La telelectura del agua llegará a todos los hogares de Burgos en cinco años
La implantación de este sistema permitirá recabar datos de consumo «cada 15 minutos» y generar alertas. El tejido industrial dispondrá de contadores inteligentes a finales de 2025
Los contadores inteligentes vienen para quedarse. Controlar el consumo de agua y evitar su despilfarro, más que necesario, es imprescindible. Tan solo en 2023, Burgos perdió cerca de 7 millones de metros cúbicos por diferentes motivos. Por eso, y para asegurar el máximo aprovechamiento de este bien cada vez más escaso, no queda otro remedio que aplicar medidas de choque. Bajo esta perspectiva, la Sociedad Municipal Aguas de Burgos afronta un ambicioso plan, a cinco años vista, para prestar el mejor servicio posible a todos los hogares, empresas y administraciones de la ciudad y del Alfoz que se encuentran bajo su paraguas.
La implantación de la telelectura será una realidad a corto y medio plazo. Y sus ventajas, tal y como explica el gerente de Aguas de Burgos, Antonio García Pastrana, saltan al a vista. Llama la atención, por ejemplo, que la revisión de contadores que a día de hoy se realiza de manera trimestral pasará a la historia porque este sistema, dotado con tecnología punta, brinda la posibilidad de recabar datos «cada 15 minutos» en cualquiera de los 28 sectores de la red municipal. De esta forma, «podremos no ya facturar, sino conocer el consumo mensual, semanal, diario e incluso cada ahora».
Resulta de gran utilidad para personas dependientes que viven solas porque saltarían las alarmas si no se detecta consumo alguno.
«Esto para un domicilio igual no es relevante. Pero para una gran industria, donde el agua es un elemento clave de su sistema de producción, sí es importante», subraya García Pastrana pese a ser consciente de que la telelectura también beneficia al ciudadano de a pie porque permite detectar averías en 24 horas. Para estar al tanto, bastará con instalarse una aplicación en el móvil donde se puede «ver el consumo y programar alertas si se dispara por encima de tantos litros por segundo». Además, resulta de gran utilidad para personas dependientes que viven solas porque también saltarían las alarmas si no se detecta consumo alguno de agua en un periodo corto de tiempo.
Teniendo en cuenta que Aguas de Burgos gestiona más de 60.000 contratos en la ciudad y el Alfoz, la implantación de la telelectura no puede ejecutarse de la noche a la mañana. La primera fase, que saldrá a licitación «de forma inmediata», se desarrollará en todos los polígonos industriales. Hablamos de unos 8.000 contadores, los de «mayor diámetro y prestaciones». De lo que se trata, básicamente, es de «ser eficientes y priorizar donde va a tener más impacto». En paralelo, se prevé la instalación de contadores inteligentes en los puntos de vertido a la red de saneamiento de grandes empresas, de todo el sistema de comunicaciones necesario para prestar servicio a lo largo y ancho del municipio y de las plataformas digitales de gestión de datos. Es decir, se dará un paso de gigante para afianzar el proyecto desde el principio.
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Esta primera fase, enmarcada en el proyecto Digitaguabur y financiada con fondos europeos, debe culminar a finales de 2025. «Cabría la posibilidad de una prórroga de seis meses, pero lo estamos planteando dentro de ese plazo», apunta García Pastrana decidido a agilizar la implantación de la telelectura en los polígonos. Para seguir avanzando, Aguas de Burgos ha accedido a la segunda convocatoria del PERTE de Digitalización del Ciclo del Agua con el objetivo de implantar a continuación contadores inteligentes en todas las instalaciones municipales y «empezar a ampliar a los consumos domiciliarios». De momento, la inversión global ronda los 12 millones de euros y ya se han obtenido unos 8 en subvenciones.
«El burgalés está perfectamente concienciado de que debe aprovechar y usar racionalmente el agua».
Uno de los requisitos fijados para la captación de ayudas europeas es el desarrollo de un «plan de comunicación específico» destinado a la ciudadanía. Aparte de informar al respecto, la Sociedad de Aguas también pone de manifiesto que Burgos fue en su día una de las primeras ciudades españolas que apostaron por la telelectura. Según detalla García Pastrana, ya existe una zona con alrededor de un millar de contadores. Fue un «proyecto piloto», también financiado por la UE, en una fase «muy experimental». Tanto es así que «esas tecnologías ya han quedado obsoletas». Afortunadamente, los medios disponibles en la actualidad «son fiables, tienen garantía y hay capacidad de manejar toda esa información para sacarle provecho y rendimiento».
«Aguas de Burgos está en un proceso de transformación interna a nivel organizativo y eso se traduce también en la forma de trabajar hacia el vecino», concluye el gerente de la Sociedad no sin antes destacar que «el burgalés está perfectamente concienciado de que debe aprovechar y usar racionalmente el agua». No en vano, y aprovechando la celebración del Día Mundial del Agua, insiste en la necesidad de «seguir haciendo campañas de forma continua y mejorando todo lo posible».