Tráfico advierte del incremento de los positivos por alcohol tras la pandemia
Las infracciones siguen una tendencia al alza en los últimos ejercicios al pasar de 1.599 en 2021 a 2.460 en 2022, casi un 54% más
«Tenemos un problema con la presencia de drogas en los controles que se realizan en las carreteras de Burgos y los positivos por alcohol han crecido después de la pandemia». Esta es la valoración que realiza el jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán, en base a los resultados de las pruebas que realiza la Guardia Civil en la provincia y las infracciones detectadas.
Las sanciones por presentar una tasa de alcohol positiva se han incrementado en casi un 54% (53,85%) si se comparan los datos de 2021 y de 2022. Y hasta mitad de julio de 2023 el número de infracciones está más cerca de la situación de 2022 que de 2021, por lo que podría seguir esa tónica en el aumento de los positivos al terminar este ejercicio.
El 2021 concluyó con 1.599 conductores denunciados en las vías interurbanas de la provincia y en 2022 fueron 2.460. Según la última información facilitada, a través de la Subdelegación del Gobierno, en 2023 se han registrado, hasta el 20 de julio, 1.193 sanciones por este motivo.
En cuanto a la detección de la presencia de sustancias estupefacientes en los controles realizados en Burgos, en 2022 se contabilizaron 1.207 casos que resultaron denunciados y en lo que va de 2023 las infracciones están ya en 1.066, por lo que es previsible que se llegue a los datos del año pasado o incluso se superen.
La preocupación de los responsables de Tráfico es evidente porque la accidentalidad puede ir en aumento como consecuencia de conducir bajo los efectos de alcohol y las drogas. Galán apunta que hay que acudir a un análisis sociológico para determinar los porqués de estos comportamientos al volante cuando la tendencia hasta antes de la pandemia, sobre todo con el alcohol, era la inversa. Es decir las tasas positivas estaban en caída. «La pandemia terminó y parece que ha reinado cierta euforia y se ha vuelto a beber y a coger el volante después», indica.
Los agentes de Tráfico realizan distintos tipos de controles. Están los que vienen derivados de una campaña de vigilancia específica y es en ellos donde el porcentaje de positivos es más escaso, porque se hacen de forma aleatoria, se para a muchos vehículos y las tasas positivas suelen ser poco representativas.
Por ejemplo, se puede comprobar esta circunstancia en uno de los controles de 2022, el realizado entre los días 8 a 14 de agosto. Si en Burgos se controló a 2.156 vehículos, solo 16 fueron positivos, apenas un 0,74% de los conductores a los que se les sometió a la prueba.
Otras intervenciones vienen derivadas de que el conductor ha sido pillado cometiendo una infracción, ha sufrido un accidente o bien los agentes han detectado síntomas al parar un vehículo.
Las pruebas para detección de droga son algo diferentes y, en ellas, como explica el jefe provincial de Tráfico en Burgos, se suele ser más selectivo. Es por ello que los porcentajes de positivos con respecto al número de pruebas realizadas es muy superior con respecto a los de alcohol que se quedan frecuentemente por debajo del 1%.
En el informe de los resultados de la campaña antes mencionada, realizada en agosto de 2022, se realizaron 10 pruebas en vías interurbanas de la provincia de Burgos. Los positivos fueron 7, es decir un porcentaje del 70% de infractores. Aquí Galán pone en acento en que no son pruebas indiscriminadas como en el caso de alcohol, sino que son consecuencia de síntomas evidentes que aprecian los agentes o bien tras un siniestro en carretera.
«Dan pistas los ojos vidriosos, el andar deambulante, determinadas maneras a la forma de hablar o gestos, los agentes deciden a quién se hace el control y a quién no», explica Galán, que añade que la experiencia de los guardias hace que sean «bastante buenos» en esa detección de la sintomatología antes de pasar por la prueba de saliva. Según resume, «habiendo muchos menos controles de droga, aumentan los porcentajes de positivos».
«Dan pistas los ojos vidriosos, el andar deambulante, determinadas maneras a la forma de hablar o gestos, los agentes deciden a quién se hace el control y a quién no»
Los positivos por drogas desvelan que hay más consumo de sustancias pero tanto legales como ilegales, puesto que este tipo de controles detectan la presencia de fármacos, que pueden haber sido obtenidos con receta médica, pero cuya ingesta provoca consecuencias si se conduce.
A la vista de los datos facilitados es cierto que la detección de las prohibidas es más habitual: el cannabis y la cocaína están a la cabeza. Pero no son pocos los que son consecuencia de un medicamento. Tras la pandemia se ha observado que ha crecido el número de conductores que salen a la carretera y han tomado tranquilizantes. «No nos damos cuenta como sociedad que esta medicación afecta a las condiciones para conducir y hay accidentes por una somnolencia que puede venir de ahí», observa. Así, recomienda leerse bien los prospectos de los medicamentos y estar atento al triángulo de precaución que suelen contener en caso de afectar a la conducción.
Desde Tráfico esperan que esta situación, que se achaca a la salida de la pandemia, pase cuanto antes y que se vuelva a los niveles anteriores y, a partir de ahí seguir rebajando el número de positivos. Y recuerdan que pueden crecer los accidentes graves. Por ejemplo, en el atropello mortal de un tractor a una mujer en la localidad burgalesa de Iglesiapinta este verano se hizo público que el conductor presentaba una tasa de alcohol positiva.