Comienzan los trabajos para demoler las viviendas de Zatorre
La empresa responsable ha vallado la manzana y sus trabajadores ya operan dentro del edificio / La previsión es culminar el derribo antes de que finalice el primer semestre de 2024
La cuenta atrás para el derribo de las viviendas propiedad de la Constructora Benéfica del Círculo ha comenzado. El perímetro edificio, ubicado entre las calles Andrés Martínez Zatorre, Padre Salaverri, San José y Molinillo, luce ya vallado y se aprecia movimiento en su interior. Los trabajadores de la empresa a la que la entidad encomendó esta obra, Construcciones Herrero Temiño (cuyo nombre salpica no pocas ventanas de las cuatro fachadas), operan ya en el interior del inmueble, acometiendo las labores previas a la demolición.
Aunque la primera intención de la promotora era culminar esta fase inicial del que será el renacimiento del solar en 2023, tal y como anunciaron el pasado mes de octubre tras adjudicar la intervención por 446.000 euros, finalmente se llevará a cabo antes de que finalice el primer semestre de 2024.
Cabe recordar que estos trabajos obtenían la oportuna licencia municipal a finales de agosto del año pasado, al tiempo que recibía el visto bueno el proyecto básico para la construcción de viviendas, apartamentos, locales, garajes y trasteros. La intención de la Constructora Benéfica del Círculo Católico era ya entonces sobradamente conocida, en especial por los antiguos residentes del edificio de 1950 a punto de desaparecer. Todos ellos se realojaban en 2022.
Tras lograr el beneplácito del Ayuntamiento comenzaban a perfilarse unos plazos que habrán aún de concretarse en el caso del futuro inmueble. Y es que, tal y como avanzaban entonces los responsables del Círculo Católico y a su vez de la obra filial encargada de estos menesteres, la materialización del nuevo edificio requerirá apoyos económicos externos.
Existe ya un proyecto básico que esboza sus características. Se redactó hace dos años con un coste estimado alcanzaba los 13 millones de euros. «Claro, en este tiempo la situación económica (con escasez de materiales e inflación incluidas) ha cambiado bastante y habría que rehacer los cálculos», reconocía en aquel momento el presidente de la entidad, Jesús Marcos.
De ahí la llamada a la colaboración que lanzaron entonces para dar forma a las 125 viviendas de alquiler social previstas. Advertían, de hecho, que sin esa colaboración el nuevo inmueble tendría que esperar, pues la alternativa sería solicitar financiación a un banco y «sería complicado porque esta constructora dedica todo su dinero a rehabilitar el resto de viviendas». Cabe destacar que su parque actual, con casas y locales, ronda el millar de espacios.
Mientras avanzan en tan intrincado camino -sobre el que podría arrojar algo de luz el consejo de administración celebrado ayer-, toca redactar, licitar y adjudicar el proyecto de ejecución, recorrido que en conjunto aún tardará meses en completarse, pero cuyo resultado «sin duda transformará el entorno y materializará un nuevo concepto de vivienda social». De tamaño, además, adaptado a las necesidades actuales, de ahí que se pase de 91 a 125 viviendas.
La renta a solicitar se calculará a partir del estudio financiero que contemple el coste definitivo. En 2022 el alquiler medio de todas sus propiedades es de 307 euros.