El detenido de Gamonal, «fanático de los artificios pirotécnicos», almacenaba 25 kilos de 'speed'
La Guardia Civil niega que sea un «terrorista» porque «no quería causar daños contra las personas y contra los bienes». Llevaba «poco tiempo» en el negocio de las drogas y fue detenido de camino a Madrid con 6 kilos en su coche
Cuando la Guardia Civil tuvo constancia, en septiembre de 2023, de que un vecino de Burgos de 31 años estaba sumamente interesado en adquirir precursores de explosivos se encendieron las primeras alarmas. El joven, detenido el pasado viernes por la noche en la autovía A-1 a su paso por Lerma cuando se dirigía a Madrid, era un «fanático de los artificios pirotécnicos» que acabó recurriendo al mercado negro para comprar sustancias de alta peligrosidad que no se venden a particulares. Durante el transcurso de la investigación, los agentes descubrieron además que se dedicaba al tráfico de drogas. Finalmente, los registros practicados a raíz de su arresto se saldaron con el decomiso de 25 kilos de 'speed' y más de 60 de productos químicos con los que fabricar artefactos detonantes.
La Operación Marco Polo se aceleró cuando los investigadores comprobaron que la lonja donde almacenaba el material «podía generar una atmósfera muy explosiva». Por aquel entonces, ya estaban al tanto de que el ahora detenido -en prisión provisional, comunicada y sin fianza a la espera de juicio- había recibido un «pedido de 17 kilos» de material pirotécnico. Por otro lado, existía la sospecha de que estuviese organizando un encuentro con varias personas para «fabricar un artefacto de ocho kilos». Según ha detallado este martes el capitán Alejandro Hernández, el hecho de que almacenase todos estos productos en un local situado en la plaza de San Bruno, en el barrio de Gamonal, suponía un «riesgo muy importante» que podría haber derivado en «tragedia».
Pese a todo, la Benemérita señala que «no quería causar daños contra las personas y contra los bienes». Es decir, «no era un terrorista» aunque tuviera previsto comercializar sus artefactos y pudiese haber «fabricado cloratita». En cualquier caso, Hernández ha apuntado que tal vez el día de mañana «podría haber sido captado por alguna organización criminal», si bien es cierto que sus planes de venta se circunscribiesen, en un principio, a otros aficionados a la pirotecnia.
A la hora de indagar en su pasado, los investigadores descubrieron que tenía antecedentes por «violencia doméstica y quebrantamiento de condena». Asimismo, le achacan cierta implicación a los disturbios de Gamonal en 2014 basándose únicamente en lo que el joven compartió en sus «propias redes sociales». De igual manera, se le vincula a la «extrema izquierda» por unas plantillas para realizar grafitis donde pone ACAB (All Cops Are Bastards) y Gamonal, así como el dibujo de una granada de mano que era su «marca personal».
También ha quedado acreditado durante la investigación que el detenido atesoraba «conocimientos especializados en el tratamiento y manipulación» de las sustancias incautadas. Tal era su interés por este mundillo que, pese a no colaborar «en ningún momento» con los agentes, sí mostró cierta «simpatía» hacia los técnicos especialistas en desactivación de artefactos explosivos (TEDAX). Hasta el punto de sentirse «halagado» al tener la posibilidad de conversar con ellos mientras se procedía a la retirada de los precursores.
Durante esta intervención, los TEDAX no vieron necesario desalojar el edificio. Tal y como ha indicado el teniente coronel de la Comandancia de Burgos, Alfonso Martín, se tomaron las precauciones necesarias para vaciar el local de forma segura.
¿Nuevo en el negocio de las drogas?
Durante la detención de este hombre de camino a Madrid, los agentes incautaron seis kilos de 'speed' en su vehículo. Tras los registros en dos viviendas y el local de San Bruno, donde también se intervinieron otras sustancias estupefacientes, la Guardia Civil llegó a la conclusión de que se trata de una «cantidad muy importante» de droga. Según Hernández, con tanto sulfato de anfetamina en su poder tendría capacidad de elaborar 100.000 dosis cuyo valor superaría el millón de euros.
La línea de investigación sigue abierta con el fin de determinar si el detenido trabajaba con grupos organizados dedicados al tráfico de drogas a gran escala. A expensas de seguir tirando de la manta, todo apunta a que este hombre llevaba «poco tiempo» en el negocio porque apenas tenía dinero en efectivo.
Teniendo en cuenta que el arrestado custodiaba en total 25 kilos de 'speed', podría enfrentarse a una pena de hasta seis años de prisión. Además, tenencia, depósito, fabricación, tráfico y transporte sin autorización de aparatos explosivos podría acarrearle otros ocho años según el máximo fijado en el Código Penal.