El Vía Crucis ilumina el Castillo con devoción y reflexión
La cruz rústica, portada por miembros de la parroquia de San Josemaría Escrivá de Balaguer, recorre las laderas del Castillo mientras las cofradías, hermandades y los fieles meditan sobre los misterios dolorosos
Mucha participación en el vía crucis pese al fresco de la noche.
Tras la explosión de alegría del popular Domingo de Ramos y su procesión de las palmas en conmemoración de la llegada de Jesús a Jerusalén, la atmósfera de Semana Santa se hizo más solemne por la noche con la devoción al yacente Cristo de Burgos de las Santas Gotas, con la que se anticipaba el ambiente de recogimiento y austeridad que también caracterizó ayer el Vía Crucis Penitencial al Castillo.
Las laderas del castillo volvieron a ser el escenario por el que discurrió el Vía Crucis penitencial con antorchas con los ojos de los fieles puestos en la cruz rústica con sudario que portaron en andas jovencisimos feligreses de la parroquia de San Josemaría Escrivá de Balaguer.
Tras la salida del paso de la Cruz con el lienzo blanco y la cruz rústica a hombros de los jóvenes, el recorrido tomó la salida en la iglesia de San Esteban Protomártir para ascender por la carretera de subida al Castillo hasta el mirador sobre el casco alto de la ciudad. En la oscuridad de la noche, la luz de las antorchas iluminaba el camino de los cientros de fieles que, pese al frío de la noche, se sumaron al via crucis y de los que observaron el paso de la procesión hacia las estaciones en la subida al Castillo de Burgos.
Las antorchas iluminaron el camino de los pasos hacia las estaciones del via crucis en la subida al Castillo de Burgos.
En ambiente de este via crucis es de recogimiento y oración y, de hecho, los miembros de las cofradías y hermandades penitenciales de la ciudad van leyendo las meditaciones de cada estación a medida que se avanza en el recorrido.
El Vía Crucis, según explica la Diócesis de Burgos, es una devoción centrada en los Misterios dolorosos de Cristo, que se meditan y contemplan mientras se camina y cuando la procesión se detiene en las estaciones que representan los episodios más notables de la Pasión, desde el Pretorio hasta el Calvario. Consta de 14 estaciones, a las que se suele añadir una decimoquinta dedicada a la Resurrección. En cada una, la comitiva se detiene para rezar y agradecer a Jesús su sacrificio para salvar a la humanidad del pecado.
Cientos de personas se congregaron ayer para participar en el Vía Crucis, desde las puertas de San Esteban hasta la primera estación, recordando la sentencia de muerte de Jesucristo. Las antorchas de los cofrades iluminaban el camino hacia el Castillo mientras el Vía Crucis Penitencial avanzaba en su recorrido procesionando una Cruz simple cubierta por un sudario blanco, llevada en andas por los cofrades. La procesión del Lunes Santo es coordinada por las cofradías de la Coronación de Espinas y de Cristo Rey y la Flagelación del Señor.