Una fallecida en un incendio en una vivienda en Calleja y Zurita
Un fallo eléctrico pudo ocasionar el fuego que causó la muerte de la octogenaria. La cuidadora de la víctima trató de sacarla de la vivienda sin éxito y finalmente saltó por la ventana del piso para salvarse. Varios vecinos han tenido que ser atendidos por inhalación de humo.
Una mujer 80 años ha fallecido en el incendio de una vivienda en la calle Calleja y Zurita, en la zona sur de Burgos, según ha confirmado el 1-1-2. El centro de emergencias recibió el aviso a las 8.36 horas en el que se alertaba de un incendio en una vivienda del número 4 de la calle Calleja y Zurita. Al lugar se desplazaron al menos dos ambulancias de Sacyl, dotaciones de Bomberos, Policía Nacional, Policía Local, que se encargaba de cortar el tráfico y reordenar la circulación del entorno.
Al parecer, aunque la investigación permanece en curso, el fuego que causó la muerte de la octogenaria pudo originarse un fallo eléctrico. La víctima, con dificultades de movilidad, se encontraba en el domicilio junto con una cuidadora que trató en vano de sacarla de la vivienda una vez se desató el incendio.
Ante la densidad del humo y al no poder abandonar la casa por estar la puerta cerrada con llave, la asistente decidió saltar por la ventana del tercer piso a la cubierta de la terraza del primero, en el lateral opuesto a la fachada principal del inmueble, en la calle Alfareros, donde los estragos del incendio son más visibles.
Mientras, y alertados ya los servicios de emergencias, el humo alcanzaba otras viviendas, lo que provocaba que varios vecinos tuvieran que ser atendidos por intoxicación por los sanitarios desplazados.
Ya con los bomberos sobre el terreno y varios pisos del edificio desalojados por seguridad, los familiares de la fallecida se aproximaban al portal, que se encontraba acordonado para evitar aglomeraciones y facilitar la labor de los profesionales desplazados.
Pasadas las 9.30 los sanitarios, tras intentar reanimar sin éxito a la fallecida, abandonaban la vivienda y confirmaban a los parientes de la víctima el trágico desenlace. El dolor era patente y de inmediato un psicólogo prestaba atención a los allegados, rotos de pena. La titular de la farmacia próxima prestaba sus instalaciones para ofrecer intimidad a la familia en momentos tan duros, a la espera de que el personal del Instituto de Medicina Legal acudiera a hacerse cargo del cuerpo de la anciana para el oportuno examen forense.
Una vez extinguido el incendio y revisado su impacto en el resto de espacios del edificio, los bomberos abandonaban la zona y los grupos de curiosos en el entorno desaparecían. Una tensa normalidad tomaba entonces el barrio, donde tanto la víctima como su familia son muy conocidos por ser vecinos "de toda la vida" y trabajar alguno en negocios de la zona, según aseguraban residentes del inmueble y comerciantes del entorno, conmocionados todos por la tragedia.
Desde el Ayuntamiento de Burgos, la propia alcaldesa de la ciudad, Cristina Ayala, ha lamentado esta triste noticia y ha enviado sus más sentidas condolencias a los familiares.