Una lección a golpe de castañuelas
Cientos de escolares se marcan una jota burgalesa en la Plaza Mayor para honrar a San Lesmes y a la tradición local, de la que repasaron algunos datos clave «para conocerse mejor»
Más de 300 niños han ocupado la Plaza Mayor para honrar al patrón de la ciudad con una jota burgalesa.
Al grito de "la plaza es vuestra" se arrancaban los dulzaineros y manos arriba los protagonistas compensaban con entusiasmo y desparpajo cualquier posible desliz en los pasos. Para muchos era su primera vez. Para la mayoría, quizá no sea la última. Ese es de hecho uno de los objetivos del programa didáctico liderado por la agrupación de danzas Estampas Burgalesas, que ha acercado a una docena de centros educativos el folclore local.
Todos ellos (Francisco de Vitoria, Isabel de Basilea, Ribera del Vena, Río Arlanzón, Apóstol San Pablo, Claudio Sánchez Albornoz, Nuestra Señora de Lourdes, Aurelio Gómez Escolar, María Madre, Jueces de Castilla, Virgen de la Rosa y Concepcionistas) acudían a la llamada y coronaban la propuesta con una jota burgalesa masiva que reunía a más de 300 alumnos de tercero y cuarto de Primaria en la Plaza Mayor.
Emocionado contemplaba los preparativos José Luis Santamaría, fundador de la formación impulsora de una cita que le recordaba a los inicios, hace 45 años, cuando "apostamos por los socios infantiles y llegamos a participar con hasta 450 en la Cabalgata", rememoraba, deseoso además de que la iniciativa contribuya a despertar el interés de los más pequeños por el folclore.
Asentía a su lado la joven Celia Martínez, de regional, impecable, satisfecha con el resultado de una experiencia piloto que superaba las expectativas. Propusieron 15 talleres de jota y tuvieron que añadir tres más para atender la demanda. Las 18 clases participantes lucían en sus puestos mientras ella desgranaba los valores que permite trabajar la danza tradicional: "Fomenta la conciencia de grupo, que es un factor social muy importante, y el arraigo a la tierra, a las raíces".
De las raíces hablaba precisamente el maestro de ceremonias, Alfonso Díez, experto folclorista que ha convertido el evento en toda una lección que en definitiva sirve "para conocerse mejor", pues a ello contribuye conocer el origen de los símbolos compartidos. Desfilaron por su discurso desde San Lesmes, por ser su día, hasta los Gigantones, testigos privilegiados del baile junto a Carlos III, pasando por los dulzaineros y su vital importancia, sin olvidar el Himno a Burgos, que también escolares entonaron por primera vez hace casi cien años. Sonaba hoy una vez más y cantaban unidos pequeños y mayores: público, docentes, políticos...
"Esto es cultura, es nuestra cultura", clamaba por su parte la alcaldesa, Cristina Ayala, y garantizaba que esta será la primera 'Jota a San Lesmes' de muchas.