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La factura del vandalismo en Burgos ya supera los 460.000 euros a lo largo de 2023

El concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, apela al «civismo» tras detectarse un considerable aumento de pintadas insultantes contra partidos políticos

Una operaria de Urbaser limpia una pintada en un contenedor.TOMÁS ALONSO

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Burgos

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Grafitis en toda clase de superficies, papeleras rotas o arrancadas, contenedores quemados... Los actos vandálicos suponen un importante desembolso para el Ayuntamiento de Burgos. La factura, hasta el pasado 15 de noviembre, ya ascendía a 464.000 euros. Y se elevará, eso está claro, en gran parte por el considerable aumento de pintadas ofensivas contra partidos políticos (principalmente el PSOE) a raíz de las negociaciones para que Pedro Sánchez fuese investido presidente. 

Ocho equipos de Urbaser (seis en turno de mañana, uno de tarde y otro de noche) se encargan diariamente de limpiar las superficies afectadas y reponer el mobiliario dañado. Lo que más gasto genera es la retirada de grafitis. En concreto, 300.000 euros anuales para la adquisición de pintura, decapantes y disolventes (16.000) y sufragar el coste de la maquinaria y del personal. 

Los datos hablan por sí solos. Según detalla la delegada de Urbaser en Burgos, Inés Porras, a lo largo de 2023 se han limpiado 24.612 metros cuadrados que arrojan una media de 90 metros cuadrados al día. A la hora de acometer estas actuaciones para eliminar grafitis, se han empleado 185 kilos de pintura y 2.875 litros de decapante o disolvente. La mayoría de intervenciones, en torno al 70%, se solventan con agua a presión y un 45% de ellas se realizan sobre papeleras y contenedores. 

Aparte de las pintadas, los equipos de Urbaser han detectado 230 papeleras arrancadas y otras 270 con diferentes tipos de rotura. A 277 euros por unidad, la factura ronda los 100.000 euros al año. Por otro lado, se han contabilizado 29 contenedores quemados que suman un total de 64.000 euros a los que habría que añadir 82 volcados. 

Consciente de que ya se han atenido más de 500 solicitudes en lo que va de año, el concejal de Medio Ambiente, Carlos Niño, apela al «civismo» de la ciudadanía mientras hace hincapié en la necesidad de denunciar este tipo de actos a través del 010, el 947 26 26 47 o la página web Burgos Responsable y Sostenible

También le preocupa al edil el incremento de pintadas insultantes contra el Partido Socialista u otras formaciones políticas. «No podemos permitir, ya sea en un espacio público o privado, que se exhiban este tipo de mensajes porque es una falta de respeto y educación», sentencia al respecto. Porras, por su parte, asegura que el último semana fue «brutal» en ese sentido. Hasta el punto de que «limpiamos una pintada a las 6 y media de la mañana y a las 8 y media la habían vuelto a hacer». 

Niño también sabe que la «reincidencia» es un fenómeno habitual que la Policía Local trata de combatir. Y aunque la problemática de los grafitis no se concentre en zonas concretas sino a lo largo y ancho de la ciudad, hay espacios como la librería Amábar, cerrada desde el pasado mes de julio, donde «se limpiaba y enseguida se volvía a pintar (...) y era la misma letra».