El Correo de Burgos

Los concesionarios prevén un 2024 «incierto» a pesar del aumento de ventas

2023 se cerró con un incremento de las ventas del 11,9%. Los vaivenes en las normativas, el incremento de los tipos de interés y una transición a medio gas hacia el eléctrico «generan dudas en el consumidor»

Interior de un concesionario de la capital burgalesa.

Interior de un concesionario de la capital burgalesa.R.G.O.

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«Incertidumbre». Así califica Carlos Arce, presidente de la Asociación de Concesionarios de Automóviles de Burgos (Aconauto) el año que acabamos de estrenar. Y es que si bien el 2023 se cerraba con un incremento de las ventas de vehículos en la provincia burgalesa del 11,9%, las cifras «aún siguen muy lejos de las registradas antes de la pandemia».

«Y se mantendrán a distancia», augura Arce, quien señala que a nivel nacional «no se ha llegado al millón de vehículos vendidos», cuando en años previos al 2020, la venta «solía situarse en 1,2 ó 1,3 millones de unidades». Para el portavoz es «un dato esclarecedor» de la situación que está viviendo el sector» y al que «nos tendremos que acostumbrar».

En este sentido, Arce recuerda, tal y como hacía a finales de año, que «muchas de las ventas que se cerraron a lo largo del año 2023 corresponden a retrasos del año anterior». Un 2022 que «fue muy malo para el sector» y por el que «los clientes tuvieron que esperar mucho más tiempo para tener sus vehículos que en años prepandemia por la falta de material», afirma.

De cara al 2024, las previsiones «no son precisamente halagüeñas» y es que «estamos ante un año cargado de incertidumbre porque ni productores, ni vendedores ni ciudadanos sabemos a qué atenernos», lamenta el presidente de Aconauto. «Los vaivenes en las regulaciones como una relajada norma Euro 7, sumadas a una apuesta a medio gas por el vehículo eléctrico y un incremento de los tipos de interés y del propio precio de los vehículos desestabiliza un mercado que ya se encuentra en una situación complicada», añade.

Precisamente por eso y de cara a los próximos meses, la tendencia en las ventas «será de nuevo de estancamiento» y es que «mientras la economía de las familias y de las empresas no mejore es difícil que se animen a comprar un vehículo nuevo a no ser que sea estrictamente necesario».

Mucho menos un coche eléctrico. Arce pone como ejemplo Alemania, el primer mercado europeo para el automóvil, que «ahora ha retirado las ayudas a su compra» porque la justicia del país germano no veía que el programa de inversiones climáticas encajase en su Constitución.

Arce señala que en Europa «se están dando cuenta de que el coche eléctrico no va a servir para todos los consumidores» y «hasta que se haga una transición correcta no podemos hablar de tranquilidad». Estos vaivenes afectan al mercado español, donde «el sector del automóvil tiene un peso muy importante» y «las decisiones que tomen los fabricantes europeos nos afectarán».

En este punto entran en juego los fabricantes chinos, que «ya han entrado con fuerza en el mercado europeo» y que «se están comiendo la tostada del vehículo eléctrico sin que hasta ahora los gobiernos europeos hayan hecho nada para evitarlo». Muestra de ello es la marca MG. «El pasado año fue una de las más vendidas en España y en el mes de agosto encabezó la lista de marcas más vendidas».

«Ahora estamos viendo las orejas al lobo» y ocurrirá «lo mismo que con los dispositivos móviles», avanza Arce. El presidente de Aconauto recuerda que los fabricantes chinos «están amparados y financiados por su gobierno, algo que en Europa no ocurre». Eso les permite «implementar unos precios de venta mucho más bajos que los de las marcas europeas». Así, «una vez se carguen la estructura de fabricación en nuestro continente porque han invadido y controlado el mercado, podrán subir el precio de sus vehículos cuanto ellos quieran».

Arce recuerda además que España es el vigesimocuarto de treinta países europeos en la venta de vehículo eléctrico. «Estamos muy a la cola», apunta. No solo porque «no todo el mundo puede permitirse asumir el coste de este tipo de vehículos» si no porque «no contamos con una infraestructura de carga adecuada». Y es que «de 25.000 puntos de recarga, el 25% no funcionan como deberían», afirma.

Para Arce «no hay una apuesta clara del Gobierno por hacer una transición al eléctrico ni unas ayudas importantes para su adquisición como ocurre en los países nórdicos o en nuestro vecino Portugal». De hecho aclara que «lo que se vende en nuestro país es un vehículo híbrido, la única alternativa que ofrecen muchas marcas para dar respuesta a la necesidad de pegatinas ECO».

Con este escenario, Arce señala que a las empresas del sector no les queda otra que «diversificar los servicios». Así las cosas, la empresas del automóvil «se están viendo inmersas en ofrecer productos y servicios alternativos como el pago por uso, el alquiler de vehículos, el renting o los seguros de neumáticos, entre otros».

Para Arce, los concesionarios «dejaremos de ser puntos en los que ver, tocar y probar los vehículos para ser meros puntos de entrega porque la mayoría de las operaciones de compra- venta se realizarán por internet».

De segunda mano

En cuanto al mercado de segunda mano, Arce señala que «poco a poco se va resintiendo porque se nutre del mercado de primera mano y si la gente no cambia de coche no hay oferta de vehículo usado». Eso sí, el precio «se ha ido estabilizando en 2023 tras unos años al alza».

Así, el presidente de Aconauto cree que «será el año 2025 el que previsiblemente nos permita aclararnos en cuanto al futuro del sector».

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