La danza se reivindica a pie de calle
La Escuela Profesional de Danza Ana Laguna asalta esta tarde el centro de la ciudad con una coreografía que busca dar difusión a su oferta formativa elemental, menos conocida / Pilar Hechavarría se estrena este curso como directora
Si la montaña no va a Mahoma, la Escuela Profesional de Danza Ana Laguna toma las calles. Y es que este es el propósito de la intervención artística con la que el centro de la Fundación Universidades y Enseñanzas Superiores de Castilla y León tomará esta tarde, de 18 a 20 horas, el casco histórico de la ciudad.
Con una coreografía interpretada por sus propios alumnos, el reto es dar difusión a su oferta formativa, en particular la de carácter elemental -dirigida a los más pequeños, a partir de 8 años-, cuya demanda escasea. Si bien el descenso paulatino de la natalidad agudiza la caída de matrículas, los directivos de la escuela creen que, quizá y pese a sus 17 años de andadura, sea una opción poco conocida por las familias burgalesas.
Si esta suerte de jornada de puertas abiertas en movimiento y a pie de calle logra su objetivo, a tiempo están los interesados de ‘enrolarse’ en el centro. No por casualidad coincide la cita de hoy con el periodo extraordinario de inscripción a las pruebas de acceso.
Así, la Plaza Mayor primero, a las 18 horas, y, tras el oportuno desfile, a los pies de la Catedral después, a partir de las 19 horas, serán los escenarios de un baile extraído de la coreografía ideada, al ritmo de In This Shirt de The Irrepressibles, por los profesores del departamento de Danza Contemporánea Edurne Sanz y Fran González para una gala final del pasado curso. Material propio por tanto del que darán buena cuenta los alumnos de profesional de ambas especialidades arropados por el resto de integrantes de la escuela que quieran participar. Se involucrará además a los espectadores pues el espectáculo está concebido como flashmob.
Servirá la cita de hoy casi de arranque oficial al mandato recién estrenado de Pilar Hechavarría. Acaba de tomar las riendas del centro con «mucha responsabilidad y gran alegría», consciente de la urgencia de estimular el interés por la danza entre los más pequeños. «Tenemos que convencer a padres y madres, explicarles el valor añadido de nuestra oferta educativa, hacerles saber que un niño que estudia cualquier disciplina artística adquiere una visión más amplia de la vida y más sensibilidad», explica.
Tiene clara la forma de lograrlo: «Tenemos que realizar más actividades en la calle y reforzar las propuestas que ya existen para captar alumnado». Solo así, considera la directora, bailarina graduada de la Escuela Nacional de Ballet de La Habana, calará su llamamiento y, al menos, los niños y niñas burgaleses se animarán a probar. Sabe, además, que el esfuerzo añadido que supone cursar estos estudios, dadas las horas semanales de clase, suele echar para atrás a las familias. Rebate al punto este posible argumento, dejando claro que la Escuela de Danza ofrece algo más que una iniciación en esta disciplina artística: «Es una formación integral, también en valores».
Además, por su dilatada experiencia pedagógica sabe que «nuestros alumnos aprenden a organizarse en sus estudios, de tal manera que aprovechan el tiempo de forma más eficaz e incluso obtienen mejores resultados en la enseñanza obligatoria».
Más allá de alcanzar la deseada meta de abarrotar las clases del nivel Elemental, Hechavarría espera «mantener el sello» de la escuela en Profesional. Ahí sí, posiblemente por esa impronta a la que se refiere, la respuesta es extraordinaria. «Hay mucha demanda de plazas, sobre todo en los últimos cursos, de cuarto a sexto. Nos llega mucho alumnado de otras comunidades interesados en nuestra propuesta de trabajar cada trimestre con coreógrafos diferentes, con lo que pueden familiarizarse con dinámicas muy similares a las de una compañía pues han de captar la esencia de quien les dirige, adaptarse. Este método les prepara muy bien para el posterior salto y por eso nuestro centro resulta tan atractivo», presume su nueva directora. Toca ahora ‘crecer’ por abajo.