaciones; poner a salvo muchos retablos que corren riesgo de ser sustraídos o de deteriorarse porque se encuentran en pueblos abandonados o vacíos y exponerlos de nuevo en todo su esplendor como las piezas clave para el mensaje evangélicos que son».
En todos estos años, la labor del taller ha permitido recuperar «cerca de 400 retablos de los miles que hay en la provincia», señala el director. Pero Antonio no está solo en este trabajo. Desde hace tres décadas cuentan con el apoyo de varios estudiantes del grado en Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad de Leioa, que cada verano realizan prácticas en el taller. «También han venido estudiantes de otras universidades y escuelas pero la relación con Leioa es continua y muy especial», explica Antonio.
Este año, del 3 a 28 de julio, nueve alumnos de la universidad vasca se han encargado de restaurar el retablo de la iglesia de Hontoria de la Cantera, una obra barroca del siglo XVIII, bajo la supervisión de Sara Tablada y del propio Antonio. « La iglesia de esta localidad burgalesa es una de las más bellas de la provincia burgalesa pero su retablo estaba en malas condiciones», afirma.
A pesar de ello, los vecinos no lo habían tocado y es que tal y como apunta el director del taller, «en muchas localidades nos encontramos con que los vecinos han limpiado el retablo con productos inadecuados o lo han repintado». «Sabemos que lo hacen desde la buena voluntad de mantener su patrimonio pero no hacer una rehabilitación profesional supone estropear estas piezas de arte».
El trabajo
Cuando llegaron los alumnos, el andamio ya había sido colocado en el retablo. La primera fase consistió en la retirada de las obras y esculturas del retablo. «Eran cuatro figuras de tamaño humano y algunos ángeles», explica Antonio. «Las figuras las trajimos al taller y mientras de lunes a jueves nos encargábamos del retablo, los viernes lo dedicamos a las figuras».
A media campaña «vimos que en las esculturas había más trabajo del que pensábamos y decidimos repartir el grupo para poder llevar a la vez la restauración de ambas partes y terminarla al completo».
Durante la labor de rehabilitación, los profesionales se encontraron con que si bien los vecinos no habían tocado el retablo, si se había hecho una intervención en el parte superior. «Sospechamos que fue al poco tiempo del montaje del retablo. Se quisieron tapar unas grietas por algún movimiento que hubo, pero se hizo de una forma muy leve y no las cubrieron en condiciones», explica García Ibeas.
El trabajo del taller ha permitido además de rehabilitar el retablo y las esculturas, ajustar algunas piezas que se habían descolocado por movimientos naturales y desarrollar un trabajo de consolidación y de carpintería así como de refuerzo en zonas delicadas.
Vecinos felices
El director del taller asegura que los vecinos «se muestran encantados con el arreglo» y agradece que durante todo el mes «han colaborado y han tenido detalles continuos con nosotros». En este sentido, García Ibeas apunta además que la localidad está «volcada con su iglesia» y es que «previamente al restauración del retablo, dedicaron parte del presupuesto municipal a restaurar las bóvedas y los paramentos de la seo».
Antonio ya piensa en la próxima edición. «Hay muchos candidatos porque tenemos mucho patrimonio en la provincia», asegura. Por el momento, el director centrará toda su atención en el Congreso de Restauración, organizado por la UBU, que tendrá lugar en la iglesia de San Esteban los días 7,8 y 9 de septiembre. «Será una cita única», asegura.