Tráfico actualiza los radares y estudia cambios de ubicación en los fijos de las carreteras de Burgos
La Dirección Provincial de Tráfico ha enviado su propuesta buscando más efectividad en vigilar la velocidad en puntos donde hay más accidentalidad. Se están renovando también los radares móviles
Tráfico avanza en la renovación de todos los equipos de radares ubicados en la provincia de Burgos para el control y sanción de los excesos de velocidad. Tanto los radares fijos, ubicados en cabinas en los laterales de las vías como los que van en pórticos, así como los móviles que se portan en los vehículos de la Agrupación Provincial de Tráfico de la Guardia Civil.
El plan de despliegue contempla cambios en las localizaciones con el objetivo de que sean más efectivos porque sean lugares de mayores niveles de peligrosidad por acumulación de accidentes.
Esta importante actuación, que permitirá incorporar tecnología láser más precisa en las mediciones de la velocidad, supondrá un antes y un después en los controles que se desarrollan en la provincia de Burgos, en un momento en el que crece la preocupación por los excesos de velocidad especialmente en las carreteras convencionales, las de dos carriles, uno por sentido de la circulación.
Así lo explica el jefe provincial de Tráfico, Raúl Galán, que reconoce que «los estudios indirectos que hacemos nos muestran que están aumentando las velocidades medias, sobre todo en estas carreteras convencionales y esto hace que aumenten los accidentes y la gravedad de los percances».
Desde su experiencia, señala que cuando se bajó el límite permitido en las convencionales de 100 a 90 kilómetros por hora, hubo una temporada en la se notó una reducción de las velocidades medias, «esto suele ocurrir cuando hay una novedad legislativa». Sin embargo, en los últimos tiempos se ha visto que se circula con «cierto relax y no sabemos bien las razones si es que se tiene la sensación de que estas carreteras se vigilan menos».
Según añade Galán, «el exceso de velocidad asociado a una distracción o a un consumo de alcohol y drogas es una mezcla altamente peligrosa que puede hacer que un accidente relativamente leve por superar el límite de velocidad se convierta en grave».
El responsable provincial de la Dirección General de Tráfico (DGT) explica que se están renovando las cabinas que custodian los radares porque hasta ahora cada modelo de soporte estaba diseñado para contener equipos concretos de marcas determinadas.
Por este motivo, la idea es contar con cabinas universales para meter cualquier tipo de radar y que sea más sencilla la homologación de todos los equipos. «Tenemos más cabinas que radares como sabe la gente, porque les vamos rotando, pero de esta manera será más sencillo porque todas las cabinas podrán acoger distintos modelos», precisa.
«Tenemos más cabinas que radares como sabe la gente, porque les vamos rotando, pero de esta manera será más sencillo porque todas las cabinas podrán acoger distintos modelos»
Desde la provincia de Burgos se ha realizado una propuesta a la DGT sobre cambios de ubicación de varios de los radares fijos que están en las carreteras de la provincia y la subdirección de la gestión de la movilidad tiene la última palabra.
«No se trata de convertir las carreteras de Burgos en un Gran Hermano, pero sí pretendemos una vigilancia efectiva de la velocidad para que los conductores lo tengan en cuenta y eso revierta en mayor seguridad», afirma Galán, que precisa que el objetivo es ganar en seguridad y no en recaudación. «Que nadie piense cosas raras», añade.
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Igual que no está decidido todavía los cambios de ubicación, tampoco hay una determinación sobre si se aumentará el número de equipos presenciales en la provincia.
En las carreteras de Burgos hay colocadas 17 cabinas para alojar los equipos de medición de la velocidad. Hay más cabinas que radares porque se van moviendo por las distintas carreteras de la provincia. Con la inversión que se está realizando «se podrán rotar con más libertad porque ahora había que hacer coincidir cada tipo de cabina con su radar homologado».
La consecuencia de esta actualización de los equipos es que durante este ejercicio no han estado el 100% de los disponibles trabajando, por ello no se puede este año ofrecer unos datos precisos sobre las multas tramitadas por la DGT a este respecto.
260 km/hora: La velocidad más alta captada en Burgos
El jefe de tráfico recuerda sobre aquella situación que esos 260 kilómetros por hora fueron durante varios años un récord difícil de batir, hasta que se captó a otro turismo a 297 kilómetros por hora con un Porche en una de las carreteras radiales de la provincia de Madrid. «Son auténticas barbaridades que están tipificadas como delito contra la seguridad del tráfico con su consiguiente tratamiento por parte de los jueces», manifiesta.
Circular a más de 80 km/h sobre el límite que marca la vía (en auto vías 120, por tanto más de 200 kilómetros por hora) puede suponer penas de prisión de 3 a 6 meses o multa de 6 a 12 meses o trabajos para la comunidad de 31 a 90 días. Además, se pone en marcha la privación del permiso de conducción entre 1 y 4 años.