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El Encuentro, el último gran gueto de Castilla y León, podría seguir en pie hasta 2025

Pendiente de los últimos realojos para su erradicación, este poblado chabolista acoge en la actualidad a 16 familias. Con cinco viviendas ya comprometidas, el Ayuntamiento de Burgos espera adquirir otras siete lo antes posible

La alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, y el delegado de la Junta de Castilla y León, Roberto Saiz, visitan el poblado chabolista de El Encuentro.TOMÁS ALONSO

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Burgos

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El hastío es palpable entre las personas que aún residen en el poblado chabolista de El Encuentro. «Grabadlo todo», apremia una mujer a los medios de comunicación tras la llegada de la alcaldesa de Burgos, Cristina Ayala, al último gran gueto de Castilla y León. Con más de tres décadas de existencia, su desalojo está cada vez más cerca aunque los plazos, de nuevo, vuelvan a dilatarse. Esta vez, el actual equipo de Gobierno prefiere no pillarse los dedos y se da de «margen» hasta 2025 para realojar a todas las familias que aún residen allí. 

La erradicación de El Encuentro, fruto de un acuerdo suscrito entre el Ayuntamiento de Burgos y la Junta de Castilla y León en diciembre de 2020, ha seguido sus pasos y el compromiso se mantiene intacto. De hecho, nada cambió tras la entrada del Partido Popular y Vox en el Ejecutivo municipal. A diferencia de otras actuaciones completamente barridas del mapa, Ayala reconoce que «no podemos estar más de acuerdo» con el impulso dado en su día por el anterior regidor, el socialista Daniel de la Rosa

Mucho se ha avanzado desde entonces. En enero de 2020, el poblado contaba con 37 familias. En total, 130 personas en casas prefabricadas o chabolas en un estado deplorable. En la actualidad, según datos facilitados por técnicos del Ayuntamiento, quedan 44 vecinos pertenecientes a 16 familias

Para afrontar la recta final, el Ayuntamiento pretende adquirir lo antes posible siete viviendas. Además, hay otras cinco ya compradas por orden del anterior equipo de Gobierno a expensas de finalizar la pertinente tramitación desde el área de Hacienda. Y tres disponibles, a mayores, que según fuentes municipales «se pueden utilizar para el programa de realojo». 

El principal escollo, reconoce Ayala, reside en el tope fijado dentro del convenio para la adquisición de estas viviendas: 95.000 euros. «Nos encantaría que tuviesen un precio más asequible», indica a sabiendas de que «no es fácil» encontrar pisos que se adapten a las necesidades de los futuros realojados. En este sentido, el delegado territorial de la Junta en Burgos, Roberto Saiz, alude al «problema real de acceso a la vivienda con el mercado tensionado». 

De lo que se trata, en cualquier caso, es de localizar «pisos dignos y adecuados teniendo en cuenta las circunstancias de cada una de estas familias». En este sentido, Saiz hace hincapié en que «no se trata de buscar una solución que lleve el problema a otro sitio». Por ello, celebra la «celeridad» con la que ha actuado el Ayuntamiento, desde la anterior legislatura, para erradicar El Encuentro «de un modo definitivo». 

«Inserción social completa»

La regidora asegura que la adaptación de las familias que han ido dejando atrás el poblado «no es fácil». Básicamente, porque muchos «están acostumbrados a otro tipo de vivienda y de rutinas». No en vano, considera que la Gerencia de Servicios Sociales está desarrollando un «excelente trabajo» a la hora de actuar cuando se requieren labores de intervención o mediación. 

De cara a los traslados pendientes, se seguirá aplicando la misma política de dispersión en distintos barrios de la ciudad. «Se trata de evitar guetos y que en una zona se genere una problemática», subraya Ayala con el objetivo de que se garantice una «inserción social completa»