El mini ayuntamiento de Burgos se usará para que los mayores jueguen a las cartas
La portavoz del equipo de Gobierno, Andrea Ballesteros, afirmó que «al espacio se sumarán otros usos sociales que aún están por determinar»
El mini ayuntamiento de Gamonal está ubicado en el pueblo antiguo y comenzó a funcionar en abril de 2022.
Pensando en los mayores de la ciudad, la portavoz del equipo de Gobierno, Andrea Ballesteros, avanzó que el equipo de Gobierno está «buscando espacios para que puedan jugar a las cartas». Aseguró que es «una petición muy demandada por este sector de la población después de que cerraran las sedes de las cajas de ahorros».
La popular avanzó en este punto que uno de los espacios escogidos para este uso será el mini ayuntamiento de Gamonal, que «pasará a denominarse Vitoria 203» y que «se convertirá en un nuevo centro social para los vecinos de Gamonal».
El edificio «no solo servirá para que los mayores jueguen a las cartas» y es que «ya se están cerrando otros usos de la Gerencia de Servicios Sociales para sacarle el máximo partido».
El mini ayuntamiento de Gamonal, donde se prestan los servicios de registro municipal, estadística y oficina tributaria, cerrará el próximo 21 de febrero para trasladarlos a los bajos del Espacio Emprende, en la calle Sonsoles Ballvé y arrancar con la actividad el lunes 26 de febrero.
«No se trata de una desmantelamiento sino de un traslado con el que se mejorará la atención a los ciudadanos y las condiciones de trabajo de los empleados públicos», recordó Ballesteros. Hace solo unos días, la concejal de Personal, Yolanda Barriuso aseguraba que «desde nuestra entrada en el Gobierno de la ciudad, los trabajadores de Gamonal pusieron de manifiesto sus quejas en cuanto a su espacio de trabajo».
Los empleados públicos se quejan «de falta de luminosidad y de ruido, así como de una gran falta de privacidad en las conversaciones que mantienen con los ciudadanos por la proximidad de las mesas. Conversaciones que en muchos casos tratan temas sensibles».
A la lista de quejas suman «la falta de espacio para que los ciudadanos puedan esperar de una manera confortable y no en un callejón en la calle», así como «la falta de seguridad, que ya ha supuesto tensiones entre algún ciudadano y los empleados públicos».