Suerte que llama a la solidaridad
Cajaviva Caja Rural inicia la venta de participaciones de lotería de Navidad con donativo incluido a beneficio del Banco de Alimentos. La entidad social espera cerrar el año con 2.200 toneladas de productos distribuidos entre un centenar de organizaciones.
Ojalá que la suerte favorezca la solidaridad. Y viceversa. Con este espíritu inicia una año más Cajaviva Caja Rural la venta de lotería navideña a beneficio del Banco de Alimentos. La iniciativa tiene el doble objetivo de contribuir a la mejora de la economía local y trabajar para paliar la exclusión social.
Las participaciones del número 95.561 -por importe de 5 euros, de los que uno se destina a la agrupación social mencionada- se pueden adquirir desde mañana en todas las oficinas de la entidad. "Todos nuestros empleados se implican en la causa", ha destacado Javier García Bueno, jefe de la Zona Centro. De cumplirse la tradición y agotar las 'existencias' se recaudarán 9.250 euros con los que "mejorar la vida de quienes más lo necesitan", ha añadido.
Por su parte, el presidente y el vicepresidente del Banco de Alimentos, Julián Martínez Pantoja y Miguel Ángel López, han manifestado su agradecimiento por este "apoyo al sostenimiento de la estructura" de la agrupación que mantiene su labor desde 1996 gracias a "colaboraciones como esta".
Sobre su actividad reciente, Martínez Pantoja ha reconocido la preocupación existente por la cronificación de la pobreza que se "siente" desde el Banco de Alimentos: "Aunque la estadística muestra una leve mejoría, los datos son fríos y la realidad que vemos es que son muchas las personas que están en la cuerda floja".
A mitigar tal panorama contribuyen los 2.200.000 kilos de productos que llegarán a distribuir en 2023 entre un centenar de organizaciones en la provincia con más de 8.000 beneficiarios finales. Serán en todo caso algo menos que las 2.500 toneladas con las que cerró 2022 y distan de los 3,5 millones que se alcanzaron durante la pandemia, cuando se registraba "un repunte inusual" fruto de una explosión de solidaridad que, tal y como esperaban, ha regresado a la normalidad.
Temen, no obstante, que en términos generales estas cifras sufran recortes en un futuro próximo a causa de un más que probable descenso de las aportaciones de la industria agroalimentaria que ya ha comenzado a adaptarse a la anunciada ley contra el despilfarro al tiempo que, dadas las circunstancias económicas, busca ajustar costes al máximo aminorando al máximo los excedentes, de los que, cabe recordar, se nutre el Banco de Alimentos. También influirá, vaticinan, el cambio previsto en 2024 en el reparto de las ayudas europeas, que pasarán a gestionar las comunidades autónomas.
Mientras se aclara el panorama, y aún con la seguridad de que habrá que "ajustarse el cinturón", el presente es "razonablemente bueno" en Burgos, en particular, donde el índice de pobreza está por debajo de la media nacional y existe una "potente industria alimentaria" muy comprometida con esta entidad social, según ha celebrado Martínez Pantoja.
Tanto él como López destacaban el altruismo de la sociedad burgalesa que se vuelca en cada iniciativa con la que recaudan productos o, cada vez más, fondos con los que atender las necesidades a lo largo de todo el año, sin la 'urgencia' de colocar alimentos nada más recibirlos por aquello de las fechas de consumo.