El Correo de Burgos

40 años sin Raúl Santamaría y Jesús Postigo. Un «camino de vidas rotas» marcado por el terrorismo

Los hijos de los dos policías burgaleses asesinados por el Grapo participan en una ofrenda floral a las puertas de la Comisaría Provincial con el objetivo de honrar su memoria

Homenaje a Jesús Postigo y Raúl Santamaría en la Comisaría Provincial de Burgos.

Homenaje a Jesús Postigo y Raúl Santamaría en la Comisaría Provincial de Burgos.SANTI OTERO

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Dos familias unidas por un dolor indescriptible. Un día, el 12 de octubre de 1983, que arrancarían una y mil veces del calendario. Aquella fatídica jornada se fundió a negro con el asesinato de Jesús Postigo (44 años) y Raúl Santamaría (32) cuando custodiaban a un preso sumamente peligroso en el antiguo Hospital Provincial de Burgos. La herida causada por el Grapo permanece abierta 40 años después y jamás se cerrará. 

Cuatro décadas de ausencia no dan paso al olvido. Todo lo contrario. El nombre de ambos agentes, con sus correspondientes placas, honra su memoria en la Comisaría Provincial. Aún así, el Ayuntamiento capitalino estimaba oportuno llevar a cabo un nuevo homenaje junto a sus seres queridos, ciudadanos de a pie y autoridades de distintas administraciones. 

En primera línea durante la ofrenda floral y con la voz quebrada, Jesús Carlos Postigo condenaba entre lágrimas la acción de los «miserables» que asesinaron a su padre y que, por tanto, «nos arrebataron la oportunidad de disfrutar de su amor, su protección, su risa y su cariño». 

Tampoco se ha olvidado Jesús Carlos Postigo de Carmen, su madre. Incapaz de contener las lágrimas, ha dedicado unas palabras de cariño y aliento a «una mujer sencilla que aún estando herida en el corazón jamás se rindió». 

A continuación, África Santamaría remarcaría que el asesinato de su padre y de su compañero dejó un «camino de vidas rotas, vidas que nunca pudieron recomponerse de nuevo» porque las lágrimas, aunque no sean visibles, siempre permanecen. Haciendo acopio de fuerzas para no quebrarse, ha querido poner de manifiesto la necesidad de que las nuevas generaciones «conozcan y comprendan lo que significó el terrorismo en nuestro país». 

«Dieron su vida por España», enfatizaba la delegada del Gobierno, Virginia Barcones, mientras ensalzaba la «vocación de servicio» de Postigo y Santamaría. Previamente, ha puesto de manifiesto que su asesinato, mal que pese, «forma parte de la memoria colectiva de esta ciudad». Por eso, precisamente, «los seguimos recordando con emoción y con orgullo». Aunque sea, tal y como ha señalado, desde el «duelo eterno que custodia para siempre los actos de la sinrazón y de la maldad humana». 

«No hay mejor antídoto que traer a la memoria a los que ya no se encuentran con nosotros», reflexionaba finalmente la alcaldesa, Cristina Ayala, antes de recordar esta «historia triste» que le tocó de cerca al coincidir, en aquella época, con Jesús Carlos Postigo en el Maristas. Por otro lado, ha insistido en que estos aniversarios tan fatídicos deben quedar «grabados a fuego» para «no olvidar la barbarie que ha sufrido la sociedad a causa de varios terrorismos».

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