El CREER de Burgos presta y fabrica productos de apoyo para fomentar la autonomía
Pone en marcha un Gabinete de Accesibilidad para ofrecer asesoramiento y brinda 170 herramientas destinadas a facilitar actividades de la vida diaria
El sencillo gesto de asir la cuchara se torna un reto para quienes, aquejados de una patología, carecen de fuerza suficiente. He ahí cuando la tecnología, entendida como el conjunto de nociones y conocimientos científicos que el ser humano utiliza para solucionar un problema específico, puede acudir al rescate. Y lo hace. Bien lo saben en el Centro de Referencia Estatal de Atención a Personas con Enfermedades Raras y sus Familias (CREER) tras quince años de contacto estrecho con un colectivo variopinto de afectados por distintas dolencias causantes en el 80% de los casos de algún tipo de discapacidad.
En su afán por promover la autonomía de sus usuarios, comenzaba a adquirir productos de apoyo técnico adaptados a las necesidades que detectaba que prestaban a los afectados interesados en probar su utilidad. Hasta 33 elementos cedía, en su mayoría vinculados con la alimentación y la movilidad, en esa ‘fase previa’ a la puesta en marcha oficial del Gabinete de Accesibilidad que ayer presentaban en sociedad el responsable del CREER, Aitor Aparicio, y el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente.
De esta forma y tras una inversión de más de 10.000 euros, este espacio -al igual que todos los centros de referencia estatal del país- ofrece a entidades y particulares un servicio gratuito que, además del préstamo temporal de herramientas concretas, incluye asesoramiento genérico sobre accesibilidad universal, difusión del conocimiento sobre esta materia y evaluación individualizada de necesidades y disponibilidad de soluciones.
Impresora 3D para adaptaciones de bajo coste
También brinda adaptación y fabricación de productos de apoyo de bajo coste gracias a una impresora 3D adquirida para tal fin y evaluación y propuestas de mejora de la accesibilidad de espacios públicos o privados, en colaboración con el Centro de Referencia Estatal de Autonomía Personal y Ayudas Técnicas (Ceapat).
De los detalles del servicio daba cuenta Aparicio, para explicar que el objetivo es que los afectados conozcan las posibilidades que existen para hacer su día a día más fácil y puedan comprobar su utilidad antes de gastar dinero en ellas e incluso conocer fórmulas similares de precio reducido que se ajusten a sus necesidades.
«Se lo prestamos -siempre que se puede, según el producto- con un compromiso de devolución», indicaba, confiado en el impacto positivo que tendrán los 170 instrumentos que, de momento, forman parte del catálogo del Gabinete de Accesibilidad burgalés, exhibidos en la estancia que lo alberga en las instalaciones próximas al Parral.
El grueso, por aquello de la mayor demanda, están relacionados con la alimentación: platos, vasos, cubiertos, recipientes... Hasta medio centenar de herramientas solucionan problemas en este ámbito, 25 más descansan bajo el rótulo de vestido y hogar (abrochabotones, calzadores o) pinzas específicas para personas con dificultades de motricidad fina, otras 35 apoyan rutinas de higiene (cortaúñas, orinales, peines, esponjas...), 30 aparatos facilitan la movilidad y 26 ayudan a disfrutar de distintas actividades de ocio y tiempo libre, tales como teclados, ratones, mandos de consolas, atriles de lectura, lupas o juegos adaptados.
Por su parte, De la Fuente, recordó que «todos utilizamos, o lo haremos, constructos para mejorar nuestra relación con el mundo», tales como lentes o cachabas, y celebró la creación de este servicio como un logro más del CREER, enfocado en que «el máximo de personas puedan tener la máxima autonomía y ejercer libremente sus derechos, que es la igualdad real».