Doña Berenguela será la nueva gigantona de Burgos
Será la pareja del Conde Diego Porcelos, en quien ya trabaja el artista local Cristino Díez. La monarca ha sido la más votada en un proceso de selección en el que competía con Beatriz de Suabia y la Condesa Mencía de Mendoza
La ciudad ya tiene nueva gigantona. Se trata de Doña Berenguela I de Castilla. La monarca ha sido la opción elegida en un proceso de votación desarrollado en dos formatos: a través de redes sociales y de manera presencial mediante una urna instalada en el Ayuntamiento de la capital burgalesa.
En la urna del hall del Ayuntamiento de Burgos se han depositado 259 votos, de los que 121 han sido votos nulos o en blanco, 72 han sido para Condesa Mencía de Mendoza, un 52,17; 49 para Doña Berenguela, un 35,5%, y 17 para Beatriz de Suabia, un 12,3%.
En la antigua Twitter, se han hecho dos encuestas, en la primera se emitieron 593 votos. De ellos, el 52% fue para Doña Berenguela, el 37% para la Condesa Mencía y el 11% para Beatriz de Suabia. En la segunda se recibieron 256 votos y, de nuevo, la ganadora, con un 50% de los apoyos, fue Doña Berenguela. En Instagram, con 2.000 visualizaciones de las historias, solo se han emitido 97 votos, de los que 49 fueron para Berenguela, 31 para la Condesa Mencía y 16 para Beatriz de Suabia.
Desde hace semanas el artista Cristino Díez trabaja en la creación de Diego Porcelos en su taller y ahora podrá empezar a hacer lo propio con la que será su acompañante. El equipo de Gobierno descartara que fuera su esposa «porque no hay referencias históricas sobre su figura», apuntaba la portavoz del PP, Andrea Ballesteros. El coste de las figuras que se sumarán a los ya conocidos Gigantones y Gigantillos será de 50.000 euros.
El perfil
La Reina Doña Berenguela I de Castilla nació en 1179. Era hija del Rey Alfonso VIII y de la Reina Doña Leonor de Plantagenet, y, por línea materna, nieta de Enrique II Rey de Inglaterra.
Mujer de carácter, pasaría a la historia como una férrea defensora de sus convicciones y virtudes, las mismas que le sirvieron para enfrentarse a infinidad de problemas sucesorios y de altercados en Castilla.
Doña Berenguela destacó por su gran capacidad de mediación, la misma que la llevó a ser asesora y consejera personal del Rey Fernando III, fundador de la Catedral de Santa María Burgos. En este ámbito, es conocida su mediación en el conocido como Pacto de Toro (1218), que puso fin al enfrentamiento que había entre castellanos y leoneses.
Su empeño por impulsar la formación en diferentes ramas, como la moral o la intelectual, acrecentó su legado, ya que encabezaría una de las dinastías más relevantes de la historia de España. Madre de Fernando III El Santo, fue además abuela de Alfonso X El Sabio y de la Infanta Leonor, hasta quienes llegó ese interés formativo y conciliador.