Los bomberos salvan al halcón Castor
Su instinto cazador le jugó una mala pasada. Se lanzó a perseguir a una paloma y acabó atrapado en la salida de un tubo de ventilación cubierto con una malla. Se encuentra bien, aunque precisará un seguimiento exhaustivo estos días.
La vida en la ciudad tiene sus riesgos. Más todavía si eres un animal silvestre con el instinto cazador muy afinado. Entregado a su labor de control de la población de palomas de la ciudad, el halcón peregrino Castor (uno de los dos que echaba raíces en Burgos en el marco de un proyecto de cría en cautividad y recuperación de estas aves en el entorno urbano) protagonizaba este fin de semana un incidente que culminó con la intervención de los bomberos.
Una persecución 'rutinaria' lo condujo por vericuetos insospechados. La paloma a la que perseguía se coló por un conducto de ventilación en el que Castor quedaba atrapado tras alcanzar a su presa, por encontrarse esta cubierta por una red metálica.
Según relatan los bomberos, el GPS que el halcón lleva adosado al formar parte del citado proyecto de reintroducción de esta rapaz daba la pista. Lo ubicaba estático en un inmueble la calle Averroes. Tras rastrear el área, se localiza a Castor en lo que a priori tiene aspecto de trampa para palomas, que desde luego resultó serlo para este nuevo e ilustre vecino alado.
El rescate transcurrió sin incidencias, siempre en colaboración con los responsables del área de Medio Ambiente que tutelan el desarrollo del proyecto Hacking Halcón Peregrino Burgos. "Se encuentra bien, incluso ha comido", explica el concejal del ramo, Carlos Niño. Advierte, no obstante, que precisará un seguimiento exhaustivo durante estos días, para descartar cualquier consecuencia fruto del susto. "Al estar geolocalizado será fácil realizar esa vigilancia", añadía el edil. De hecho, en su primera noche en libertad, de nuevo, no se ha registrado ninguna anomalía.
Burgos
Buscan nueva ubicación para una de las dos jaulas de cría de halcones peregrinos
Laura Briones
Cabe esperar, pues, que el suceso quedé en una anécdota y Castor prosiga con normalidad su vida en Burgos junto a su hermano Oscar, los dos de los siete polluelos criados en 2023 en el marco del proyecto de reintroducción de este animal que aún hoy permanecen en la ciudad. Volvían aquí tras numerosas escapadas por el centro peninsular en sus primeros meses tras abandonar la jaula. Sobrevivían tres, pero Pilar se mudaba a Palencia en septiembre.
Pronto podría aumentar la familia, pues el programa se mantiene y cada año de los cinco que se prolongará la iniciativa, hasta 2027, se criarán seis pollos con el objetivo de que se acostumbren a la imagen y el paisaje urbano y e identifiquen Burgos como su casa. La meta: consolidar tres parejas en este periodo para recuperar la presencia del halcón peregrino en la zona, en claro declive, y, de paso, atajar la disparada población de palomas.