¿Sabes qué es la kizomba? Descubre este sensual baile de origen africano que se ha hecho hueco en Burgos
Elena Conde y Rodrigo Maestro son un referente en la enseñanza de esta danza en la capital burgalesa. Aseguran que no es necesaria ninguna aptitud concreta para aprender y disfrutar de este baile que «te conecta con tu pareja y con la música de forma única»
Podría decirse que el baile ha jugado y juega un papel fundamental en la vida de Elena Conde y de Rodrigo Maestro. Estos burgaleses primero fueron pareja de baile, después amigos y ahora matrimonio y un referente en la enseñanza de la kizomba en Burgos con las clases que imparten en la academia F&S Social Dance.
Tal vez no hayas oído nunca hablar de este término. O tal vez sí. Porque este baile de origen africano tiene cada vez más adeptos en Europa. La kizomba es un género musical y un baile que comenzó a componerse entre finales de los años 70 y principios de los años 80 en Angola y Cabo Verde. Poco a poco este sensual baile entró en Europa a través de Portugal y ahora es un referente en el país luso pero también en Francia y poco a poco se está dando a conocer en España.
En Burgos ya hay un buen número de personas que atraídos por esta modalidad de baile. La misma atracción que hace ya unos años sintieron Elena y Rodrigo por este ritmo africano. La relación de Elena con el baile arrancaba hace veinte años con la danza oriental. «Unos años después mis amigas me dicen que van a bailes latinos y me animé apuntarme con ellas», explica. Fue ahí donde poco después conocería la kizomba.
En el caso de Rodrigo fue su hermano quien le metió de lleno en el mundo de los bailes latinos hace quince años. «Él bailaba salsa y un día fui a verlo a una fiesta social y me enganchó». Fue en este ámbito como poco después la pareja se conoció.
«La kizomba está muy unida a la salsa y a la bachata porque es a través de practicar estos ritmos como mucha gente la conoce», apunta Elena. El baile llegó a Europa «sobre el año 2006 y se ha adaptado a los gustos europeos», añade Maestro. De hecho «kizomba se considera al baile tradicional interpretado con instrumentos tradicionales y la variante europea se llama urban kiz o kizomba moderna, en la que se mezclan los pasos de la kizomba con los de otras modalidades como la bachata, hip- hop o el tango y otros elementos musicales como los sintetizadores».
Conde afirma que «no es fácil dar a conocer la kizomba», especialmente porque «al contrario de lo que ocurre en Portugal y Francia, en España no hay artistas que hagan canciones de kizomba o muy pocos y tampoco es una música que se haya popularizado a través de la radio».
Sin embargo, ambos aseguran que, por norma general, quien llega a la kizomba se enamora de ella. Y es que si por algo destaca esta disciplina es por la conexión que se crea entre la pareja de baile. Una conexión «necesaria» para disfrutar de ella.
Además, la kizomba es sinónimo de libertad. «Al contrario de lo que ocurre en bailes como la bachata o la salsa donde hay unos pasos muy marcados y son disciplinas más encorsetadas; en la kizomba hay mucha más libertad a pesar de que en la pareja siempre hay un ‘leader’ y un ‘follower’».
Precisamente esa libertad permite que, aunque tiene que haber entendimiento, cada miembro de la pareja puede bailar una parte del tema: «Uno puede optar por interpretar la melodía principal y otro la voz por ejemplo», explica Maestro. Pero al final todo fluye y todo encaja.
Por otro lado y también por esa libertad, a diferencia de bailes como la bachata o la salsa en los que la pareja «con una sola canción ya puede entenderse», en la kizomba «es necesario bailar cuatro o cinco temas para compenetrarse con la pareja».
A nivel técnico, en kizomba las figuras y pasos se realizan con una cadencia pausada, al ritmo de la percusión, con una forma de bailar relajada en la que predominan pasos cortos, con cambios de peso y ritmo suaves. Esto permite una gran creatividad por parte de las parejas que la bailan, ofreciendo la posibilidad de «conectar con tu acompañante y con la música de una forma única».
Más interés
En Burgos el interés por la kizomba es creciente. Así lo asegura Elena. «La gente responde muy bien a las clases, muchos de nuestros alumnos han llegado a través de la bachata y después de probarla se han enamorado de esta disciplina».
El perfil del alumno es «muy dispar» y es que «en nuestras clases hay gente desde los 19 a los 70 años», relata Maestro. «No hace falta tener ninguna aptitud especial para aprender este baile y disfrutar de él, solamente tener ganas de aprender». La pareja apunta que la kizomba aporta grandes beneficios a quien la practica. «A nivel físico estás haciendo ejercicio y a nivel mental te va a ayudar a mejorar tu memoria», señala Maestro. Además «como cualquier actividad en grupo es fantástica para socializar, salir de casa y conocer nuevas personas».
Si bien en ciudades grandes como Madrid o Barcelona «hay una gran oferta para bailar kizomba», ciudades pequeñas como Burgos «no nos quedamos atrás», aunque «es necesario que se popularice más», apunta esta pareja que, además de sus clases en la capital burgalesa, participa en congresos y ofrece talleres por toda España.
Para quienes tengan interés por conocer esta modalidad de baile, los días 12, 13 y 14 de enero se celebrará en el Hotel Ciudad de Burgos el Kizz Moi 2023, un congreso que ya es un referente nacional y en el que se ofrecen talleres, demostraciones y clases de kizomba y urban kiz. «Acuden entre 300 y 400 personas y son días de buen ambiente y mucho baile», afirma Elena.