El nuevo comisario de la Policía Nacional en Aranda: «Es primordial que la gente se sienta segura»
Después de tomar posesión del cargo en enero, José Manuel del Barco solicitará un «aumento de plantilla y de medios»
José Manuel del Barco, en la Comisaría de Burgos, antes de afrontar su nuevo destino en Aranda de Duero.
Se nota a la legua que echará de menos a sus compañeros de la Comisaría Provincial de Burgos. Su rostro, impertérrito, refleja una mezcla de ilusión y nostalgia sobrevenida por su inminente traslado a Aranda de Duero. Veinte años en la misma ciudad dan para mucho y a José Manuel del Barco, hasta hace bien poco jefe de la Brigada de la Policía Judicial, le apetecía un «cambio». Por eso no se lo pensó dos veces cuando su superior, Jesús Nogales, le propuso como comisario jefe en la capital ribereña.
Sabe de sobra Del Barco que «la responsabilidad es mayor». Después de pasar por Seguridad Ciudadana y Tecnologías de la Información y la Comunicación, ha dedicado los últimos siete años de su trayectoria profesional a coordinar a los grupos operativos de la Policía Nacional que controlan la delincuencia urbana, el tráfico de drogas, los ciberdelitos y la oficina de denuncias. A partir de ahora tendrá que estar «pendiente de todo», lo cual requiere una «visión más global» que se va desde la gestión diaria de la Comisaría hasta las relaciones institucionales.
El nuevo comisario jefe de Aranda aplaude la «fantástica» labor de su antecesor, Joaquín Goma, y asume el reto de intentar que «siga descendiendo la delincuencia». En este sentido, insiste en que «es primordial que la gente de Aranda se sienta segura» y, al mismo tiempo, «cercana a la Policía Nacional». De entrada, sabe que llega a una ciudad que «no es especialmente complicada porque no tiene una tasa de delincuencia alta». Aún así, se compromete a incidir en la «prevención» y en la «investigación» desde el primer día.
«Aranda está creciendo y la cultura del vino atrae mucho turismo»
Tampoco percibe Del Barco una «incidencia grande de tráfico de drogas», aunque obviamente contempla reforzar esta área dada su experiencia en la Judicial. Por otro lado, prestará especial atención a los robos, ya que la ubicación de Aranda entre Madrid y el norte de España favorece que «las organizaciones criminales se puedan desplazar a robar en pisos o en empresas».
Más allá del trabajo de campo y de despacho, el nuevo jefe de la Comisaría arandina tiene en mente solicitar un «aumento de plantilla y de medios». En su opinión, la ratio es «claramente deficitaria» para un municipio que supera los 30.000 habitantes. Por lo tanto, considera que se debería equiparar el número de agentes al de otras ciudades pequeñas que, pese a ser capitales de provincia, cuentan con muchos más efectivos aunque «el índice de denuncias y de delincuencia es similar».
Hechas las maletas a finales de diciembre y ya instalado en su nuevo destino, Del Barco tomará oficialmente posesión de su cargo a mediados de mes. Sin embargo, el cumplimiento de sus obligaciones no arranca con el nombramiento sino en el preciso instante en el que pisa la Comisaría para asumir las riendas. Ya en faena, confía en demostrar sus dos décadas de experiencia y sus dotes de mando en la Policía Judicial en una ciudad que «está creciendo» y donde «la cultura del vino atrae mucho turismo». Para ello, se ha propuesto como objetivo «acercar la Policía Nacional a los ciudadanos y al tejido empresarial».
No tardará en volver a Burgos, el día 13 con el cargo recién estrenado, para participar en los actos de celebración del 200 aniversario del Cuerpo Nacional de Policía. Allí se reencontrará con aquellos compañeros de los que se despidió hace nada y con los que ha compartido un sinfín de anécdotas, quebraderos de cabeza y operaciones exitosas.
Echando la vista atrás, Del Barco recuerda con especial cariño -en gran parte por su relevancia mediática- la operación Game Over (2021), junto al Grupo de Estupefacientes de la Comisaría General de Policía Judicial y a la Guardia Civil del País Vasco, que culminó con la detención de un importante narcotraficante burgalés y el decomiso de ingentes cantidades de cocaína, hachís y speed. Y tampoco se olvida de la Operación Caníbal (2022), que contó con la participación de la UDYCO y de la DEA estadounidense. Gracias a la coordinación entre cuerpos policiales, se pudo evitar la distribución de 4CMC, una peligrosa droga sintética procedente de Países Bajos nunca antes intervenida en España.