La montaña está de moda en Burgos
El Club Deportivo Torruco ha experimentado un «crecimiento de socios considerable» gracias al «bum de la escalada y el 'trail running'». Compañerismo, adrenalina e infinidad de variantes; desde el alpinismo hasta el 'trekking', el «gusanillo» puede ser inevitable
«Hay muchas variantes de escalada». El auge que experimenta esta disciplina deportiva hoy en día probablemente resida en eso: en la posibilidad que ofrece de iniciarse tanto en un rocódromo como en roca. Sea cuál sea el hecho que motiva a una persona a empezar a escalar, está claro que tiene algo que engancha. ¿Será la adrenalina o hay algo más? «La gente está cada vez más interesada en el mundo de la montaña y la naturaleza», explica el presidente del Club Deportivo de Montaña Torruco, Alberto Salces. «Es por eso que hemos experimentado un crecimiento de socios considerable en los últimos tres años», añade, al tiempo que señala que están viviendo «el bum de la escalada y del trail running».
En definitiva, las modalidades deportivas que abarcan son senderismo, trekking, alpinismo, espeleología, escalada en rocódromo, escalada deportiva -también clásica y en hielo-, barranquismo, vías ferratas, trail running, ciclismo de montaña (BTT), marcha nórdica, raquetas de nieve, esquí, snow y canicross. El club se encuentra actualmente adscrito a la Federación de montaña de Castilla y León (Fedmescyl), por lo que cada persona escoge la licencia deportiva que más se adecúa a sus gustos.
Salces define la escalada como «un deporte dinámico, con muchas posibilidades y muy completo». Además, apunta que es muy estético y desde fuera llama la atención porque «te mantiene físicamente muy en forma». «Nos permite practicarlo tanto en la naturaleza como en un rocódromo. Es un deporte exigente, en el que se está mejorando constantemente y se puede practicar durante todo el año», expone.
La pasión de Salces por este mundillo arranca en el verano de 2019. «Solía practicar alpinismo y trail running, pero el calor de verano me impedía practicarlos si no madrugaba. Entonces empecé a practicar la escalada con algunos veteranos al salir del trabajo». Entre ellos, Adrián Pérez, vicepresidente de Torruco. Su andadura comenzó en la Universidad, cuando participaba en diferentes escapadas con algunos de sus compañeros y profesores.
Primeros pasos
Muchas personas deciden iniciarse en el mundo de la escalada apuntándose a los diferentes cursos que oferta el Ayuntamiento de Burgos. Otros, sin embargo, se lanzan al vacío y abren una vía en su primera experiencia escalando aunque esto no sea lo más recomendable. «En la mayoría de casos ocurre de esta manera: la gente se apunta a cursos de escalada para principiantes o pasan primero por un rocódromo», comenta Pérez.
«Después acceden a clubes de montaña, empresas de aventura o conocen a compañeros con quien realizarlo por su cuenta», añade el vicepresidente del club. En cualquier caso, tanto Salces como Pérez hacen hincapié en que es fundamental «formarse correctamente en las técnicas de seguridad para poder disfrutar de la escalada con tranquilidad». Y aunque no se trata de un deporte de equipo, siempre se precisa de una persona que «asegure» a quien está escalando. Por lo tanto, el compañerismo está a la orden del día.
«Pese a ser considerado un deporte individual se necesitan compañeros para realizar algunas de sus modalidades de forma segura», explica Salces, quien añade que «se pone la vida de quien está en la pared en manos de quien lo asegura desde abajo, por lo que hay una relación entre los participantes bastante íntima». Por otro lado, remarca que el Club Torruco abarca muchísimas más disciplinas deportivas con el fin de «dar la oportunidad de practicar cualquier deporte de montaña a todas esas personas que quieren probarlo, así como estrechar lazos entre los amantes de estos deportes».
Otro aspecto a tener en cuenta son los riesgos que se asumen, más que evidentes y variables en función de la modalidad. «Se puede sufrir desde un impacto por la caída de alguna piedra u objeto, una torcedura de tobillo o incluso algún incidente acarreado por una tormenta imprevista», aclara Pérez.
Lo que está claro es que las actividades que se realizan en la montaña suponen unos riesgos inherentes que exigen tener un seguro o estar federado. Además, es preciso poseer conocimientos básicos y un mínimo de experiencia -así como contar con un material de calidad- que avalen la disminución de que se produzcan graves accidentes. «En los deportes de montaña siempre hay riesgos, pero buscamos tratar de minimizarlos en todo lo que podamos», apunta Pérez.
«La escalada deportiva es la más segura de todas ellas, se puede realizar tanto en un rocódromo como en la naturaleza y básicamente consiste en llegar a la parte más alta de una vía o pared para descender después. Por su parte, la clásica está vinculada al mundo del montañismo y, en su esencia, permite ascender una montaña de una forma más compleja por nuestros propios medios», detallan Salces y Pérez. «En cuanto a las variantes, podríamos hablar de vías ferratas, psicobloc o la escalada de largos, en los que se asumen otro tipo de riesgos», añaden.
Algo tendrá este deporte que tanto engancha. Salces y Pérez comentan que los compañeros más veteranos del club reducen el ritmo de salidas con el paso de los años, pero nunca llegan a abandonarlo. «Cuando ven limitadas sus posibilidades siguen estando vinculados al club y continúan realizando otras modalidades de montaña, como el senderismo».
Quizá el «gusanillo» de la escalada no resida en la mera práctica deportiva sino más bien en los lazos de amistad y camaradería que se crean entre sus participantes. Probablemente, sea eso lo que haga rejuvenecer el alma y la salud.