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Vuelve la cigüeña a Santa Clara, con un mes de adelanto

Las cigüeñas ya no esperan a San Blas, que se celebra el 3 de febrero, y están ya por Burgos desde principios de año

La cigüeña posada en su nido sobre la espadaña del monasterio de Santa Clara de Burgos el lunes 8 de eneroL. G. L.

Burgos

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Aunque los días se pasan volando, aún quedan muchas jornadas para la festividad de San Blas, que cae el 3 de febrero, pero para las cigüeñas ni el refrán ni el calendario les marcan ninguna obligación y han decidido que ya era hora de volver a Burgos.

En la actualidad, ya hace algunos años que las cigüeñas no aguardan a San Blas, sino que se adelantan un mes a las fechas tradicionales en las que solían aparecer por estas tierras. Prácticamente están llegando con las campanadas de Fin de Año para ocupar sus nidos habituales.

De hecho, la cigüeña ya se encuentra sobre la espadaña de la iglesia del monasterio de Santa Clara, en pleno centro de Burgos capital, donde llegó coincidiendo con la festividad de los Reyes Magos. No llevan un niño en el pico, pero sí, la pareja residente del monasterio ha sido leal a su costumbre de aparecerse en la cima de su imponente nido al inicio del año. Primero uno de los ejemplares, que está esperando a que llegue su pareja.

Una cigüeña esperando a su compañera en su nido sobre la espadaña del monasterio de Santa Clara de Burgos.L. G. L.

Pronto criarán y se podrá observar el desarrollo de una nueva generación., como en 2023 cuando sacaron adelante dos pollos en su nido de Santa Clara.

Las cigüeñas blancas son fieles a sus hábitos. Mismos municipios o ciudades, mismos nidos y la misma pareja de por vida. Sin embargo, están modificando su modo de vida. Anteriormente migraban a África para pasar el invierno, pero en su mayoría ahora optan por quedarse en España, según evidenció un estudio publicado de SEO/BirdLife.

En Burgos, en estas fechas, surcan los cielos muy ocupadas recolectando ramitas, hierbas y todo lo necesario para reconstruir el nido que habían abandonado y al que han regresado recientemente. La silueta en el cielo es inconfundible, al igual que el tamborileo de sus picos.

Ese sonido tan distintivo es un saludo a su pareja y prácticamente es el único ruido que emiten. Las cigüeñas son vecinas muy respetuosas, aunque en ocasiones sean desalojadas. No causan ninguna molestia y no son ruidosas y destructivas como la omnipresente plaga de palomas.