Centro de residuos de Cortes. El cambio en la gestión a Somacyl permitiría su renovación completa
El área de Medio Ambiente ultima los trámites de la encomienda de gestión que permitiría asumir 25 millones de euros de inversión durante 15 años. Podría estar en marcha antes de acabar el año
El equipo de Gobierno de PP y Vox ultima los trámites administrativos para poner en marcha la encomienda de gestión del Centro de Transformación de Residuos (CTR) de Cortes a la empresa pública Sociedad de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (Somacyl).
Esta solución, planificada durante el anterior mandato del PSOE en el Ayuntamiento de Burgos, permitiría resolver el grave problema de deterioro de la planta en la que se separan los residuos, excepto el vidrio, para trasladar los materiales no reciclables al vertedero de Abajas.
El actual concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño (PP), considera que «es la mejor solución, estamos de acuerdo» y destaca que las inversiones previstas permitirían renovar por completo las instalaciones. «Del CTR actual no se puede aprovechar nada y, por tanto, sería casi nuevo con una inversión prevista de 25 millones de euros», concreta el edil.
Esta encomienda de gestión consistiría en que Somacyl adelantaría la cantidad y la ciudad la iría abonando a lo largo de los próximos 15 años. Además de hacerse cargo de las mejoras esta empresa, que depende de la Junta de Castilla y León, se responsabilizará de la gestión del conjunto y del personal.
El Ayuntamiento de Burgos ha previsto destinar 3,7 millones de euros anuales a esta fórmula y a lo largo de los 15 años se abonarían 55,5 millones de euros, de los cuales 25 son para materializar las inversiones.
La renovación de las instalaciones es una meta imprescindible para mejorar el servicio que presta el CTR. Y una de las cuestiones más interesantes, como desvela Niño, es que se prevé mejorar los procesos y los resultados en la gestión de las basuras domiciliarias.
Como ejemplo, indica que si actualmente el 70% de los residuos que van al Ecoparque terminan en Abajas con las nuevas instalaciones se podría conseguir que solo se trasladase entre el 30 y el 35%, por tanto, la mitad que en la actualidad. «Cuanto más se separen los residuos son más fáciles de tratar y de esa manera habrá menos costes», asegura.
A este respecto, cabe destacar que los datos de reciclado en Burgos «son muy buenos», pero siempre hay capacidad de mejora tanto, por parte, de los particulares, como de la administración si se mejoran las instalaciones del CTR. El esfuerzo merece la pena por el Medio Ambiente, pero hay que tener muy en cuenta que cada vez hay más impuestos y más estrictos.
Desde el pasado abril, el coste de lo que se paga por depositar los residuos al vertedero ha pasado de 7 euros por tonelada de desecho a 30 por la Ley de Residuos y Suelos Contaminados que contiene como principio que «el que contamina paga».
Por tanto, en Burgos representa que de 300.000 euros se pague 1,2 millones de euros anuales. Si se consigue reducir el volumen de kilos, lo hará también la factura final. «Es importante que la gente sepa lo que cuesta y es una forma de concienciar a la ciudadanía, por tanto, me gustaría hacer alguna campaña de sensibilización en este sentido», precisa Niño, «porque estamos hablando de que se ha multiplicado por cuatro el coste».
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Desde el área de Intervención municipal, se ha solicitado más documentación en relación con la fórmula de la encomienda y, en cuanto se disponga del visto bueno, entraría en marcha de manera directa. La modificación del presupuesto que preparó el anterior bipartito contenía una partida de unos 480.000 euros que serviría para empezar unos meses con este contrato con Somacyl, por lo que ya estaba prevista su puesta en marcha durante este ejercicio de 2023.
El concejal de Medio Ambiente espera contar pronto con ese parabién antes incluso de que acabe este año, porque el deterioro del CTR va en aumento y la preocupación se agranda cada vez que se recibe un mensaje de que alguna máquina se ha estropeado. Desde su punto de vista, las inversiones se tenían que haber abordado mucho antes y planificadas en varias anualidades «porque no quiero imaginar el problema de que el centro se pare».
La empresa Prezero es la que explota en la actualidad el CTR y su contrato expiró hace unos meses por lo que se va abonando el servicio mensualmente mediante reconocimientos extrajudiciales de crédito.