Bridgestone invertirá 207 millones en Burgos para producir un 20% más

En pleno conflicto colectivo, aún no cerrado a pesar de que el comité de empresa desconvocó la huelga prevista para los días 5,6 y 7 de marzo, Bridgestone anuncia de forma oficial una inversión de hasta 207 millones de euros hasta el año 2030 en la planta de Burgos con el objetivo de aumentar hasta un 20% la producción actual. Son 207 millones aunque la intención inicial de la multinacional japonesa para la planta de Burgos era superior a los 250 millones, pero la amenaza de huelga dejó por el camino 45 millones.

A través de un comunicado, la empresa señala que se trata de una «inversión histórica» en la planta de Burgos, que será la «más grande hecha en España hasta la fecha» y «una de las más grandes de la compañía en Europa». El objetivo es la fabricación de neumáticos premiun de gran diámetro, High Rim Diameter (HRD, en sus siglas en inglés), de 18 pulgadas o superior.

Para llevar a cabo este proyecto, la compañía japonesa realizará «una serie de planes de innovación tecnológica» que se ejecutarán entre este año y hasta 2030. Una inversión que supondrá el incremento de un 20% de la producción respecto a los actuales niveles que presenta la planta de Burgos. Según explica la compañía, el incremento de la capacidad de fabricación hará que Bridgestone Europa «pueda satisfacer la demanda de neumáticos premium y de última tecnología por parte de sus clientes».

Este cambio en el modelo de producción de la fábrica de Burgos se centrará en tres pilares, automatización para una mayor productividad, incremento de la capacidad de vulcanización, y la creación de un almacén automatizado de gran altura para aumentar la capacidad de stock de los neumáticos recién fabricados, lo que «proporcionará mayor flexibilidad en la producción».

La elección de la planta de Burgos no es caprichosa, ya que el centro burgalés es uno de los más productivos de la multinacional japonesa, como recuerda la compañía en su comunicado, con «una de las mayores capacidades de producción de neumáticos para pasajeros de Bridgestone a nivel mundial». De hecho, en el año 2022 alcanzó un hito histórico ya que por primera vez en su historia logró producir más de 10 millones de cubiertas anuales.

Esto hará que aumente hasta un 75% su capacidad de fabricación de neumáticos premium hasta los 7 millones. Junto a esto, recuerdan desde la empresa, el centro de Burgos se convertirá en uno de «los mayores productores de neumáticos para furgonetas de Bridgestone en Europa». Este plan de inversión supondrá también una perspectiva de empleo «a largo plazo» para la fábrica de Burgos más allá de 2030, ya que «la estrategia de fabricación evolucionará desde los tradicionales neumáticos de menor diámetro, conocidos como low rim diameter (LRD) hacia los más grandes de alto valor».

Emilio Tiberio, director de Tecnología de la zona EMEA (Europa, Oriente Medio y África), explicaba que «estamos entrando en una nueva fase de crecimiento a nivel europeo y global, combinando innovación y sostenibilidad en nuestra planta de Burgos en España». El objetivo de la inversión es «fortalecer nuestro negocio de neumáticos premium, mediante el aumento de nuestra productividad, autonomía logística y oferta de neumáticos en los segmentos de alto valor».

El plan también tendrá efectos más sostenibles, reduciendo el impacto en el medio ambiente. La combinación de la tecnología, automatización e I+D «reducirá significativamente aquellas posibles mermas y mejorará los procesos de fabricación». La estimación de Bridgestone de los efectos de este proceso de modernización es que en la planta de Burgos se ahorrará cerca de 410 toneladas de CO2 al año en comparación con los niveles actuales, un ahorro a la atmósfera que será de 2.000 toneladas de CO2 hasta 2030.

Esta búsqueda de una mayor sostenibilidad de Bridgestone en la planta de Burgos se visualiza ya en los más de 20.000 paneles solares instalados recientemente en la cubierta, con una potencia total de 9,2 megavatios. Con esta instalación, «entre el 10 y 14% de la energía eléctrica consumida por la fábrica proviene directamente del sol, e incluso en los días más soleados, durante los picos de mayor insolación, el consumo total de la energía de la fábrica está cubierto por esta fuente de energía renovable».

En este sentido, Tiberio indicaba que este plan de inversiones «fortalecerá las capacidades de la planta de Burgos para 2030 y en adelante, garantizando el empleo sostenible y una evolución estratégica hacia una fabricación inteligente y sostenible». El director de la planta de Burgos, Javier Juárez, indicaba que «estamos entusiasmados con este nuevo escenario que se abre, en clave de fabricación más inteligente y sostenible». Una inversión que es «una apuesta clara por el desarrollo futuro y la empleabilidad». Las últimas inversiones que anunció Bridgestone en Burgos se remontan al periodo 2019-2022, con un plan de 70 millones para aplicar una nueva tecnología de fabricación de neumáticos, Tadem Mixer.

Sin mención a la plantilla

La inversión de 207 millones de euros en la planta de Burgos es «evidentemente» una buena noticia, señalan desde el comité de empresa, pero desde los sindicatos echan en falta en ese anuncio oficial de la empresa «un reconocimiento expreso a la plantilla», apunta José Enrique Fontaneda, representante del comité de empresa que, aunque ha desconvocado la huelga tras acercar posturas con la dirección, aún tiene activo el conflicto colectivo por «falta de diálogo» con la empresa. De hecho, el ERTE planteado en las plantas de Bridgestone por la empresa para este año está denunciado ante la Audiencia Nacional porque, según los sindicatos, no se negociaron alternativas a la suspensión de contratos. En este anuncio «echamos en falta que la compañía reconozca gracias a quién está ocurriendo».

Insiste en que «estamos encantados de que haya inversiones y que echamos en falta que la empresa valore un poco más de dónde viene eso y que agradezca a la plantilla los esfuerzos que está realizando a todos los niveles». Pero considera que el comunicado de la compañía, que habla de los procesos de automatización y de reducción de la huella de carbono, debía incluir una referencia al trabajo que realizan los trabajadores.