El tren turístico reforzará su servicio tras un exitoso regreso

Su regreso se hizo de rogar, pero llegó. Allá por marzo de 2023, superado por fin un rosario de incidencias en la tramitación previa a la adjudicación del contrato, se presentaba al fin el nuevo tren turístico. Volvería a surcar el casco histórico de la ciudad después de tres años sin servicio.

Le costó arrancar, no obstante. Problemas técnicos agravados por las características de la ruta -zonas empedradas y cuestas muy pronunciadas- obligaron a suspender las rutas en plena Semana Santa, mientras la empresa peleaba por encontrar conductores para completar su plantilla. A la «escasez de profesionales» con permiso D, que es el carné para conducir autobuses, se sumaba en ocasiones ausencia de preparación específica para manejar este singular vehículo mezclada otras veces con falta de diligencia, según explica el director de la empresa Trainvisión, Alberto González. Por una razón u otra, las primeras semanas fueron duras.

Afirma, sin embargo, que «a día de hoy» esos contratiempos están superados. Con locomotora de repuesto por si las moscas y una plantilla completa en este momento, el tren turístico ha recorrido el verano a velocidad de crucero y los resultados son más que satisfactorios. Tanto, que -siempre amparados por lo contemplado en el contrato suscrito con el Ayuntamiento de Burgos- la empresa responsable baraja ya ampliar el equipo para reforzar el servicio en la próxima temporada alta.

Los datos de su regreso animan a ello. Desde su puesta en marcha, hace seis meses, 16.000 personas han recorrido de esta forma el corazón histórico de la ciudad.

Fueron los burgaleses los que estrenaron el tren en los últimos días de marzo, los primeros en funcionamiento, 400 en concreto. «Había muchas ganas y el recibimiento fue muy bueno», reconoce González. Del ‘turista’ local se pasaba al nacional como principal viajero y en abril y mayo, época en la que pese a las averías registradas -con accidente incluido al chocar contra un árbol en la calle Eduardo Martínez del Campo que se quedó en un susto tras causar estupor en redes sociales- alcanzaron los 1.500 usuarios al mes.

Llegó después el verano y con él el irrumpió el visitante extranjero, que hace uso del servicio aunque no llega a ser el perfil mayoritario, copado por los españoles. Los buenos datos turísticos registrados por la capital burgalesa se han notado también en la demanda del tren turístico. El auge es evidente y la venta de tiques -acompañados en ocasiones, depende del tren, de los necesarios cascos para escuchar la audioguía- se ha duplicado mensualmente desde junio. De los casi 2.000 del inicio del periodo estival pasaban a 3.000 en julio y superan ya los 6.000 en agosto. «Estamos muy contentos con tan buena respuesta, hemos tenido incluso que extender el horario dada la alta demanda», reconocen desde Trainvisión.

Este resultado obliga a planear un futuro a la altura. A corto y medio plazo. Para la próxima temporada alta, ya en verano de 2024, sopesan ampliar plantilla e incorporar al servicio un nuevo tren que permita duplicar los recorridos diarios y pasar de salidas cada hora a cada treinta minutos. El precio, en todo caso, se mantendrá. También contempla González atender las sugerencias reiteradas de recuperar la ruta nocturna que cosechó tanto éxito en tiempos, apellidada ‘de la luz’ por visitar todos los monumentos iluminados.

Antes, quizá en otoño, cuando llegue el descenso lógico de la actividad turística, esperan suavizar el parón con visitas escolares. Ya trabajan con la Gerencia Municipal de Cultura y han mantenido reuniones con distintos centros educativos para organizar esta oferta, también vieja conocida de los burgaleses.