El Asador Aranda reabrirá como centro gastronómico y enológico en 24 meses
La inversión que prevé el área de Turismo del Ayuntamiento de Burgos es de 780.000 euros, entre la reforma y el equipamiento expositivo y formativo
El antiguo Asador de Aranda reabrirá transformado en un centro gastronómico y enológico en el plazo de 24 meses. Esta es la previsión que maneja el concejal de Turismo, Fernando de la Varga, que asegura que este es un proyecto prioritario para el equipo de Gobierno que preside Cristina Ayala.
Para llegar a este objetivo, indica que cuentan ya con unos pliegos técnicos para sacar a concurso la redacción del proyecto para rehabilitar la fachada y acometer una importante reforma interior, puesto que es la zona en la que es más necesario intervenir. De restaurante con horno de leña, pasará a convertirse en un centro que quiere ser un «mix gastronómico y enológico» que dé cabida a los productores alimentarios.
A la vez, De la Varga ve posibilidades de que ese espacio tenga una parte formativa y de conocimiento y, por ejemplo, plantea que se pueda reutilizar el viejo horno de leña para hacer cursos de asados tradicionales para «defender ese oficio».
El presupuesto con el que el equipo de Gobierno se plantea realizar esa transformación alcanza los 780.000 euros. De la Varga indica que la reforma, según las valoraciones de los técnicos, rondará los 599.000 euros. Y otros 250.000 euros, correspondientes a los fondos europeos del plan de sostenibilidad turística en destino, serán para el equipamiento interior.
El concejal recordaba que ya se habló con la Junta de Castilla y León para cambiar el uso de esos fondos europeos y, en lugar de ir dirigidos a la iluminación de la Catedral, se pasará la partida a este otro proyecto para encajar mejor las fechas de ejecución.
Precisamente, la existencia de ese capital procedente de los Next Generation obligan a dar agilidad al proyecto porque se pide la justificación de la inversión antes de que acabe este 2024. «Los fondos europeos te exigen tener contratado y en ejecución el proyecto», indica y, por ello, esperan que las obras puedan comenzar de cara al último trimestre del año.
El antiguo restaurante cuenta con 480 metros cuadrados en su interior, pero el responsable municipal de Turismo ve muchas posibilidades en hacer uso del espacio exterior para acoger mercados de productos agroalimentarios de la tierra. Como ejemplo, hablaba de realizar presentaciones de vinos, quesos, miel y también de productos hortofrutícolas. «Tenemos un lugar rehabilitado tras la inversión realizada en Las Llanas, en una zona muy bonita de la ciudad y junto al Camino de Santiago, que podría revitalizarse con este tipo de actividades», comenta.
En el interior habrá dos espacios diferenciados para vino y gastronomía, con otra parte formativa y de conocimiento para presentar a los fabricantes, desde pequeños productores hasta grandes empresas alimentarias asentadas en la provincia de Burgos. «Estamos en un momento de analizar los actores que pueden tener cabida en estas instalaciones», asegura.
La futura gestión del espacio gastronómico y enológico no está concretada en estos momentos y es una cuestión que se abordará en la medida que vayan avanzando las actuaciones.